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Un año récord para los eventos, los congresos y las exposiciones

El llamado “turismo corporativo” pasa por su mejor momento: nunca antes en el país hubo tantas exposiciones y congresos y eventos empresarios. En conjunto, estas reuniones generaron negocios por $5.000 millones, según datos de las empresas del sector, y en algunos lugares, como la Capital Federal, no hay lugar disponible para realizar convocatorias de mediana envergadura hasta 2010.

Desde fines de los 90 que no se ve cosa igual: muchos creen que 2007 será un año récord. “Hubo más de 1.100 congresos y 380 exposiciones, por los que pasaron 9 millones de personas”, resumió Juan Carlos Grassi, director de la revista Ferias & Congresos, que viene midiendo el nivel de actividad desde 1980. “Las convenciones y ferias facturaron más de $ 2.000 millones”, añadió.

La euforia de los empresarios parece justificada si se tiene en cuenta que entre el 30 de setiembre y 5 de octubre se llevó adelante en La Rural el 21º Congreso Mundial de Dermatología, calificado como “la convención científica más grande de la historia”. Se acreditaron cerca de 14 mil personas de 117 países, según datos de La Rural. Pero para mayo del año próximo está previsto otro congreso, esta vez de cardiología, que promete convocar a unas 15.000 personas.

Esta clase de eventos, como las exposiciones, sobre todo las internacionales, tienen alta consideración para el turismo, porque atraen visitas de todas partes del mundo y de alto poder adquisitivo. Norberto Gunsberg, director del Foro Argentino de Viajes Corporativos, dice que para el congreso de dermatología, la plaza hotelera estuvo colmada desde antes y después de finalizado. Muchos aprovecharon la estadía para conocer y disfrutar. La Cámara Internacional de Turismo estima que por cada dólar que se invierte en un evento de estas características, a la ciudad le queda entre 12 y 15 dólares, por los gastos de hoteles, gastronomía, transporte, entretenimiento y compra de regalos.

La pelea entre los países por conseguir la organización de una convención internacional es una batalla que dura varios años. Algo parecido, dicen los entendidos, a lo que ocurre con las sedes de los mundiales de fútbol, las olimpíadas o ciertos festivales culturales, que van rotando la sede año a año. Lo curioso es que tanto el congreso de dermatología como el de cardiología se lograron en 2002, cuando la Argentina transitaba la peor crisis de su historia.

Al respecto, Ana Gurwicz, presidente de la AOCA (Asociación Argentina de Organizadores y Proveedores de Exposiciones y Congresos), le reconoce al Gobierno parte del mérito. “Creo que hubo buena sinergia entre el Estado y los privados, específicamente con la Secretaría de Turismo, para atraer este tipo de eventos al país. Eso hace que estemos acercándonos al ideal de trabajo”, dijo la ejecutiva a iEco, y concluyó: “en general, la facturación creció entre un 30 y un 34%”.

Con 30 años de trayectoria en la actividad, María Graziani, de Graziani & Asociados, sostiene que se está recuperando a Buenos Aires como sede de congresos internacionales. “Estamos compitiendo, y en algunos casos ganando, para organizarlos”, puntualiza. La infraestructura, el transporte y la gastronomía son algunos de los factores que inciden en la elección. Hoy Buenos Aires figura en el top ten de los destinos turísticos, junto con Nueva York, París y Londres.

Para la convención de dermatología, la pulseada final fue con Canadá. Ana Juan, de Ana Juan Congresos, califica al hecho como un milagro. “Conseguir la organización depende de muchas variables, pero es casi una campaña política, porque hay que juntar votos. En 2002, pese a la crisis, ya se estaba viendo que el país tenía precios muy bajos”, recordó la empresaria.

Con respecto al boom de la década del 90, apunta Fernando Gorbarán, de Indexport Messe Frankfurt, hay varias diferencias. “Ha cambiado el modelo ferial. En la década pasada, las exposiciones apuntaban a vender al mercado interno. En la actualidad, sirven de plataforma para colocar productos en el exterior, principalmente en Latinoamérica. Además, hoy el 90% de los expositores son pymes”, analizó.

Vidrieras
En rigor, como las exposiciones y ferias son plataformas de negocios, a Buenos Aires se la considera como una de las tres vitrinas de lujo, junto a México y San Pablo, para la promoción de productos. Pero el interior también tiene plazas muy atractivas.

Gorbarán dice que hay cinco parámetros para medir el nivel de actividad: la cantidad de metros cuadrados de stands, la arquitectura publicitaria, la ocupación de personal (promotoras, seguridad y limpieza), la folletería y el merchandising y el gasto en hotelería, transporte y gastronomía. “En los cinco rubros, la inversión actual es más alta que en los 90”, afirma el empresario.

El director de Congresos Internacionales (la firma organizadora del congreso de cardiología), Mariano Castex, pone algunos paños fríos. “No es tan importante tener el congreso más grande de la historia. Lo mejor que le puede pasar al país es que todas las semanas haya un congreso. Si bien el negocio está en pleno crecimiento, yo veo algunas luces rojas. Hay hoteles, por ejemplo, que cobran la habitación US$ 400 por día, lo mismo que se cobra en Barcelona”, protestó.