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Si a usted no le gusta mucho el riesgo, el mercado le ofrece ocho opciones conservadoras

En épocas como la actual, en la que se hace muy difícil determinar cuál es la inversión ideal, quien cuenta con un determinado capital y está dispuesto a colocarlo en alguna alternativa financiera, debe, antes que nada, tener en cuenta tres factores:

* ¿Cómo se clasifican las inversiones?
* ¿Cómo se cataloga Ud. mismo como inversor?
* En función de lo anterior, ¿en qué invertir?

Prácticamente la totalidad de las inversiones pueden ser clasificadas en dos grupos:

* En el primero se ubican aquellas que, a partir de un riesgo muy acotado, generan retornos relativamente bajos. Se las denomina inversiones conservadoras.
* En contraposición, el segundo grupo lo integran inversiones con alto riesgo, que persiguen retornos más elevados. Son las inversiones de alta rentabilidad.

La recomendación de los asesores financieros es, con su dinero, no con el de ellos, diversificar su portafolio, invirtiendo la mayor parte de su capital en opciones conservadoras y el resto en productos de alta rentabilidad. De esta manera se lograría alcanzar cierto aumento del capital con un grado de protección más que adecuado.

Respecto a cómo se autodefine como inversor, la cuestión se basa en la mayor o menor aversión al riesgo, los tiempos autoimpuestos para consolidar su posición financiera y la disposición a perder o no parte del capital invertido.

Aunque resulte extraño, muchas veces los asesores financieros preguntan cuánto se está dispuesto a perder en determinada operación. Si la respuesta es cero, su aversión al riesgo será nula y su posición francamente conservadora, aun a costa de resignar rentabilidad.

Una vez allanados los dos primeros puntos, queda por definir en qué invertir.

Una inversión del tipo conservadora se caracteriza por su estabilidad, seguridad, y en la mayoría de los casos, rentabilidad garantizada.

Por lo general, cuando se comparan los retornos con la inflación, se verá que sus ganancias son mínimas. Es por eso que las inversiones de estas características, usualmente se combinan con alguna de mayor retorno.

En tanto, aquellas de alta rentabilidad se caracterizan por tener altos niveles de riesgo y ninguna garantía.

Es aquí cuando el asesor financiero pregunta: ¿cuánto está dispuesto a perder?

En la práctica, es conveniente armonizar productos conservadores con un mínimo de inversión de alta rentabilidad potencial para su portafolio.

¿En que invierte alguien con perfil conservador?

1. Plazos Fijos
La primera alternativa son, sin dudas, los depósitos a plazo fijo. En la actualidad las tasas de interés oscilan entre el 9,5% y el 12%, según se trate de entidades financieras privadas o no bancarias.

Curiosamente, los bancos públicos están pagando tasas superiores, por lo que se revierte una tendencia de larga data en la banca local.

Otros instrumentos que tienen una demanda sostenida por parte de los ahorristas son:

* Cheques de pago diferido.
* Cauciones.
* Letras y Notas del Banco Central (BCRA).
* Letras de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
* Letras de la Provincia de Buenos Aires.

Respondiendo a la definición básica, en líneas generales, estos activos financieros se caracterizan por presentar bajo riesgo crediticio.

Así por ejemplo, según un informe de Puente, las Letras y Notas del Banco Central poseen garantías de pago de la propia entidad.

2. Cheques de Pago Diferido (CPD)
Son una orden de pago emitida a una fecha determinada, en la que el librador debe disponer de fondos suficientes en su cuenta corriente para cancelar la operación. El plazo máximo admitido para la emisión de un CPD es de 360 días.

Existen dos tipos de Cheques: los “avalados”, que se encuentran garantizados por una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) y los “patrocinados”, que no necesitan de este aval pues son emitidos por empresas de primera línea.

Durante el primer bimestre del año, los Cheques de Pago Diferido fueron el principal instrumento de financiación de las pequeñas y medianas empresas, ya que el monto negociado sumó unos u$s 37,4 millones.

