La coyuntura modificó el criterio a la hora de invertir. En lugar de apostar a infraestructura propia, las empresas optan por la tercerización, lo cual es una gran oportunidad para los proveedores de tecnología.
La situación financiera global repercute en todas las empresas, incluso la de tecnología, despertando la necesidad de reorganizarse, revisar procesos y sistemas y reducir estructuras y costos.
Sin embargo, como toda crisis abre una puerta a la oportunidad, es posible entender que la misma tiene dos efectos. Por un lado, un efecto de postergación, mediante el cual ciertos proyectos que estaban pautados para iniciarse a finales del año pasado, están comenzando a desarrollarse ahora. Por otro lado, se modificó el criterio de decisión para las inversiones. Un ejemplo claro de ello es el caso de una empresa que pensaba comprar infraestructura propia, y hoy en cambio opta por la tercerización.
Es por este último efecto que los proveedores de tecnología experimentarán una demanda incremental de servicios de apoyo a proyectos de mejora de productividad y eficiencia de sus clientes.
Esto para las empresas proveedoras es una oportunidad ya que serán las encargadas de proporcionar a las compañías recursos humanos sumamente capacitados y la infraestructura necesaria para poder apoyar sus procesos de negocio con soluciones hechas a medida.
Durante épocas difíciles se ve un incremento en los servicios gerenciados en modalidad de outsourcing y servicios profesionales orientados a compliance. Este aspecto nos da la pauta de que la seguridad va de la mano del crecimiento del negocio.
Bajo estas premisas, en los próximos meses las compañías tecnológicas deben preocuparse por desarrollar propuestas que contengan altas dosis de valor agregado y generar proyectos que impacten en el negocio de sus clientes de forma directa, incrementando sus ingresos y reduciendo sus costos operativos.
A modo de conclusión, conviene aclarar que si bien la crisis financiera internacional va a influir considerablemente en las decisiones que tomen las empresas en materia de inversiones, en general, y en presupuesto destinado a tecnología, en particular, también deben prepararse para afrontar el escenario que se avecina siendo sumamente eficientes y generando soluciones a medida.
En este punto, la tecnología cumple un rol fundamental como herramienta que permite mejorar la productividad y garantizar el correcto funcionamiento de los procesos críticos de cada empresa
