Inicio Empresas y Negocios Tras la avalancha de críticas, Brasil suspendió trabas a las importaciones

Tras la avalancha de críticas, Brasil suspendió trabas a las importaciones

Luego de la catarata de protestas que recibió, el gobierno de Brasil anunció el miércoles la suspensión de la recién implantada exigencia de licencias previas para la importación de una gran variedad de productos.

“La suspensión de las medidas es para calmar los ruidos y confusiones que surgieron en los últimos días”, señaló a la prensa el ministro de Hacienda, Guido Mantega, luego de que empresarios brasileños y de los países miembro del Mercosur se manifestaran en contra de la aplicación de estos instrumentos proteccionistas.

Mantega explicó que había conversado telefónicamente con el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Miguel Jorge, quien está en una misión comercial en Africa, y que ambos concordaron en revocar la medida.

Las licencias, que tenían vigencia desde el lunes pasado y regulaban cerca del 60% de las importaciones brasileñas, podían demorar hasta diez días en ser aprobadas.

Entre los productos que súbitamente se vieron afectados por los mayores controles se encontraban la industria de molienda de trigo, plásticos, hierro y acero, bienes de capital, máquinas y aparatos eléctricos, textiles, automóviles y autopartes, todos sectores donde la Argentina tiene una muy alta participación.

Sin embargo, desde este jueves volverá a regir el anterior sistema.

Con Uruguay comenzó la marcha atrás
La decisión del gobierno brasileño de poner fin a la medida comenzó a cristalizarse en horas de la tarde del miércoles, tras una conversación entre los presidentes de Uruguay y Brasil.

“El Presidente Lula da Silva le expresó (a Tabaré Vázquez) que había revocado esa decisión y dado la orden correspondiente que garantiza que no se afectarán las exportaciones”, informó la presidencia, sin dar otros detalles.

“Es una buena noticia, es lo que nosotros estábamos solicitando”, sostuvo Teresa Aishemberg, secretaria ejecutiva de la Unión de Exportadores de Uruguay, según la agencia Reuters.

“Si se hubiera implementado iba a ser una situación preocupante, porque las medidas se sumaban a otros elementos que nos están afectando como baja de precios internacionales abrupta, una grave sequía, la crisis internacional”, agregó Aishemberg.

Apenas minutos después de que el gobierno uruguayo hiciera pública la noticia, funcionarios brasileños salieron a aclarar que la suspensión era general.

Un “papelón” político
A pesar de la repercusión que hubo entre empresarios de todo el bloque, para Gustavo Segré, director de la consultora Center Group, “pesó mucho más el descontento de los propios empresarios brasileños”.

Sucede que, si bien en el listado de productos había bienes de consumo, también afectaba a insumos y bienes de capital claves para la industria.

“Las fábricas que trabajan con el sistema just in time, hasta que esto estuviera aceitado, iban a tener que generar grandes stocks en momentos en que falta liquidez”, sostuvo el especialista.

Sucede que “acá en Brasil la mayoría de las industrias dependen, en mayor o menor medida, de la importación. Esto, sumado a la dificultad para hacerse de stock al pasar el dólar de 1,60 reales a 2,30 y los problemas para fondearse, iba a generar un gran problema”, agregó Segré.

En este sentido, destacó el caso de la empresa Nokia, “que de golpe no tuvo insumos y paró la producción”.

El consultor catalogó el hecho como un “papelón” y “un retroceso interno terrible”. “¿Cómo puede ser que un gobierno lance una medida y que tres días después la levante?”, disparó.

Con respecto a lo que vendrá, Segré explicó que la suspensión se mantendrá firme hasta el regreso del ministro de Desarrollo de su gira por África. Luego, no descartó que el gobierno brasileño fije otro tipo de medida, “algo intermedio y no como la anterior que afectó al 60% de las importaciones”.

Horas de tensión en la Argentina
En el plano local, la implementación de trabas había caído como un balde de agua fría entre las autoridades argentinas, que en ningún momento habían sido alertadas por la contraparte brasileña.

El problema de la sorpresiva jugada de la administración del presidente Lula era que la Argentina es altamente “brasildependiente”: el 19% de lo que le vende el mundo se dirige hacia ese país, más del doble de lo que anualmente se coloca en EE.UU. y China, segundo y tercer mercado, respectivamente.

Antes de la decisión brasileña, Mauricio Claverí, economista de la consultora Abeceb.com, había alertado a iProfesional.com que “la Argentina participa prácticamente en todos estos productos. Estimamos que estas medidas involucran a más del 70% de los productos que la Argentina le exporta a Brasil”.

Cumbre en la Rosada
Frente a esto, mientras en el mundo se conocía la decisión de Brasil de dar marcha atrás, en la Casa Rosada la presidenta Cristina Fernández de Kirchner mantenía una reunión con los ministros Carlos Fernández (Economía), Jorge Taiana (Relaciones Exteriores) y Débora Giorgi (Producción), además del secretario de Industria, Fernando Fraguío.

La cumbre, que tuvo lugar después del anuncio del canje de los préstamos garantizados, se extendió por una hora. Sin embargo, al recibir la información de que el foco de conflicto había sido desactivado, culminó sin ningún tipo de novedades.

“Básicamente se repasó la situación y dado que se las medidas quedaron sin efectos, no se tomó ningún tipo de decisión”, explicaron a iProfesional.com desde el Ministerio de Producción.

Un freno que llegó a tiempo
La decisión de Brasil evitó un mal mayor en las relaciones bilaterales y desactivó los primeros indicios de conflictividad comercial.

Sucede que para este jueves, en el marco de la reunión de comisión directiva, dirigentes de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), iban a definir un posible pedido a las autoridades nacionales para que apliquen un esquema de reciprocidad para los productos brasileños.

En otras palabras, “devolverle la gentileza” con más trabas.

Este sector era, claramente, el más afectado, ya que de los 17 complejos que pasaron a tener licencias, siete respondían al metalúrgico.

En diálogo con iProfesional.com, Sergio Vacca, en ejercicio de la presidencia de la entidad en reemplazo de Juan Carlos Lascurain, había asegurado horas antes de conocer la suspensión que “en nuestro sector nosotros apenas le imponemos licencias a 17 partidas arancelarias. Lo que estaban haciendo ellos era una locura, porque involucraba a 1.500 posiciones. Esto no era viable”.

Las razones, en duda
La versión que dio el gobierno brasileño el lunes, en respuesta a las versiones que señalan que se trata de una medida proteccionista, era que el Ministerio de Desarrollo buscaba elaborar estadísticas más precisas sobre qué productos está comprando Brasil en los mercados internacionales y, además, armonizar las estadísticas, ya que los números del Ministerio difieren con los de la Receita, el equivalente a la AFIP argentina.

A pesar de esto, los especialistas en todo momento desestimaron los argumentos oficiales y aseguraban que la administración de Lula estaba preocupada por el impacto de la crisis global y que la medida claramente apuntaba a evitar el colapso del superávit comercial.

En efecto, el país vecino acumula un déficit de u$s645 M en lo que va del año, un dato alarmante para las cuentas brasileñas, teniendo en cuenta que se trata de una economía acostumbrada a vivir con un amplio superávit comercial.

De hecho, desde noviembre del 2000 que Brasil no registraba un déficit mensual superior a los u$s600 M como ocurre actualmente.