En ese período, el 97% de los cheques operados fueron avalados. Sólo en febrero el volumen negociado fue de $ 76 millones y se operaron más de 2.600 cheques, lo que resulta en un monto promedio por cheque de alrededor de $ 30.000.

De acuerdo a dicho informe, las tasas ofrecidas se ubicaron entre 10% y 19% para los avalados y entre 8% y 21% para los Patrocinados.

El tramo que registra la mayor cantidad de operaciones es el que va desde 30 a 180 días de plazo.

3. Cauciones bursátiles
Son similares a una colocación de dinero con garantía de títulos. El tomador entrega en caución, en el mercado de valores, acciones o bonos, a cambio de un préstamo. La contraparte le deposita el dinero y le cobra una tasa de interés.

“Es una alternativa para aquellos que tengan liquidez y no quieren estar operando con el banco”, señala Juan Southall, de De Bary Casa de Bolsa. El plazo mínimo para esta operación es a 7 días y el plazo máximo es a 90 días.

Quien realice este tipo de operación debe tener presente que si se produce una baja considerable en la cotización de los títulos en garantía, deberá reforzar el volumen caucionado. Si no lo hiciera, existe la opción de venderlos para cancelar la operación.

Por otra parte, si al final del plazo estipulado el tomador no reembolsara el préstamo, se venderían los títulos para pagar el capital y los intereses al colocador.

Las operaciones de cauciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires rondan los $3.000 millones mensuales, con clara preeminencia en los pactados a 7 días. Las tasas de interés que se ofrecen por este tipo de operaciones se sitúan en un rango del 9,0% a 10,6%, según los plazos.

4. Fideicomisos financieros
Activos muy demandados hasta hace poco tiempo por los inversores, debido a la explosión registrada en cuanto al volumen y la cantidad de emisiones.

Las colocaciones de las empresas de consumo que “securitizan” parte de su cartera de activos están rindiendo entre el 11% y el 11,5% para un plazo de cuatro meses, según Sabrina Corujo de Portfolio Personal.

“El gran problema con los fideicomisos es que hay que permanecer hasta el final porque el mercado secundario es muy reducido. En caso de necesitar liquidez ese instrumento no es muy aconsejable”, agregó Southall.

5. Fondos comunes de renta fija de corto plazo
Con este instrumento, el inversor puede obtener liquidez, según el activo donde quiera posicionarse.

Su operatoria se basa en la compra de cuotapartes de uno de estos fondos.

Las posiciones se pueden liquidar en hasta 72 horas, lo que les da una gran dinámica de entrada y salida.

Estos fondos de corto plazo invierten en cauciones, fideicomisos, cheques, bonos, Letras, etc. Muchos inversores entran justamente en esta clase de activos porque al estar diversificados, y poder salir con rapidez, le da la confianza de no quedarse “pegado” con un instrumento ilíquido. Según datos de los propios fondos, están brindando tasas del orden del 6% anual.

6. LEBAC y NOBAC.
Las primeras son letras a descuento emitidas por el Banco Central que se amortizan íntegramente al vencimiento. Son instrumentos que tienen el riesgo del propio banco, que es el más seguro del país.

Las NOBAC, por su parte, son notas también emitidas por el Central, que retribuyen la tasa de interés correspondiente a depósitos mayores a un millón de pesos (Badlar Bancos Privados), más un plus de 2,5 puntos porcentuales. Amortizan el capital íntegramente al vencimiento.

La última colocación de LEBAC y NOBAC del BCRA mantuvo la tendencia decreciente en las tasas de interés. Según Puente, éstas se ubicaron en un rango que fue del 12,5% al 14 por ciento, en tanto que en el mercado secundario se ubicaron en el rango 9,75% – 14,30 por ciento.

Del gráfico se desprende que es conveniente licitar las LEBAC para plazos hasta 240 días, en el mercado primario, mientras que es indistinto hacerlo en el mercado primario (o comprarlas en el secundario) para el tramo desde 240 a 300 días. Sí es preferible este último mercado cuando superan los 300 días de plazo.

