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Súper chinos y un “nuevo jugador” ponen al almacén de barrio al borde de la extinción

La tradición del viejo almacén de barrio, poco a poco, parece encaminarse hacia la extinción en la Ciudad de Buenos Aires.

Sucede que, con el correr de los años, el trato cálido entre los vecinos y “don Manolo”, aquél que atendía el almacén de la esquina -y hasta se animaba a fiar-, comenzó a ser reemplazado por corredores de góndolas que explotan al máximo el concepto de autoservicio y cajeros desconocidos que hacen su trabajo casi de forma automática.

Así, ese tradicional almacén fue perdiendo protagonismo frente a desembarcos como el de los supermercados chinos y ante los nuevos minimercados, tales como Carrefour Express, Changomas, Best o Eki, considerados los “nuevos jugadores” de estos últimos años que se sumaron a la pelea por ganar la preferencia de los consumidores.

Formatos chicos, cercanía, y buenos precios son parte de la fórmula que, hasta el momento, parece darle la victoria a quienes se instalaron detrás de las propuestas barriales.

Toda esta avanzada derivó en que, según datos aportados a iProfesional.com por la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), en la actualidad sólo sobrevivan apenas unos pocos mercados barriales de los más de 1.000 que operaban en la Ciudad hace una década.

Del otro lado de la vereda, las grandes cadenas siguen ganando terreno de la mano de propuestas como Changomas, controlada por la firma Walmart, y que sólo, en estas últimas semanas, concretó aperturas simultáneas en Mataderos, Pompeya, Liniers y Flores.

Una estrategia similar realizó Carrefour, que sólo este año desembolsó $250 millones para seguir expandiéndose en Capital Federal bajo el formato Carrefour Express. Además, el gigante europeo adquirió nueve sucursales de la cadena Best, hasta junio controlada por La Anónima.

Más allá de estos avances aparecen además los supermercados chinos, que, en los últimos cinco años, vienen sacudiendo la escena comercial de Buenos Aires.

Nucleados en torno a dos cámaras (Casrech y Cedeapsa), los asiáticos acumulan alrededor de 3.100 bocas de venta distribuidas en todos los barrios porteños.

En este contexto, desde Cedeapsa -integrada por 1.600 autoservicios orientales- anticiparon a iProfesional.com que, en el transcurso del 2011, pondrá en marcha otros 100 locales de Chinxpress, una red orientada exclusivamente a “combatir” a los minimercados que impulsan las grandes cadenas.

“Hipermercados y súper chinos desplazaron a los autoservicios y comercios de capitales íntegramente argentinos. Es un proceso que se profundizó en los últimos diez años. Tenías un supermercado argentino y a la semana, abría un autoservicio chino en la vereda de enfrente. Y al lado, un Eki. Así es imposible sobrevivir”, comentó a este medio Fernando Aguirre, ejecutivo de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS).

“Hace una década operaban unos 1.000 almacenes argentinos en la Ciudad de Buenos Aires. En todo este tiempo fueron desapareciendo porque no hubo ningún tipo de planificación en cuanto a cómo deben ser las aperturas. No hay legislación que regule cuestiones como la proximidad”, agregó.

Según Aguirre, los grandes compradores de mercados de capital nacional “han sido cadenas y empresarios chinos”.

“Eso derivó en que los tradicionales almacenes barriales prácticamente hayan perdido protagonismo. No están concentrados en ningún lugar. Por eso, respaldamos propuestas como la de CAME, que impulsa un proyecto para limitar la expansión de las grandes superficies comerciales. Al menos, para que dejen de abrirse más hipermercados o los súper no saturen las plazas”, indicó.

Con la vista en otra parte
Al momento de evaluar la situación en la escena comercial porteña, los representantes de los supermercados orientales demuestran sin titubeos cuál es el principal objetivo a cumplir: triunfar en la batalla que mantienen contra los pequeños locales que ahora impulsan las grandes cadenas.

Yolanda Durán, titular de Cedeapsa aseguró que “bajo el formato Chinxpress, en los próximos meses vamos a sumar 350 comercios entre Buenos Aires y el resto del país. Mendoza, Córdoba, Chaco, Santiago del Estero y Misiones son otros de los lugares a los que llegaremos”, aseguró.

“Esto, claro, si no nos ponen trabas las cadenas y demás. Lamentablemente, en Buenos Aires no hay interés por regular la competencia. Abrimos un local y nos ponen un Changomas en la vereda de enfrente. Necesitamos leyes para que haya una igualdad y la discusión comercial deje de pasar por este tipo de desventajas”, afirmó.

