Inicio Empresas y Negocios Recorte de beneficios a empleados: ¿un atentado contra los derechos adquiridos?

Recorte de beneficios a empleados: ¿un atentado contra los derechos adquiridos?

Los beneficios son una parte importante del paquete de compensación de los empleados de muchas corporaciones.

Para los altos ejecutivos de grandes empresas norteamericanas, éstos pueden incluir el derecho a utilizar aviones de la compañía, vehículos con chofer y hasta un generoso presupuesto de decoración de la oficina.

Para el empleado promedio, lejos de las excentricidades de la cúpula, algunos beneficios típicos son el café gratis, planes premium de salud, gimnasio, guardería y oportunidades de capacitación.

En tiempos de bonanza, las corporaciones aflojan su billetera y ofrecen algunos de estos servicios como arma de atracción y retención.

No obstante, advierte un artículo de la escuela de negocios de Wharton, esta política también puede convertirse en una navaja de doble fijo.

En efecto, los empleados no tardan en acostumbrarse a los beneficios y considerarlos como “derechos adquiridos”.

Así, cuando llegan los tiempos difíciles, una generosa política de beneficios acaba convirtiéndose en una seria restricción sobre las tijeras presupuestarias.

La eliminación del más pequeño beneficio (incluso, el café gratis) es percibida como una injusticia y hasta una auténtica violación del contrato psicológico.

Google, una de las empresas más desprendidas en términos de servicios a su personal, lo sintió en carne propia cuando un recorte en la asignación de fondos para las guarderías despertó la ira de sus empleados.

En definitiva, otorgar beneficios puede ser una formidable herramienta de captación, retención y motivación del talento.

Pero eliminarlos es casi una receta segura para la desmoralización y hasta el sabotaje psicológico (“si me quitan el gimnasio gratis, seré menos productivo”).

Por lo tanto, en tiempos de bonanza, es aconsejable mantener la prudencia.

Dar más de lo que se podrá sostener en un posible escenario recesivo es, en última instancia, la inclusión de un nuevo factor de riesgo en la gestión del capital humano.