La Capital Federal, Buenos Aires, Córdoba y Mendoza motorizaron el crecimiento de 24,4% registrado en las ventas de esos centros durante el primer trimestre del año. Concentran el 70% de las operaciones
Entre enero y marzo últimos, la provincia de Buenos Aires concentró el 39,9 por ciento del total de las ventas de los supermercados; la Ciudad de Buenos Aires el 18,3; Córdoba el 7,2 y Mendoza el 6,9.
En tanto, La Pampa, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego concentraron el 6 por ciento de las ventas totales; Santa Fe el 5,2 y Neuquén 3,1.
Las zonas geográficas que menor proporción de ventas concentraron fueron las provincias de Corrientes, Chaco, Formosa, Jujuy, Misiones y Santiago del Estero, con el 3 por ciento; Chubut, con el 2,9 por ciento, y Catamarca, La Rioja, San Juan y San Luis, con el 2,7 por ciento.
Los datos corresponden a un informe elaborado por la consultora Economía y Regiones, sobre la base de la información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
En cuanto al ranking de la variación de las ventas reales entre el primer trimestre del año y el mismo período de 2006, el informe indicó que fue del 15,7 por ciento.
En este caso se destacaron las variaciones registradas en Salta (35 por ciento), Entre Ríos (32 por ciento) y Catamarca, La Rioja, San Juan y San Luis (31 por ciento). En tanto que los aumentos m s moderados se registraron en Mendoza (14 por ciento) y la Ciudad de Buenos Aires (11 por ciento).
Respecto de la distribución geográfica del consumo, el estudio detalló que si bien el 58 por ciento produjo en la Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano bonaerense y el resto de la provincia de Buenos Aires, en lo que va del 2007 se observó un mayor dinamismo (en cuanto al crecimiento de las ventas reales), en las provincias del norte, centro y las patagónicas.
Según la consultora, estos cambios en las ventas totales reales se encuentran vinculados a los aumentos de los salarios reales evidenciados en esas regiones.
A futuro, estimó que se espera que se alcancen los niveles de ventas totales reales de pre-devaluación a medida que los salarios reales mejoren su poder de compra, aunque advirtió la influencia negativa de una tasa de inflación creciente en dicha recuperación.
