La comunidad autónoma de Cataluña se encuentra situada al noreste de la Península Ibérica. Comprende 4 provincias: Lérida, Gerona, Barcelona y Tarragona. Desde el punto de vista turístico, tiene muchos atractivos: Barcelona es la segunda ciudad de España , después de Madrid. En la década de los 80 se celebraron allí los juegos olímpicos, con lo cual la ciudad fue ampliamente remodelada. Entre sus numerosos atractivos se destacan las ramblas, el puerto y sus alrededores, Montjuic y, por supuesto, las obras arquitectónicas de Gaudí, siendo la Sagrada Familia la más importante.
Otros atractivos de la región son sus playas: esta zona del mediterráneo se llama la Costa Brava, y aunque las playas no son tan populares como las del sur de España, bien valen la pena una visita. La ciudad de Gerona tiene un importante casco histórico y, en la misma provincia, se encuentra la localidad de Figueras, cerca de la frontera con Francia. Esta ciudad es el lugar natal de Salvador Dalí, y allí se encuentra su casa/museo, cuya fachada, llena de reproducciones de panes y huevos es tan bizarra como la obra que contiene.
En cuanto a la producción de vinos, si bien Cataluña tiempo atrás no se encontraba entre las regiones productoras tradicionales, actualmente se encuentra a la vanguardia en el país en cuanto a experimentación de técnicas y métodos vitivinícolas y cultivo de variedades.
Existen varias bodegas, como Miguel Torres, que han adquirido un importante desarrollo e incluso se han expandido fuera de las fronteras españolas. Dentro de la región se producen vinos blancos y tintos que se encuadran en varias Denominaciones de Origen. Sin embargo, hoy nos enfocaremos en una de ellas, que es el vino espumante producido en la región, que se denomina Cava. Este vino es un producto mucho mas moderno que su homólogo más reconocido de Francia, el champagne. Las primeras botellas de este espumante catalán se produjeron a fines del siglo XIX, la palabra Cava apareció por primera vez en 1969, y la Denominación de Origen se estableció en 1986.
Actualmente, el Cava tiene su centro de producción en la región del Penedés, mas específicamente en los alrededores de la localidad de Sant Saturni de Anoia.
Pasando a los detalles de la elaboración del vino, se usan cepas típicas de la zona, principalmente macabeo, parellada y xarel-lo, todas ellas blancas, aunque también está permitido el uso de algunas cepas tintas para la elaboración de los vinos rosados. El método de producción tiene que ser el denominado método tradicional, es decir, luego de la producción del un vino base se coloca este caldo con levaduras en la botella a fin de producir una segunda fermentación que es responsable de la aparición de las burbujas. Al igual que en el caso del champagne, el Cava puede contener distintas cantidades de azúcar, lo que da origen a diversos tipos, cuyos nombres, que podemos encontrar en las etiquetas, son:
Por último, otro detalle de la producción que debemos considerar y que también se encuentra en las etiquetas, es el tiempo de añejamiento de las botellas y, al igual que en el caso del champagne, si el vino es producto de una sola cosecha, en cuyo caso lleva el año (en general los vinos espumantes son mezclas de varias cosechas y por eso no llevan un año en la etiqueta). Los diferentes tipos son:
Como referencias de degustación podemos mencionar que a la vista los cavas blancos siempre deben tener un color amarillo verdoso, pudiendo ser mas dorados en el caso de los de mayor crianza.
En los espumantes, la apariencia de las burbujas nos ayuda a reconocer la calidad del producto: en los buenos vinos de este tipo se observa la formación de burbujas pequeñas y continuas, conocidas como collar de perlas. En nariz, al igual que en la mayoría de los espumantes, predominan las notas a pan, manteca, frutos secos, y algunas notas de peras y manzanas. En los cavas de mas crianza predominan mas los aromas más complejos. En boca, predominan la frescura y la acidez.
Los productores más conocidos de Cava son:
Otras marcas de excelente calidad, pero que no se consiguen en Argentina son: Agusti Torello Mata, Raventos y Blanc, Mascaró, Llopart, Alsina y Sardá, Nadal, Masac, Rovellats, Rexac Baqués y Recaredo.
En cuanto a la combinación con las comidas, muchas personas asocian este tipo de vinos con el postre. Sin embargo, desde el punto de vista del maridaje no es una buena idea, ya que el principio de la combinación de vinos y comidas debe ser que el sabor de la comida no opaque el del vino y viceversa. Por lo tanto, si un postre es muy dulce, lo más probable es que enmascare el sabor del Cava y no lo podamos disfrutar. Los únicos postres con los que recomendaría combinar son: tortas de frutas (que no tengan mucha crema o dulce de leche), frutas secas, galletas duras con almendras y helados suaves.
Otras ideas: los espumantes secos son excelentes como aperitivo. Son una excelente combinación con los frutos de mar: langostas, centollas, langostinos, y van particularmente bien con ostras y caviar. También pueden combinar muy bien con terrinas y foie gras. Y para los más audaces, combinan muy bien con platos de vegetales y ensaladas (como por ejemplo palta, espárragos, etc), sopas, cremas y purés a base de vegetales o pescados, y además, es uno de los pocos vinos que combinan bien con los platos a base de huevo, como omelettes y huevos saltados o poché.
Y una última recomendación que debemos hacer respecto al Cava y los vinos espumantes en general es que no deben guardarse. Estos vinos cuando salen a la venta están en su mejor condición para el consumo, guardarlos solamente los empeora y lo más probable es que pierdan el gas, que es la característica más apreciada de los mismos.
