El paladar argentino es parte de nuestra cultura gastronómica. Sin embargo, podemos decir que ha evolucionado en los últimos quince años, como producto de la información y globalización del comercio de nuevas materias primas, que permiten realizar recetas de otras parte del mundo. Los restaurantes temáticos o de fusión son consecuencia de ello, pero necesariamente han tenido que adaptar su oferta gastronómica a nuestro paladar y al gusto argentino para tener éxito.
Así nacen los restaurantes gourmet. Pero ¿qué implica ser gourmet? La utilización de materias primas originales y de calidad para la elaboración de las recetas. Y, a su vez, esto va acompañado del refinamiento, que es un concepto más amplio relacionado con la experiencia gastronómica, en la que lo gourmet, la presentación, la ambientación y el servicio juegan papeles preponderantes.
De este modo, la experiencia gourmet nos abre una puerta al conocimiento, y a un viaje por el mundo para entender dónde se produce con la mejor calidad, cuál es el origen de cada producto y su historia. El objetivo de estos restaurantes es lograr que el comensal pueda vivir esa experiencia de entretenimiento.
Con todo, a veces, los consumidores no saben cómo elegir entre un producto gourmet y uno que no lo es. Para tal fin, el manejo de la información es fundamental, ya que el comensal forma sus expectativas y potencia el “boca en boca” en base a sus experiencias anteriores; si fueron positivas. Además, la calidad del servicio, la capacitación del personal, la confiabilidad, la capacidad de respuesta, y la información de los platos, desarrollan una representación tangible que demuestra su existencia y pone de manifiesto la calidad de la oferta gourmet. Si esto no se cumple, el marketing sólo servirá para que el cliente vaya una vez y no regrese.
Ahora bien ¿es una moda o una tendencia real con perdurabilidad? Se trata de una experiencia, en la que se involucran los sabores y las sensaciones que van más allá de la comida. Este movimiento está afianzado en una tendencia actitudinal, que marca con menor o mayor fuerza a todo el espectro de la oferta gastronómica, y el desafío que se plantea para los chefs es el de lograr elaborar platos sabrosos y “sanos”, conceptos que no siempre van de la mano.