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Trabajo independiente: el anhelo del 82% de los iberoamericanos

En la época actual de hiperconectividad que vivimos, la búsqueda de trabajo independiente se vincula con la libertad de acción profesional y de un ingreso económico acorde al trabajo realizado. Alcanzar el éxito pretendido se potencia con las posibilidades que nos acercan las redes sociales y la formación que se ofrece desde las universidades.

Estas son algunas conclusiones que se obtuvieron de la tercera Encuesta de Empleo realizada por Universia (http://www.universia.net), la red de universidades presente en 23 países de Iberoamérica, y Trabajando.com

La mayoría de los encuestados (82%) consideraría trabajar de manera independiente. Creen que es el método apropiado para tener libertad (34%) y obtener un sueldo acorde al éxito alcanzado (30%). En este sentido, también tiene importancia la pasión por lo que se hace: es que el 27% emprendería simplemente para hacer lo que más le gusta.

Según la segunda Encuesta de Empleo, también realizada por ambos Portales, el 75% de los encuestados contestó que aceptaría a su jefe como contacto en una red social. En el presente estudio, solamente el 9% contestó que emprendería para no tener un jefe. Es decir, los datos presentados en esta encuesta muestran un nuevo paradigma en la relación empleado-empleador, que vendría a romper con el viejo mito del jefe enemigo.

La estabilidad de una empresa todavía encuentra adeptos (47%) entre algunos empleados. El dato se desprende del 18% del total de encuestados que contestó que no trabajaría de forma independiente. Por su parte, el 28% sostiene que no se siente capacitado aún para emprender, aunque no descarta la posibilidad de hacerlo en el futuro y sumarse al 82% mencionado más arriba.

Vale agregar que el 16% asocia su negativa a emprender debido a que consideran que su país ofrece condiciones poco adecuadas para dicha actividad. En este sentido, del total de encuestados, el 55% indicó que la principal traba para un emprendedor en su país es la situación económica, la carga impositiva y la falta de crédito, seguido por el 22% que indicó una amplia presencia de barreras burocráticas.

En el tema estudiado, existe una pregunta clave que siempre está presente: ¿emprendedor se nace o se hace? Expertos entienden que algunas personas traen en sus genes las habilidades para desarrollar un emprendimiento, mientras que otros sostienen que es necesaria una formación para despertar el potencial emprendedor que llevan dentro.

Según los encuestados, el 25% señaló que la universidad a la que asiste o asistió capacita a los estudiantes para que sean emprendedores. Esto demuestra un compromiso de las casas de estudios ante los nuevos intereses de los alumnos. Además, el 17% informó que se incentiva a los estudiantes a desarrollar empresas y el 10% añadió que se generan espacios para incubar nuevas empresas. Aunque vale destacar que el nicho no está del todo explotado: el 44% indicó que su universidad no tiene este tipo de proyectos, lo que invita a las universidades a inclinarse ante esta oportunidad latente.

Si bien no existiría una forma mágica para alcanzar el éxito, una buena receta para encontrar el camino hacia el buen emprendedurismo mezcla formación, creatividad y capital financiero. Y una pizca de suerte, claro. Entre los ingredientes mencionados, la mayoría (32%) entiende que lo que mayormente hace falta es tener capital para invertir. Aunque no todo es dinero: de cerca lo sigue el 30%, que entiende la necesidad de la creatividad y de tener las habilidades para vender su idea. Un buen plan para desarrollar esa idea (23%) y tener osadía y coraje (15%) son otras cuestiones importantes a tener en cuenta.

Se pueden reunir los requisitos necesarios para transitar el camino hacia el emprendedurismo exitoso, aunque pueden surgir temores. En sintonía con lo expresado anteriormente, el principal riesgo que se correría (32%) es perder ahorros o deber dinero. Alejados de una estructura estable de una empresa constituida, otro de los temores principales (21%) es el de un futuro inestable.

Con las condiciones adquiridas y habiendo superado los temores, aparecen las proyecciones a corto, mediano y largo plazo. ¿Cuál es, para los encuestados, el mayor desafío de emprender? Conseguir clientes (33%). Un mercado amplio pero exigente les demuestra un panorama competitivo que puede generar una incertidumbre inicial (32%), otro desafío a superar. Asimismo, el cinturón financiero aparece, una vez más, ante los principales desvelos: obtener una inversión (29%) es una cuestión fundamental, entre las primeras a resolver.

En este sentido, si bien el 22% de los encuestados demuestran una confianza hacia las incubadoras de empresas, la mayoría (34%) todavía se apoya en los bancos en caso de necesitar financiar su proyecto.

Del estudio, realizado en 9 países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México, Perú, Puerto Rico y Uruguay), participaron 8.170 personas. Entre los encuestados aparece una mayor presencia masculina (51%) por sobre la femenina (49%). En cuanto a edad, el 63% reveló tener más de 27 años, seguido por un 31% de entre 21 y 26. El perfil de la mayoría de los encuestados (35%) es universitario, seguido por un 26% que indicó ser universitario en curso.

Por último, es importante señalar que el estudio se desarrolla en conjunto entre Universia y Trabajando.com con el objetivo de conocer las impresiones de los universitarios en relación a la formación y el trabajo.

Argentina: entre la creatividad y la inestabilidad
El 80% de los encuestados argentinos estarían dispuestos a trabajar de forma independiente. El resultado sigue la línea de Iberoamérica y confirma los datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que señala a la Argentina como uno de los países más emprendedores a nivel mundial. No obstante, el camino hacia el éxito presenta algunas barreras: el 67% del total reconoce que la situación económica, la carga impositiva y la falta de crédito son las principales trabas para emprender en el país.

