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Aquí están, éstas son las caídas más colosales de la historia del mundo empresario

Todavía el capítulo actual no está escrito en los libros de historia. Sucede que, hasta hace poco, era otro el guión que se contaba.

El “exceso de dinero” se había apoderado del mundo de los negocios: el mundo empresario nadaba en abundante liquidez, reinaba el crédito barato, existía una gigantesca ola de fusiones y adquisiciones entre compañías, los fondos de inversión se peleaban para adquirir firmas. Todo esto fue parte de un pasado, no muy lejano, que transcurrió hasta hace apenas dos años y que fue bautizado por muchos analistas como la época del “easy money”. (Ver nota: El “exceso de dinero” se apodera del mundo de los negocios).

De hecho, hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI), o calificadoras de riesgo como Standard and Poor’s, adelantaban que el optimismo se mantendría a la par de las bajas tasas de interés, el alto crecimiento del Producto Briuto Interno (PBI) y el exceso de ahorro. En ese mundo feliz, había claramente unos “príncipes”, que bailaban al compás del dinero que recibían, eran los más admirados y ocupaban el centro de la escena mundial: los emergentes.

Pero la película de repente cambió. Y todo se esfumó. Quedaron al descubierto los desfajes de “los tiempos de vacas gordas”, que nadie pensó que pudieran acabarse tan rápidamente.

“Cuando se cree que los árboles crecen hasta el cielo, todos lo riegan; cuando el viento empieza a soplar en contra, las compañías empiezan a caerse”. Así, con pocas palabras, los expertos explican una realidad – que sólo fue anticipada por algunos pocos – y que ahora está produciendo el derrumbe de compañías legendarias.

Según explicó a iProfesional.com el economista Miguel Ángel Broda, “estamos ante la peor crisis económica ocurrida después de la Segunda Guerra Mundial, con un colapso espectacular que sufrió EE.UU. en el cuarto trimestre de 2008, que llegó a 6%, y se repetirá en el primero de este año, que superará el 5 por ciento”.

¿Cuál fue la causa?
“Eran empresas que funcionaban con poco patrimonio, sin bases sólidas. Trabajaban gracias a la bicicleta financiera y el límite llegó con una crisis donde lo primero que se reduce son las líneas de crédito”, agregó Carlos Olivieri, director de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral (Buenos Aires), Miembro de Raymond James y ex presidente del Banco Nación.

Y lo peor de esta crisis, que va alcanzando poco a poco a todo el mundo, es que todavía “está en llamas”. Es decir, la burbuja esta en pleno estallido.

La realidad, en números
Los datos de las principales compañías de EE.UU. son contundentes para dimensionar el crac. En apenas un año, 15 empresas valen u$s1,5 billones menos, la cifra equivale a 5 veces el PBI de la Argentina.

Esto se debe a que el valor de sus acciones se desplomaron hasta más del 90%, tal como lo vivió la bolsa de Nueva York hacia mediados de 1932 y cuya recuperación se demoró por más de 20 años.

Con sólo mirar el cuadro, se observa que “grandes colosos”, como el Citigroup, General Motors (GM), Bank of América, General Electric y hasta American Express sufrieron desplomes superiores al 80% en el valor de sus acciones.

Vale decir que hoy, un accionista o un fondo inversor, apenas puede recuperar menos del 20% de su desembolso inicial. Y en casos extremos como los son el Citi o General Motors, por cada u$s100.000 invertidos sólo pueden hacerse de – aproximadamente – 5.000 dólares.

Ante este panorama, que sirve para mostrar la cruda realidad, que no sólo azota a grandes firmas sino a todas las compañías en general, los especialistas advierten sobre las futuras consecuencias.

Según Broda, EE.UU. está haciendo una política expansiva, pero eso parece solo en los papeles. “Lo más estimulante en economía es que se normalice el mercado del crédito, eso esta todavía en veremos porque los planes de rescate del sistema bancario no han generado credibilidad ni se mostraron eficaces”.

“Es imposible reconstruir el sistema de capitales sin salvar el sistema bancario”, explicó Broda.

De acuerdo al economista, la caída fue causada por el exceso de los bancos. “Entonces aparece el dilema de que hay que salvarlos, pero todos saben que son los causantes de la desgracia y entonces se genera resistencia”, reflexionó.

El golpe de la crisis al sistema financiero es lo primero que sale a la luz en EE.UU. que según el analista internacional Jorge Castro abarca a los grandes bancos comerciales. Muestra de ellos es el Citigroup, aunque su situación hacía previsible el colapso.

“Tenía u$s1.500 millones de activos con un patrimonio que era solamente el 4 o 5% de ese activo – sin considerar las acciones preferidas del Estado -. Con viento en contra uno debe tener espalda para salir de frente y esta entidad que sufrió la crisis de hipoteca subprime no tiene como responder. Lo mismo que el Royal Bank o Scotland, cuyo patrimonio representaba el 5% de sus activos”, explicó Olivieri.

Otros sectores
Si bien nace en el sistema financiero, era inevitable que el desajuste invadiera a otros sectores, como el caso de las automotrices. Además, en los de producción industrial aparece otro problema que es la caída de la demanda y la recesión generada por la crisis de desconfianza que desató el crac financiero.

La contracción coloca al borde de la quiebra a grandes empresas como General Motors, que enfrentan dificultades estructurales por sus mayores costos de producción. “Esto es un fenómeno propio de GM, Ford y Chrysler, que están al borde de la quiebra a pesar de la ayuda estatal”, coincidieron Castro y Olivieri.

