Inicio Empresas y Negocios Brasil presenta un crecimiento más moderado en 2011

Brasil presenta un crecimiento más moderado en 2011

El repunte del consumo privado y la inversión privada fue particularmente fuerte en el primer semestre de 2010, sustentado por los incentivos fiscales, el mejor acceso al crédito y el aumento del gasto público previo a las elecciones presidenciales de octubre. La economía mostró signos de sobrecalentamiento en la segunda mitad del año, con un incremento de las presiones inflacionarias. Con el final de algunos incentivos fiscales, el aumento de la tasa Selic en julio, y la aplicación de medidas crediticias restrictivas, el crecimiento económico se mantuvo a niveles más razonables.

La nueva administración ha llevado a cabo un ajuste monetario y fiscal que parece estar dando frutos. Con respecto al año anterior, la actividad continuó disminuyendo en el primer trimestre de 2011, pero debería recuperar un ritmo más sostenido durante el resto del año. La inflación ha disminuido. Aún así, el mercado laboral se ha mantenido tenso, lo que ha contribuido a la persistencia de las presiones inflacionarias. Ante la falta de infraestructura, la actividad económica aprovechará las inversiones que se llevarán a cabo con motivo del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. El consumo privado se ve afectado por las altas tasas de interés que están aumentando la carga de la deuda de los hogares, de los cuales el 60% están endeudados.

El comportamiento de pago de las empresas brasileñas se mantiene en la media mundial

Todos los sectores registraron un buen desempeño en 2010, en particular el sector industrial y el sector de la distribución, lo que impulsó el crecimiento. Por lo tanto, son los más directamente afectados por la desaceleración económica en 2011. Es probable que las grandes empresas continúen financiando sus operaciones en los mercados internacionales, mientras que las empresas más pequeñas, incapaces de autofinanciarse, podrían tener más dificultades, en vista del endurecimiento del crédito llevado a cabo. Las empresas exportadoras, castigadas por la apreciación del real brasileño, tenderán a centrarse más en el mercado nacional, donde el panorama es aún brillante pese a la desaceleración de la demanda interna. El comportamiento de pago de las empresas brasileñas, en general, ha sufrido menos la crisis que el promedio mundial.

La mejora en los pagos registrada en 2010 se correlaciona con la media mundial, una tendencia que probablemente continuará en 2011.

La posición financiera de Brasil merece atención

Se prevé que los objetivos fijados por la nueva administración en relación con el control de la inflación y la deuda del sector público, resulten en una disminución en el gasto fiscal. No obstante, puede resultar difícil romper limpiamente con las políticas que dieron lugar al aumento del consumo interno. Por lo tanto, el déficit fiscal podría permanecer en niveles comparables a los existentes en 2010. La situación financiera exterior de Brasil deberá ser observada. Incluyendo la amortización de la deuda, las necesidades de financiación siguen siendo muy grandes y siguen creciendo considerablemente. Aunque es improbable que Brasil experimente grandes problemas para cubrir esas necesidades, gran parte del capital extranjero generalmente involucrado es volátil en su naturaleza y vulnerable a una crisis de confianza en los mercados. Una huída repentina de capital podría causar una depreciación del real. Aunque sus amplias reservas de divisas le proporcionen una buena capacidad para hacer frente a tal situación, hay que prestar atención a este riesgo, teniendo en cuenta sus implicaciones en la capacidad de las empresas privadas brasileñas para pagar las deudas.

Continuidad política

Como era de esperar, la candidata del Partido dos Trabalhadores (PT), Dilma Rousseff, ganó las elecciones presidenciales el 31 de octubre de 2010. Es probable que la nueva presidenta mantenga la continuidad de una política económica prudente, lo cual es tranquilizador para los mercados. Ella ha heredado un país que se ubica ahora como la octava economía más grande del mundo y como una de las cuatro principales economías emergentes, junto con Rusia, India y China, los llamados países BRIC. Con respecto a las reformas, probablemente las políticas seguirán siendo conservadoras.

Se espera que el escaño temporal de Brasil en las Naciones Unidas hasta el final de 2011 contribuya a mejorar aún más su status e influencia geopolítica.