Los mencionados obstáculos, inclusive, pueden llevar al replanteo de un futuro emprendedor. Es que, del 20% que respondió que no trabajaría de forma independiente, el 25% sostuvo que no lo haría porque no considera que sea el momento indicado del país para emprender. A sabiendas del difícil panorama, la mayoría (25%) del mencionado 20% prefiere la estabilidad de una empresa. Un 20%, en tanto, asocia su negativa a una cuestión de competencias personales.

Emprender o no emprender, ésa es la cuestión. Sea por necesidad u oportunidad, algunos se lanzan al trabajo independiente sin titubear. Pero hay otros que desarrollan un análisis pormenorizado de las ventajas para aprovechar y los desafíos a superar. De ahí se obtiene que el principal temor de emprender (28%) es el de un futuro inestable, algo que un trabajo en una empresa proporcionaría otra continuidad o consistencia en la seguridad laboral, según los datos arriba presentados. En una íntima relación aparece el 27%, que indica que no quiere perder ahorros o deber dinero.

Del otro lado, dejar fluir la creatividad (36%) y alcanzar la satisfacción personal (29%) son las claves para elegir el trabajo independiente. Al menos esa conclusión se desprende de los datos recopilados de la encuesta a nivel nacional. Aunque el lado monetario también entra en juego: al 25% lo seduce el hecho que exista causalidad entre el ingreso y el éxito alcanzado.

Conscientes de la inexistencia de una varita mágica que traiga los planes de éxito garantizado, la mayoría de los emprendedores (40%) sostuvo que para lograr un buen porvenir es clave ser muy creativo y capaz de vender la idea. Mientras que el 23% piensa que lo más relevante es tener un plan sólido para llevar a cabo una idea.

El capital para invertir, por su parte, también juega una importancia destacada: 21%. En este sentido, al momento de recurrir a una entidad para financiar el proyecto personal, la opinión general dio el visto bueno a los bancos (30%). En segundo lugar, el 23% de los encuestados contestó que el apoyo necesario puede encontrarse en el entorno familiar.

Con la voluntad preparada y los recursos necesarios en el bolsillo, surge la pregunta: ¿cómo se comienza? Tal es la importancia de esta pregunta que para el 35% de los encuestados, el mayor desafío de emprender es la incertidumbre inicial. Aunque la cuestión que desvela a la mayoría pasa por otro lado: la estrategia para conseguir clientes (38%).

Vale destacar que a pesar de que actualmente varias universidades apoyan el desarrollo emprendedor en sus alumnos a través de los planes de estudios que ofrecen (19%), se trata de un nicho que aún queda con potencial para explotar. A la conclusión se llega tras conocer que el 58% de los encuestados reveló que su universidad no tiene este tipo de proyectos.

Por último, vale mencionar que el perfil de los 1097 encuestados quedó determinado por una mayoría (56%) femenina por sobre un 44% masculino, de (64%) más de 27 años, seguido (31%) por entre 21 y 26 años. Entre los participantes, el 33% es universitario en curso y el 26% universitario.

Bertie Benegas Lynch, Director General de Universia Argentina, analizó: “La intención de emprender de los encuestados se relaciona directamente con las características de los ciudadanos argentinos, según indicadores mundiales. Conocidas universidades argentinas tienen programas de emprendedurismo mediante su oferta académica o apoyo a la generación de negocios independientes. Esto las ubica con un valor agregado diferenciador”.

En tanto, Pablo Molouny, Gerente General de Trabajando.com Argentina, asegura: “Decidir emprender es una gran aventura, los argentinos estamos acostumbrados a vivir en una economía muy cambiante, y esto nos hace ágiles a la hora de enfrentar diversos desafíos empresariales. Lo más difícil es poder conseguir los recursos para llevar a cabo el proyecto, pero es muy importante que no se abandone la meta; si un plan no funciona se debe intentar con otro”.

Por su parte, Silvia Torres Carbonell, Directora del Centro de Entrepreneurship del IAE, analizó: “Estamos asistiendo en la Argentina a un proceso sumamente interesante: el fenómeno emprendedor avanza, se consolida y se hace cada día “más famoso”. En los últimos 13 años, se ha consolidado un ecosistema emprendedor formado por instituciones públicas y privadas, universidades, centros de investigación, medios de comunicación, ONG’s y algunos programas gubernamentales de apoyo a emprendedores”.

En cuanto al contexto, Carbonell detalló: “Los emprendedores hoy se muestran casi como héroes, y la actividad emprendedora como una opción deseable de desarrollo de carrera y una forma genuina de generar ingresos. Esto, asociado a que Argentina al igual que gran parte de Latinoamérica es hoy “tierra de oportunidades”, con nichos de mercado sin explotar, demanda ávida de servicios y productos innovadores, disponibilidad de materias primas, alto nivel de capital humano, está impulsando el crecimiento de la actividad emprendedora tal como lo reflejan los resultados del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), un estudio internacional que mide comparativamente la cantidad y calidad de emprendedores en la población activa de más de 60 países”.

A modo de cierre, la especialista sostuvo: “La Argentina es una sociedad con una arraigada vocación emprendedora en su población, con aptitudes y capacidades para emprender nuevos negocios pero que encuentra fuertes impedimentos en el sistema político e institucional”.