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Río Hondo, algo más que buenas aguas

La llegada del invierno invita a realizar paseos por lugares más abrigados. En este sentido, las termas son un destino codiciado. Y entre todas, las Termas de Río Hondo, en la provincia de Santiago del Estero, reafirman su condición de destino clásico en lo que hace al llamado turismo salud; aunque por cierto la región tiene atractivos más que sugestivos para atrapar a toda la familia.

Termas de Río Hondo está asentada sobre un multiacuífero, lo que garantiza una variada composición mineral y radiactiva, con temperaturas que oscilan entre 30° y 70° C. Sus 14 acuíferos mesotermales tienen un gran poder terapéutico, especialmente para el tratamiento de las enfermedades reumáticas.

Las aguas están clasificadas como alcalina, bicarbonatada, clorosolfatada y ferruginosa; además, contienen pequeñas cantidades de hierro, sodio, fósforo, yodo, arsénico, fluor y bromo.

Entre otras comodidades, los sitios para alojarse disponen de baño termal privado en cada habitación. Además, muchos de ellos tienen piscinas abastecidas con aguas termales.

Una larga temporada

Ubicada en la ribera del río Dulce, Termas de Río Hondo suma además la ventaja de que su atractivo empieza cuando otras entran en receso: la temporada alta se despliega entre abril y octubre. Además, las bondades de las aguas se complementan con el clima templado y siempre agradable de la región. Tanto es así, que es posible disfrutar de las piletas al aire libre aun en pleno invierno. El cielo, generalmente despejado, y el clima seco y libre de polución, permiten disfrutar de una radiación estimulante que, según los expertos, favorece la acción de las aguas termales.

De los museos al casino

Situada a 68 kilómetros al norte de la capital provincial, sobre la ruta 9, Termas, con algo más de 40 mil habitantes, se asienta sobre un casco céntrico abigarrado y moderno, donde sobresale, básicamente, su infraestructura hotelera. En la actualidad hay alrededor de 200 establecimientos de hasta cuatro estrellas, con un total de 14.000 plazas, además de departamentos y casas en alquiler temporario. En los alrededores, cinco campings ofrecen una alternativa más económica.

En la llamada zona histórica de la ciudad, se destaca la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de estilo neocolonial, con un importante arco en la entrada y una torre lateral con campanario. Sobresale también la sede municipal, con una hermosa torre-reloj y las clásicas galerías coloniales.

En la ciudad hay tres museos. El de Bellas Artes y Artesanías cuenta con una importante pinacoteca, entre la que se destacan obras de Ary Brizzi, Luis Felipe Noé, Pérez Celis y Ponciano Cárdenas. Hay también trabajos hechos en madera y alabastro.

Por su parte, el Museo Paleoantropológico “Rincón de Atacama” exhibe cerámicas del período agroalfarero. Hay urnas funerarias, armas, hachas y puntas de flecha. La “estrella” es un gliptodonte, mamífero cubierto por un caparazón y pariente de los quirquinchos actuales. Esta especievivió en América del Sur durante el período terciario.

Finalmente, el Museo de la Ciudad atesora fotografías, mapas, documentos, artesanías y elementos que relatan la historia del desarrollo urbano.

Otros focos de interés son el Casino del Sol, el parque Pulgarcito y el Centro Cultural y Artesanal Gral. San Martín en el Parque Güemes, el gran pulmón verde de la ciudad.

Paseos y artesanías

Para los más activos, Termas ofrece espacios para realizar deportes náuticos. A 4 km del centro, se encuentra el Embalse Río Hondo, una gigantesca obra de ingeniería hidráulica con una altura de 30 metros. Alberga un lago artificial sembrado de dorados, surubíes y tarariras. Allí se pueden practicar deportes náuticos. El lago posee una superficie de más de 30 mil hectáreas. En los alrededores, se ha desarrollado un nuevo complejo turístico, con hoteles, spa, camping, clubes de náutica, pesca y otros servicios.

También merecen una visita el Balneario La Olla, única vertiente de agua termal al aire libre. Ubicada en la margen izquierda del río Dulce, tiene una temperatura media de 30° C.

A unos 15 kilómetros de Las Termas se encuentran las denominadas “huellas santas” que según dicta la tradición, pertenecen a las pisadas que dejó San Francisco sobre una roca cuando visitó la zona.

En la localidad de Villa Río Hondo, el Museo Histórico reúne piezas donadas por antiguos pobladores. Se pueden apreciar tinajitas que pertenecieron a la cultura quechua usadas para ofrendas fúnebres.

La localidad ofrece una generosa gama de artículos artesanales. Su tejido tradicional, con temáticas ligadas a las culturas precolombinas, se elabora con lana de oveja y algodón. Las piezas tejidas más frecuentes son los baetones (colchas de lana pura y múltiples colores) y los ponchos, alfombras de pelo cortado, alforjas y telas.

Las artesanías en cuero y pieles consisten en lazos, látigos, boleadoras, fustas y otros elementos necesarios para las tareas del campo, como monturas, estribos, aros, guardamontes, cabezadas y riendas. En cestería, otro de los orgullos de la región, se destacan unos cestos grandes llamados “canastos bombo” y otros utilitarios fabricados a mano con paja brava, chala, unquillo y cogollo de palma. También hay hábiles artesanos en madera, sobre todo en quebracho colorado. Y la alfarería, considerada como la más antigua de las artesanías, apela a técnicas centenarias, modelando con las manos y herramientas simples, piezas que se cuecen a fuego abierto o en horno.

También se producen instrumentos musicales: guitarras, charangos, arpas y violines. Y por supuesto, el famoso bombo legüero, una tradición de Santiago.

En el rubro gastronómico, Termas ofrece los clásicos chivitos, sorprendentes dorados, empanadas, tamales y alfajores.

Los viajeros que llegan a las Termas de Río Hondo atraídos por el poder de sus aguas, se encuentran con una grata sorpresa, al comprobar que la ciudad ofrece mucho más que reparadores baños. La jerarquía hotelera, los restaurantes de afamada cocina internacional, las ferias regionales y un comercio muy actualizado, se suman a los atractivos naturales de este remanso en medio del desierto santiagueño.