En las grandes de Detroit se dio además una pérdida de competitividad estructural en los últimos años frente al resto de las automotrices de propiedad extranjera, como Toyota o Volkswagen, que tienen plantas en los estados del sur de EE.UU. pero no tienen problemas de competitividad, aunque sí sufren una caída extraordinaria en ventas.

Diana Mondino, especialista del CEMA, hace hincapié en el nivel de endeudamiento y el agravante de acuerdo al plazo de sus vencimientos. “Las que necesitan refinanciar en 2009 estarán más ajustadas que el resto. A las deudas se debe sumar la baja de rentabilidad. Entre ambos factores se da un cóctel letal”, agregó.

El valor de las compañías
El valor global de todas las acciones comunes, cotizables o puestas en la bolsa por una compañía, se denomina capitalización bursátil. El valor total surge de multiplicar la cantidad total de acciones comunes en el mercado por el precio al momento de la cotización.

Esta capitalización indica cuánto patrimonio de una empresa está disponible para la compra y venta activa en la bolsa. También refleja el grado de éxito de la compañía: cuanto mayor sea la capitalización, tendrá más capital con que trabajar.

Manteniendo como referencia las 15 empresas más lesionadas, en un año su capitalización bursátil se redujo en u$s1,5 billones.

Este dato alimenta las comparaciones con los precedentes históricos de 1929 y 1987. La “gran depresión” de 1929 se tradujo en varios años de recesión económica, desempleo y miseria, que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial. El desplome de los mercados bursátiles tuvo lugar tras la explosión de una burbuja especulativa que llevó a millones de estadounidenses a comprar acciones a través de fondos de inversión, los “trust funds” que se hundieron unos tras otros.

La situación actual no es muy diferente, si se tiene en cuenta las pérdidas que arrastran compañías lideres, cuyas acciones prácticamente valen nada, mientras que, por otro lado, pasan cosas inéditas como que Walt Disney vale ahora 30 veces más que GM.

Otros rubros afectados son el tecnológico, que impactó de lleno en gigantes de la talla de Dell, Microsoft o Intel, o desarrolladores de Internet, dadas las bajas registradas en Yahoo o Google. Un párrafo aparte merece Exxon Mobile, empresa que sufrió en carne propia el desplome del precio del petróleo.

Para Manuel Solanet, director y economista de la consultora Infupa, “los más afectados son los bancos, porque son el meollo del problema, tienen que previsionar el crédito y la mora sigue aumentando”.

Camino a la recuperación
Para los especialistas la crisis actual no tiene fronteras y se sentirá en todos los continentes. “La recesión es en todo el mundo”, señaló Castro.

Si bien recién ha desembarcado en Europa, muchos bancos del viejo continente ya “olfatean” que se avecina una situación similar a la de EE.UU. El más grande de Gran Bretaña tuvo que ser socorrido y pasa lo mismo con las principales entidades de la eurozona. “Muchos dependen hoy de lo que hacen sus Estados respectivos y la mitad de las entidades más grandes de cada país ya están en la misma situación que el Citi”, comentó Olivieri.

Es así como los analistas coinciden en que todavía no se ha tocado fondo. Para Broda, hay que esperar una muy lenta recuperación de la economía mundial.

“Seguirá cayendo en el segundo trimestre del año y quizá en el tercero. “Luego, si los programas de salvataje financiero en EE.UU. y Europa del Este tienen éxito, puede ser que la economía mundial toque fondo en el cuarto trimeste del año y luego empiece a recuperarse”, comentó.

Hasta que el sistema financiero no de señales de eficacia y de credibilidad, es difícil que deje de caer, lo mismo sucederá en las bolsas. “La bolsa anticipa en 6 meses la recuperación de la economía y eso está cada vez más lejos, porque el sistema financiero empeora”, agregó Broda, quien afirmó que la política estatal de salvataje dará efecto recién en 2010, aunque sin euforia.

Pablo Rojo, economista de Río Bravo Inversiones, explicó que aunque cuesta creer que no estemos en el piso y aún puede haber más caídas, “la recuperación va a empezar por acciones de sectores energético, materias primas y minerales, que anticiparán la reversión del proceso recesivo. Como son los mercados mas volátiles, son los que primero reflejan esa tendencia”, explicó.

Para Castro, muy probablemente la recuperación de la economía norteamericana, cuando ocurra, se resuma en un proceso de consolidación de gran escala: compras, fusiones y adquisiciones de otras empresas. “Ya está empezando a ocurrir, y el ejemplo es la compra de Merrill por parte del Bank of America. Es un proceso de reestructuración”, dijo.

Consecuencias locales


Es imposible descartar que Argentina espape a las consecuencias, aunque tal como explicó Mondino, las empresas no sufrirán la falta de crédito porque es una realidad que ya atraviesan hace dos años.

Por otro lado, aquellas que sí tenían alguna línea, se espera que sufran más. “Hay empresas con u$s1500 millones en vencimientos en 2009 y los bancos le dicen abiertamente que no quieren aumentar la exposición en Argentina. Piden que restrinjan el crédito local, o que paguen todo el préstamo al vencimiento, o por lo menos la mitad”, explicó Olivieri.

Las consecuencias son múltiples:

* Las empresas dejarán de invertir y no tomarán personal

* Ante la caída de las ganancias en 2008 que, según sus estimaciones fue del 80% en firmas cotizantes, pagarán menos impuestos

* Se resentirán los ingresos del Estado por los menores pagos

En la Argentina el problema no es la bicicleta financiera porque es un país aislado que mucha exposición a los mercados internacionales no tenía. Pero si es el impacto en el comercio internacional y el precio de las cosas que vendemos, finalizó Broda.