Las fiestas corporativas consisten, generalmente, en una cena formal de riguroso saco y corbata, coronadas por el esperado discurso del CEO.
No obstante, el esquema tradicional suele resultar aburrido a los miembros de la generación Y, más abiertos e informales que sus padres.
Desde luego, las preferencias de los jóvenes deben ser tenidas en cuenta a la hora de organizar fiestas empresariales. Así, veamos su principales características:
1) Nuevas herramientas de diversión
Los miembros de la generación Y valoran herramientas alternativas de diversión como un espacio donde jugar a la PlayStation con sus compañeros de trabajo, un stand donde estilistas cambien su peinado o hasta la posibilidad de participar de una banda de música en vivo.
2) Organización espacial y preferencias gastronómicas
Los jóvenes suelen aburrirse con la tradicional cena donde los participantes se sientan en lugares asignados.
Ellos prefieren ambientes distendidos, con grandes camastros, puffs y mullidos sillones.
Un espacio “chill out” donde se sirven comidas informales, con alimentos en pequeños bocados y sin necesidad de cubiertos. Los puestos de comida étnica son una alternativa muy valorada.
Un elemento que contribuye a dar nuevos aires a las fiestas corporativas son los tragos, preparados por barmans profesionales o incluso por los propios invitados.
3) Música y nuevas tecnologías
Las nuevas tecnologías de comunicación son cruciales en todos los aspectos de la organización de la fiesta.
Los preparativos pueden discutirse en un blog. Los SMS pueden utilizarse para las acreditaciones, para participar en sorteos interactivos y hasta para elegir la música de la fiesta.
Muchos valoran la posibilidad de participar en la elección de la música del evento, en lugar de aceptar pasivamente las decisiones del DJ tradicional.
En definitiva, la irrupción de la generación Y en el mercado laboral ha generado grandes cambios en muchos aspectos de las organizaciones. Y las fiestas corporativas no están exentas.
Una fiesta está concebida para divertirse. Y lo cierto es que los jóvenes no parecen disfrutar de los eventos formales típicos de las generaciones anteriores.
La nueva tendencia tendrá, por supuesto, un fuerte impacto sobre el negocio de los organizadores de eventos.
A medida que los miembros de la generación Y vayan adquiriendo posiciones de mayor responsabilidad, ellos decidirán cómo serán las fiestas corporativas y, desde luego, quiénes serán sus proveedores.