Para apuntalar estos movimientos, Cedeapsa, una de las dos entidades que nuclea a los súper chinos, también se prepara para lanzar una batería de productos propios. Harina, galletitas, arroz, fideos, azúcar y aceite son algunos de los comestibles que saldrán al mercado bajo una etiqueta impulsada por la cámara durante la primera mitad de 2011.

Este año, Cedeapsa rubricó un convenio con el Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro) mediante el cual los comercios adheridos a la cámara comenzaron a ofrecer, en sus locales, el pago a través de tarjetas de crédito como Mastercard, Visa y Diners.

En un tono similar, Casrech, la otra cámara que representa a los asiáticos, lanzó en julio una tarjeta de compra y crédito orientada a asalariados de menores ingresos, jubilados y pensionados.

El plástico en cuestión se llama “Red Economía”, y permite un límite máximo de gasto de 1.000 pesos con una tasa de interés del 24% anual. El objetivo es que la incidencia de las ventas con tarjetas pase del 6% actual a un 10 por ciento.

Asimismo, el plástico funciona, a la vez, como una tarjeta de fidelización porque los puntos acumulados se podrán canjear por órdenes de compra para usar en los supermercados chinos.

Con más de 1.500 asociados, Casrech también prepara un 2011 de novedades. En principio, la cámara prevé nuevas aperturas, tanto en Capital Federal como en el interior de la Argentina, y el lanzamiento de 26 marcas de productos, a partir del mes de marzo.

“La etiqueta base será ‘Red Economía’, y los lanzamientos de comestibles irán acompañados de un trabajo para volver a posicionar a Gándara. Hoy Casrech reúne a 5.900 autoservicios asociados en el país, los cuales generan, entre directos e indirectos, más de 200.000 puestos de trabajo. El año próximo aumentaremos estas cifras”, indicó Miguel Calvete, secretario de Casrech.

“Los supermercados que, como en el caso de los chinos, operan desde la proximidad, son una de las últimas barreras contra la concentración en el sector. Estamos de acuerdo en la necesidad de fijar pautas vinculadas con la forma en que se llevan a cabo las aperturas.

Según especialistas del sector, los emprendimientos de capital asiático controlan hoy el 50% de las ventas de comestibles que se realizan en la Ciudad de Buenos Aires. Combinados, los supermercados que integran Casrech y Cedeapsa facturan más de 4.000 millones de pesos por año.

La respuesta al “boom” asiático
Atentas al movimiento del capital chino, las grandes cadenas pusieron en marcha, en el último tiempo, distintas opciones en medidas reducidas, con el objetivo de captar al cliente de barrio.

“Se trata de locales de 200 metros cuadrados promedio, ubicados en zonas de alto tráfico. El negocio no está en la alta facturación por cliente sino en el volumen de ventas”, reconocieron recientemente desde Carrefour Argentina.

Por otra parte, y según explicaron desde la compañía, la búsqueda de la proximidad es una tendencia que se manifiesta en todos los mercados donde la firma está presente.

La cadena francesa está abocada, justamente, a la expansión de esos puntos de venta.

“Son los formatos Mini que, a partir de ahora, se llaman Express. Hay 24 locales y tenemos un plan agresivo de aperturas. Estamos a la caza de los buenos lugares para expandirnos de manera ilimitada, ya que la instalación es rápida”, declaró un vocero de la firma.

Los nueve locales de la cadena Best adquiridos por Carrefour Argentina se ubican en Palermo, Barrio Norte y en las zonas del microcentro y Tribunales.

Receta de cadena
Además de encontrarlos “a la vuelta de la casa o camino al trabajo”, quienes van a los comercios de proximidad como los supermercados chinos o los minimercados priorizan el poco tiempo que les demanda comprar en esos locales.

“Es un cliente diferente, que vive o transita por ese lugar, pasa por la puerta y se abastece con lo que necesita, no con una compra general, por eso el ticket promedio es más chico y se requiere mucho volumen para ser rentable”, indicaron desde Carrefour.

En clara diferencia con el trato que se establece en los hipermercados, estos compradores no quieren estar horas recorriendo góndolas.

Por eso, no hay ni frutas, ni verduras, ni carnes, que necesitan de una atención personalizada y lleva más tiempo. Los chinos ofrecen el servicio pero lo tercerizan, es decir, subalquilan los espacios.

“Se busca la practicidad y rapidez, tanto para el cliente como para la cadena, para abrir nuevos negocios en cuanto aparezca la oportunidad”, señalaron desde la firma francesa.

Al mismo tiempo, en todos los casos de formatos reducidos, las cadenas conservan la premisa de los supermercados de origen, que es ofrecer precios competitivos, y es así como se replican las mismas ofertas y beneficios que en todos los puntos de venta ofrecen con bancos y tarjetas de crédito.