7. Programa de Letras del Tesoro de la Ciudad de Buenos Aires.
El gobierno porteño tiene un programa de emisión de hasta $ 950 millones. Las letras subastadas son a descuento (pues la amortización se abona íntegramente al vencimiento) y de cupón variable. Pagan la tasa Badlar Bancos Privados más un diferencial.

En la última licitación, que se efectuó el 10 de Marzo, la Ciudad captó $ 157 millones a cambio de Letras. Las negociadas a 42 y 91 días pagaron tasas de corte de 11,9% y 12,7%, respectivamente, mientras que la letra a 182 días presentó un spread de 1,95% sobre la tasa Badlar Bancos Privados.

8. Programa de Emisión de Letras del Tesoro de la Provincia de Buenos Aires.
Se autorizó colocar un monto de hasta $ 2.500 millones. Las letras subastadas se amortizan íntegramente al vencimiento y tienen cupón variable (Badlar Bancos Privados + spread ).

Poseen como garantía los recursos provenientes del Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos.

En la última licitación, se adjudicaron $ 130 millones. Las letras a 56 y 91 días presentaron tasas de corte de 12,2% y 13,0%, respectivamente, mientras que a 182 días presentó un spread de 1% sobre la tasa Badlar Bancos Privados.

La opinión de los expertos
Según Sabrina Corujo, “saliendo de la renta fija, para un perfil conservador, las mejores opciones hoy son el Bonar V en dólares, que tienen una tasa interna de retorno un poco mayor a 9%, para lo cual sugerimos que la inversión sea a “finish” que es marzo de 2011”.

“Con un poquito más de riesgo, pero también para un perfil conservador, el Boden 2015 con una TIR de 12%”, acotó la analista de Portfolio Personal.

Corujo agregó que “hoy buscar ganarle a la inflación es imposible. Pero hay opciones que pueden ser interesantes como las letras de la Ciudad de Buenos Aires, que son mejores que los plazos fijos”.

“Estas colocaciones hoy tienen un piso muy bajo, porque ofrecen la Badlar (9,5%), y los cheques están pagando 11% pero hay que sumarle los gastos de comisión”, agregó Corujo.

“Con las letras de la Provincia de Buenos Aires también puede haber posibilidades, pero todavía no está el cronograma de pagos organizado, son opciones para monitorear que pueden resultar interesantes”, concluyó la analista.

Para Alejandro Vinitski, analista de Maxinver, “en la plaza local hay dos alternativas. En el caso de los bonos, se pueden mencionar el Boden 2015, en dólares y el NF18 en pesos y ajusta por CER”.

“En el caso de las acciones, el mercado es muy acotado. Sigue siendo interesante Tenaris que tiene una correlación mayor con lo que sucede en el exterior. También hay que recordar que el S&P tiene tendencia alcista, así que es un opción”, agregó el analista de Maxinver.

Vinitski concluyó diciendo que “como alternativas se pueden mencionar las letras del BCRA, que tienen plazos más cortos de 130 días y pagan un tasa nominal anual de 13%, superior a la Badlar”.

Juan Pablo Vera, Jefe de análisis financiero de Tavelli & Cia, coincidió con Corujo en cuanto a que no hay ningún instrumento que pueda hacer frente a la inflación.

Con este diagnóstico, Vera manifestó que “lo más accesible son los títulos ajustables por CER, más allá de ser un instrumento imperfecto, por las diferencias entre las estimaciones privadas y las oficiales”.

El analista de Tavelli consideró además que “hay títulos que rinden 12% más el CER, como el PRO12, el Bogar 2018, y el Boden 2014 que tienen una duration media y con cierto riesgo”.

“En cuanto a la renta variable, no hay demasiado que el mercado pueda ofrecer. Habrá que considerar las empresas que puedan trasladar la inflación a sus productos. Los casos de Tenaris y Petrobras son distintos porque tienen gran parte de sus negocios en el exterior”, concluyó Vera.