No habrá sido sencillo para Jeff Immelt suceder al mítico Jack Welch al frente de General Electric. Welch, un auténtico emblema de la organización, dirigió GE durante dos décadas y fue elegido “CEO del siglo” por la revista Forbes.
Un similar desafío enfrentó Sam Palmisano en IBM, cuando reemplazó al legendario Lou Gerstner que salvó a la empresa de la bancarrota en la década del ’90 (para después dedicarse a brindar conferencias sobre cómo lo hizo).
Así, si los primeros meses al frente de una empresa siempre son difíciles, imagine cuando además usted ha llegado para reemplazar a una leyenda.
Una investigación con la participación de 125 altos directivos publicada en BusinessWeek nos brinda algunos consejos para CEOs en tan incómoda situación:
1) Sea humilde
Los CEOs exitosos reciben toda clase de beneficios de las empresas.
En los Estados Unidos, esto significa no sólo un salario estratosférico sino también toda clase de excentricidades como el uso del avión de la empresa para escapadas de fin de semana o un Rolls Royce con chofer de guantes blancos.
Desde luego, no hay nada de malo con estos beneficios si, durante su gestión, usted ha conseguido triplicar las utilidades de la empresa.
Pero si usted está reemplazando a un exitosísimo y extravagante predecesor, será mejor que no tome los beneficios como un “derecho adquirido” de la investidura del CEO.
De hecho, un buen gesto para ganar credibilidad a ojos de empleados y accionistas consiste en renunciar a los beneficios (al menos, hasta que demuestre que usted también los merece).
2) Gestione la presión
Si convertirse en el número uno de cualquier gran empresa ya implica severos niveles de estrés, suceder a una leyenda añade las presiones que se impone uno mismo para demostrar que no es menos que su predecesor.
Así, el trabajo se vuelve particularmente desgastante.
Por lo tanto, señala la investigación de BusinessWeek, es fundamental mantener los pies sobre la tierra y buscar el constante consejo y apoyo psicológico de las personas que han estado a su lado durante toda su carrera (familia, amigos y colaboradores).
3) Sea usted mismo
Finalmente, y en relación con el punto anterior, de nada le servirá imitar a su predecesor.
Considere su trayectoria como una valiosa lección pero no se olvide que se trata de una persona distinta que actuó en un contexto diferente.
Imitarlo no sólo parecerá falso sino que sólo servirá para atormentarlo y sentirse insignificante.
En definitiva, los CEOs míticos se retiran en medio de los flashes, los aplausos y las conferencias. Pero, tras ellos, dejan un vacío difícil de llenar.
Y, si bien no existen recetas infalibles, los ejecutivos entrevistados señalaron que la clave para el sucesor consiste en grandes dosis de humildad y mantener los pies sobre la tierra.
