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Telefónica obstaculiza planes de Slim

Cuando Telefónica de España pagó 2.300 millones de euros (3.100 millones de dólares) para unirse a un consorcio que adquirió a Telecom Italia el mes pasado, no había duda en la industria de que el centro de su atención no estaba en los mercados nacionales de la compañía en Europa, sino en una batalla que se desarrollaba del otro lado del Atlántico, en Latinoamérica.
“Telefónica compró el consorcio de Telecom Italia para impedir el dominio de América Móvil en América Latina, dijo Samuel Possebon, de Teletime, una publicación y sitio web brasileño de temas de telecomunicaciones. “Telefónica pagó por una cláusula en el contrato que le prohibe a Telecom Italia vender sus activos al competidor”, añadió.
Ese competidor es Carlos Slim, el multimillonario mexicano que controla a Telcel y a Telmex, operadores de telefonía móvil y fija que desde hace varios años han competido con Telefónica por el dominio de la región.
La telefonía fija ha logrado madurez y crecimiento en los mercados de telefonía móvil del mundo en vías de desarrollo. No obstante, el crecimiento de la telefonía móvil en mercados emergentes sigue siendo sólido, y Brasil no es la excepción.
Unidades total o parcialmente controladas por Telefónica (Vivo), América Móvil (Claro) y Telecom Italia (TIM), comparten tres cuartas partes de lo que actualmente representa el quinto mercado de telefonía móvil en el mundo. La combinación de las empresas Vivo y TIM dominaría sustancialmente al mercado brasileño de telefonía.
Telefónica señaló que busca llegar a un acuerdo operativo con Telecom Italia. Al respecto, el diario mexicano El Universal remarcó que “si tiene éxito, avanzará enormemente en Brasil, obteniendo la suficiente presencia, sinergias y poder adquisitivo, como para afirmar una victoria decisiva sobre Slim”.
Sin embargo, para lograrlo va a tener que evadir obstáculos insuperables. En el pasado reguladores brasileños habían rechazado acuerdos más pequeños. Cuando Telecom Italia, en medio de una compleja disputa con coinversionistas, se encontró controlando más compañías de lo que permitían las regulaciones, fue obligada a poner su participación en Brasil Telecom, el importante operador de telefonía móvil y fija, en una cuenta fideicomitida y fue retirada de la administración.