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Claves para controlar la rosácea

La rosácea es la inflamación de las glándulas sebáceas, de origen desconocido, que afecta de forma predominante a las mujeres de piel blanca y que compromete el tercio medio del rostro, el ala de la nariz y puede presentarse o no con compromiso ocular. En general el compromiso ocular tiene que ver con la inflamación de las glándulas sebáceas, llamadas glándulas de Meibomio, dando ardor, picazón, sequedad, muy fácil de confundir con procesos alérgicos.

Algunas de las señales más predominantes son eritemas, pápulas, enrojecimiento, telangectasias y pústulas.

Existen varias formas clínicas y éstas son: eritematosa, vascular, pápulo-pustulosa, ocular, granulomatosa o, la forma que se da en los hombres agrandando la nariz, rinofima.

No se conoce qué la produce, se sabe que puede tener una conexión con el helicobacter pyloris, que es una patología de tipo gástrica, pero no siempre se encuentra la relación. No tiene cura, es una enfermedad crónica que evoluciona por brotes agudos, que se puede aliviar con tratamientos permanentes, con muy buenos resultados.

La “base” de la rosácea es la vasodilatación, ya que la labilidad de los vasos hace que responda de una manera exagerada a fuentes de calor como las bebidas o comidas calientes, sol, calor, y reacciona enrojeciéndose con mucha facilidad. Casi el 90 por ciento de los pacientes tiene problemas en verano por esas razones.

Las personas que sufran de rosácea se pueden cuidar descongestionando, humectando y tratando la patología desde su comienzo. En general son pieles blancas, secas, intolerantes, con lo cual hay que tratar de descongestionar con yogur natural, agua termal, lociones o geles con manzanilla, caléndula, romero, lavanda, para tratar de bajar el enrojecimiento y calmar el ardor que la patología produce. Además hay que seguir con el tratamiento de base, con la medicación indicada, antibióticos locales cuando hay pústulas.

Para aquellas personas que se expongan al sol, los protectores recomendados son los de factor de protección 50, en gel crema o spray. Cuando el sol actúa sobre una piel con rosácea se observa con más eritema, ardor, con resecamiento, es decir, todos los síntomas se potencian. Además puede tener más compromiso ocular. Hay que tener en cuenta que no hay un tiempo máximo de exposición al sol, el tiempo de exposición tiene que ver con la tolerancia de cada paciente, del protector que use. Un buen tratamiento previo y permanente puede ayudar a tener mayor tolerancia. Si no hay tratamiento alguno, debe evitarse la exposición al sol.

Algunos factores que empeoran la rosácea:

– las comidas picantes o calientes,
– alcohol, ya que son vasodilatadores,
– el estrés también empeora la rosácea,
– duchas muy calientes.
– Muchas veces se agrava en periodos menstruales por la progesterona, que también es vasodilatadora.

¿Qué tratamientos de belleza en gabinete pueden realizarse para combatirla?

Pueden realizarse peelings de mandélico, tratamientos nutritivos y máscaras descongestivas porque las pacientes con rosácea quieren y tienen derecho a lucir una buena piel. Esto significa poder atender a la rosácea pero también atender a la piel de esa mujer, que puede ser añosa o joven y que requiere el tratamiento adecuado. Estos tres pueden hacerse en gabinete siempre que se tenga en cuenta descongestionar a la rosácea primero.

Aquella paciente con rosácea que no tome ningún recaudo provocará una situación de disconfort e intolerancia, que hace que deba recurrir a la consulta médica. Cuando no se trata, los niveles de ardor y sequedad puede llegar a ser muy altos. Cuando una persona con rosácea no se cuida, el síntoma convierte a la enfermedad en intolerante.