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Sitios web que promueven los trastornos de alimentación

Internet ha probado ser una magnífica herramienta para que nuestros hijos conozcan nuevas cosas y mantengan una comunicación ágil con sus amigos. Pero, lamentablemente, una vez más surge la advertencia de que hay que tener más cuidado con lo que aparece en la Red, ya que existen portales de fácil acceso que alientan los desórdenes alimenticios entre adolescentes y jóvenes.

Mientras profesionales de la salud de todo el mundo nos ocupamos de brindar tratamiento para curar a quienes padecen de desórdenes de alimentación, hay quienes en Internet proponen campeonatos para adelgazar, juegos monstruosos con muñecas virtuales para ser la más linda, delgada y famosa, e incluso sugerencias sobre cómo burlar a los papás y maestros para que no adviertan que se consulta material con la intención de promover la anorexia y/o la bulimia.

Estos sitios tienen como finalidad estrechar las redes sociales de sus usuarios, generalmente mujeres y niñas de entre 12 y 25 años, ofreciendo material escrito, imágenes, audio y aún videos cuyo contenido apoya actitudes y comportamientos encaminados a lograr un peso corporal excesivamente bajo. No sólo promueven prácticas alimenticias nada sanas sino que también alientan conductas autodestructivas y aún suicidas. Están dirigidos a un público joven que ha incrementado exponencialmente su popularidad en los últimos años y cuenta en la actualidad con más de 42 millones de usuarios activos.

Hay que hacer una distinción entre estos sitios y aquellos otros que aportan ideas para llevar una vida sana y que para ello recomiendan realizar ejercicio y llevar una buena alimentación para reducir de peso si fuera el caso. Sin embargo, las páginas proclives a los desórdenes alimenticios, por el contrario, enfatizan todo aquello que contribuye a obtener una apariencia esquelética.

En un tiempo no tan lejano, las características de aislamiento y ocultamiento eran las que más se destacaban en estas patologías. El atravesamiento de la tecnología en estos trastornos alimentarios, hace que la anorexia y la bulimia tengan características diferenciales que permiten que los adolescentes armen grupos de pertenencia generados concretamente por la enfermedad y exponen el transcurso de la misma de forma abierta y pública, sin tener conciencia de ella.

Las adolescentes que han navegado por esas páginas han mostrado estar más insatisfechas con su figura que aquellas que no han entrado.

De esas páginas que influyen en el desarrollo de comportamientos negativos, el 91% están abiertas a todo tipo de público y el 79% ofrece herramientas interactivas. El 84% proporciona ejemplos específicos para desarrollar anorexia y el 64% para bulimia. En casi todas ellas se manejan conceptos como la perfección y el autocontrol.

La mayoría de mis pacientes ha navegado por esos sitios, -porque hoy en día desde el jardín de infantes tienen acceso a la computadora-, y me han confesado que de pronto observaban que alguien con quien chateaban habitualmente desaparecía y ellos sabían que esa persona había muerto, pero eso no les daba una advertencia de salir ellos mismos.
Estaban como atrapados en esos portales que reivindican la enfermedad, fuera del alcance los padres, con códigos para escribir si algún adulto se acerca y poder ocultar el tema de la charla o del foro.

Lo dramático del asunto es que les ayudan a reafirmar su trastorno haciéndoles sentir que no están solos y que hay alguien en el mundo que los entiende. Al final todo se reduce a una especie de cofradía negativa.

Realmente son sitios muy peligrosos y existen desde hace muchos años.

Por más que se combaten, nacen nuevos espacios todo el tiempo.

Es grave. Lo más importante es que los padres tengan conciencia.

Deben regular el acceso a Internet y saber a qué sitios se conectan sus hijos, porque es sumamente peligroso. Internet es un instrumento importantísimo de comunicación y, a la vez, un arma de doble filo.

La mejor manera de evitar en los hijos trastornos alimenticios es fomentarles una actitud crítica sobre lo que hace a una persona mantenerse en el peso adecuado llevando una dieta equilibrada y realizando ejercicio físico, y distinguir el caso de aquellos que se esfuerzan en perder peso dañando a su organismo. En el primer caso se aprecia que esas personas tienen una apariencia sana y bella, en tanto que las segundas se ven demacradas y enfermas, lo cual no es signo de belleza.

Es fundamental que las familias encuentren la forma de compartir más comidas teniendo en cuenta la elevada prevalencia de estas patologías entre los adolescentes.

Sentarse a la mesa a comer en familia reduce el riesgo de que los adolescentes caigan en comportamientos riesgosos para controlar su peso, como vomitar o usar laxantes.

La adolescencia es un periodo difícil en muchos aspectos. En ella aparecen las primeras preocupaciones por la figura que, en ocasiones, se traducen en comportamientos nocivos para la salud que pueden desembocar en enfermedades como la anorexia y la bulimia.

En varios países ya se han detectado niñas con anorexia a la edad de 10 años, y como entre los adolescentes a veces caen en saco roto las conversaciones sobre los trastornos alimenticios, es necesario que los padres estén atentos y busquen asesoramiento cuando los niños o los jóvenes dejan de comer o restringen de manera significativa la porción, bajan de peso drásticamente, se preocupan todo el tiempo por la comida, se pesan y miden constantemente, se vuelven irritables, se sienten gordos o se quejan de estarlo, tienden a usar el baño inmediatamente después de comer y comen rápidamente.