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Turismo en Calamuchita: menos de lo esperado

Calamuchita. Las vacaciones de invierno transcurrieron cansinamente por el Valle de Calamuchita, sin la afluencia de turistas esperada por el sector privado.

Hoy ya no quedan turistas. En las dos primeras semanas se esperaron a los cordobeses y santafesinos, en las dos últimas (hasta hoy) a porteños y bonaerenses, pero en ninguna se llegó a colmar las expectativas. Aunque nadie se animaría a calificarla como una mala temporada, son pocos los que se atreven a dale la categoría de buena. En realidad, algo similar ocurrió en el resto de los valles turísticos cordobeses.

Ya el nivel de consultas previas decayó este invierno respecto de los anteriores, lo que hacía presumir lo que finalmente ocurrió: menos gente y menos ingresos que en años anteriores.

Calamuchita había tenido un verano y una Semana Santa que la mayoría de los operadores turísticos habían calificado como muy satisfactorios. No ocurrió lo mismo con este invierno.

Las localidades más concurridas, como Santa Rosa y Villa General Belgrano, se mostraron durante los días de semana casi como fuera de temporada. Apenas sábados y domingos repuntaba el movimiento.

“La gente ha decidido otros destinos para las vacaciones, ha salido a la nieve o al norte. Creo que en todas las sierras se ha sufrido esta merma”, opinó Roberto Pita, presidente de la Asociación de Cabañeros, Hoteleros y Empresarios Turísticos de Villa Rumipal. Según comentó, en su establecimiento registró un promedio de ocupación del 20 por ciento, lo que consideró “muy bajo” e inferior al receso invernal pasado. Pita dijo que en líneas generales, la sensación del sector es la misma.

“Ha sido una temporada floja, esperábamos más afluencia turística. La ocupación se mantuvo entre el 30 y el 40 por ciento y aumentó un poco más los fines de semana”, señaló Carla Vittone, directora de Turismo de Embalse. La escasa cantidad de turistas motivó que un evento programado para 11 días en Embalse debiera recortarse y suspender algunas de las actividades.

Para el secretario de Turismo de Santa Rosa, Juan José Hubert, la crisis energética provocada por el frío fue el principal factor que frenó a los turistas. Hubert sostuvo que hubo otros lugares de la provincia aún con menos movimiento. “Hemos duplicado la inversión en publicidad; por ahí el hecho de no ser los más afectados ha sido por esa promoción”, acotó, aunque reconociendo que la temporada “ha sido floja”.

El promedio de ocupación en Santa Rosa, según la oficina de Turismo, osciló del 30 al 35 por ciento de lunes a viernes y del 60 al 65 por ciento los fines de semana.

La merma de turistas no afectó, en Santa Rosa, la Fiesta de Sabores Serranos, cuya convocatoria (unas ocho mil entradas vendidas) dejó conforme a los organizadores.

En Villa General Belgrano también se admite que esta temporada estuvo por debajo de las expectativas, con un promedio del 50 al 60 por ciento de ocupación de sus plazas de alojamiento disponibles. Para algunos fue un 10 por ciento menos que en 2006; otros calcularon la baja en un 30 por ciento.

En Villa General Belgrano, durante tres fines de semana se desarrolló la 23º Fiesta del Chocolate Alpino: ingresaron al salón más de 13 mil personas en los seis días. Según el municipio organizador, no es un mal número.

Valentín Stähli, presidente de la Asociación Hotelera, apuntó: “Es que lo que antes se concentraba en 15 días, ahora es en un mes. Todos trabajamos en un 45 a 50 por ciento, y los fines de semana en un 65 por ciento. Si bien no cubrió las expectativas de todos, está dentro de los parámetros normales”.

Desde el área Turismo del municipio, en tanto, prefirieron calificar como “buena” la temporada, aunque admitiendo que “con un 10 por ciento menos de actividad que el año pasado”.

Mari Apolloni, propietaria de un restaurante en Villa General Belgrano, opinó: “Trabajo tuvimos bastante, pero con menor volumen de consumo, con más gente que se cuidó del gasto”.

Para Pablo Czujka, dueño de un apart hotel, no fue una temporada buena. “Francamente de las cuatro temporadas de invierno que llevo, esta fue la más floja y con un público de menor poder adquisitivo”.

En tanto, en La Cumbrecita, la directora de Turismo comunal, Ingrid Cabjolsky, dijo que la temporada “fue diferente a la del año pasado, pero no un lamento”. Allí, las plazas de alojamiento se ocuparon en un 55 por ciento de lunes a viernes y el 80 por ciento los fines de semana. La funcionaria señaló que la nieve, en varias de las jornadas invernales, resultó ser un fuerte atractivo que colaboró en la afluencia de visitantes, aunque la mayoría de paso (sin pernoctaciones).

¿Es mejor dos semanas?
Para el presidente de la Agencia Córdoba Turismo, el embalseño Carlos Alesandri, sostuvo que el desdoblamiento de las vacaciones en dos grupos de provincias, no es beneficioso. “No nos gusta la extensión y discontinuidad de las vacaciones de invierno tal como están planteadas. Cuando uno tiene un hotel o complejo de cabañas, una cosa es tenerlo al 100 por ciento 15 días y otra es al 30 o 50 por ciento de su capacidad durante 40 días. Los gastos operativos requieren una prolongación en el tiempo y disminuyen la rentabilidad”, opinó el funcionario.

De todas maneras, Alesandri contrarió la impresión general y dijo que Córdoba registró en la primera quincena de julio un nueve por ciento más de turistas que el año pasado. Las cifras “oficiales” de la segunda quincena aún no están procesadas.

También responsabilizó a la crisis energética de que la afluencia no haya sido mayor. “No ha sido lo bueno que esperábamos,pero tampoco un desastre”, redondeó.