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Un paso a paso para cuidar la piel post verano

En la actualidad, tomar sol requiere de una serie de cuidados especiales, dados los efectos nocivos que los rayos UV pueden ocasionar en nuestra piel, que son acumulativos y, en algunos casos, irreversibles.

Cabe destacar que todas las acciones tomadas antes de exponernos al sol redundarán en el beneficio de nuestra piel y de nuestra salud.

La primera regla: no exponernos al sol durante largas horas, en forma continuada, y sin protección. Se recomienda utilizar productos con factor de protección no menor a 15, renovando la aplicación en cantidad cada dos horas, y evitar horarios en los cuales los rayos penetran con mas intensidad. Las pieles delicadas o muy blancas deberán ser protegidas por un factor mayor, y las de los niños, con un bloqueador total.

En cualquier caso, no confiemos en los días nublados, ya que las nubes dejan pasar la radiación, y eso se verá reflejado en la piel.

Una vez asimilado el hábito de la prevención, no olvidemos dedicarle tiempo necesario al cuidado post solar, fundamental para preservar la epidermis y evitar el deterioro cutáneo.

Antes de elegir un producto, habrá que evaluar en qué condiciones se encuentra nuestra piel, y de acuerdo a eso elegir el tratamiento adecuado. Muchas veces el bronceado se retira de modo desparejo. En tal caso, será conveniente utilizar un exfoliante corporal (ya sea crema, jabón o sal de baño) que remueva las células muertas, lo cual dejará la piel preparada para recibir más efectivamente la hidratación y la nutrición.

Cuando la piel se encuentre uniforme, ya podemos proceder a la hidratación. El mercado ofrece gran variedad de productos after sun para cubrir distintas necesidades, elaborados con componentes tales como ácidos grasos y vitaminas destinados a humectar, nutrir, aliviar, sanar, estabilizar, revitalizar y prolongar el bronceado. Según su formulación, pueden tener propiedades calmantes, descongestivas, antiinflamatorias, regenerativas, refrescantes, etc. También hay distintas opciones de texturas y presentaciones: emulsiones, cremas, lociones, sprays, mousse, entre otras.

Al rostro debemos dedicarle un cuidado extra. Es sabido que la piel del cutis es extremadamente delicada, pues su exposición a la influencia de los factores externos suele derivar en la aceleración del envejecimiento.

Antes de hidratar con un complejo proteico general para el rostro y otro específico para contorno de ojos y labios, se sugiere aplicar una mascarilla exfoliante-antioxidante que deje la piel libre de impurezas.

Es necesario recalcar que la hidratación debe ser un hábito incorporado a nuestra rutina, y no una acción puntual obligada que, pasado el verano, quede en el olvido. Eso ayudará a conservar la piel en buen estado, y en condiciones de afrontar la temporada invernal, que requiere tanto cuidado como la estival.

Si hemos sufrido reacciones poco frecuentes, como por ejemplo erupciones o ampollas, no dudemos en acudir al dermatólogo.