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Asociaciones argentinas: tiempo de cambio

Básicamente, una “Asociación” es la organización de un grupo de personas en torno a una actividad o especialidad común – sea profesional o no – con una misión y una visión que cumplir.

Pero también es una red que entiende que la unión de sus experiencias les puede dar un valor agregado, como descubrir a través del relacionamiento necesidades en común y espacios de conocimiento.

En Argentina hay más de 500 Asociaciones, entre profesionales, no profesionales, de investigación, de sectores comerciales y empresariales como cámaras y federaciones. Hay Asociaciones de personas y también de instituciones. Por ejemplo, la Asociación Médica Argentina reúne Asociaciones del campo de la salud. En cambio, la Sociedad Argentina de Cardiología reúne a los profesionales médicos que obtuvieron la certificación como cardiólogos a través del curso que ella dicta. También existen casos de Asociaciones que nuclean a empresas de un sector determinado, como lo es la Asociación Panamericana de Fianzas… y podríamos mencionar más casos.

Pero la gestión de una Asociación tiene desafíos muy particulares, si su vocación es CRECER. Porque es una estructura que, por ejemplo, no tiene accionistas ó socios que hayan aportado capital constitutivo y que participen o influyan en las decisiones estratégicas. Los miembros son todos “pares” profesionales, por lo que en la mayoría de los casos, el management y el liderazgo confluyen en la figura de la Comisión Directiva y a veces es complicada la toma de decisiones.

Otro reto es la necesidad de resolver la inclusión de las nuevas generaciones, que al igual que en las empresas, se presentan con otro modelo mental y con un código de valoración y sentido de pertenencia distinto. Asimismo existe el desafío de revisar y reposicionar actuales y nuevos productos educativos, que sean percibidos como atributos diferenciales por miembros actuales y futuros, y que sean generadores de recursos económicos genuinos.

En el mundo se recorren distintos caminos para alcanzar estos objetivos, pero hay una tendencia firme: definir un plan de crecimiento y ejecutarlo mediante una gestión orientada a generar resultados, es una tarea delegada a los expertos. De esta manera, los líderes pueden diseñar el futuro y los miembros reciben beneficios reales en el presente.

Los argentinos que participan en cada encuentro internacional – por ejemplo una convención, congreso o simposio – comprueban la eficacia de esta estrategia. Pero en nuestro medio también se han producido cambios. Hasta no hace mucho, era impensado que un grupo de veinticinco voluntarios, miembros de una Comisión Directiva, aceptaran reflexionar y discutir sobre matrices de gerenciamiento, cambio generacional ó marketing para su Asociación. Y también que sean servicios tercerizados el manejo de cuotas de membresía, o la administración on line de trabajos para un congreso científico y de una web interactiva solo para miembros. Y eso está ocurriendo hoy también en nuestro país, en algunas instituciones.

Los roles del liderazgo cambian permanentemente, y la clave es la flexibilidad y la adaptación a las nuevas maneras de gestión. Albert Einstein solía decir “Si quieres que algo cambie, no hagas siempre lo mismo”.

Las Asociaciones argentinas tienen la gran oportunidad de colaborar en la construcción del futuro de sus grupos de interés, de nuestra sociedad y también dentro de la región en los países de habla hispana.

Como siempre, todo depende de que tan dispuestos estemos a colocarnos en otro lugar para mirar la realidad.