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Con construcción, agro y bancos golpeados, un sector en pie apuntalará la economía

La grieta profunda que resintió a los principales sectores que garantizaron el auge económico de la era kirchnerista dejó en pocos días consecuencias preocupantes para el sistema, que necesitará, seguramente, de un largo plazo para soldarse.

De acuerdo a las primeras evaluaciones que se realizaron sector por sector el costo del cambio de expectativas no es bajo:

* La construcción sufrió la caída más importante desde que empezó a repuntar, tras la crisis económica de 2001
* El agro quedó gravemente lesionado con pérdida de mercados internacionales y un desgaste que aún no terminó porque resta definir una política clara
* El sistema financiero fue víctima de la salida de depósitos y el aumento de tasas, que encareció el crédito y lo alejó de particulares y empresas.

A esto se debe sumar un cambio en la demanda por parte de la población que muestra temor a endeudarse y a seguir con la fiesta de consumo que llevaba hasta el momento.

En este contexto, solamente un sector parece no perder impulso y se muestra fuerte para el segundo semestre, garantizando a su vez que la industria retome su impulso y manteniendo las proyecciones de ventas.

Se trata, según los expertos y empresarios del sector, de las automotrices, un rubro que viene creciendo y cuyas inversiones hasta 2010, proyectadas en u$s3.500 millones (de los cuales un 20% se destinará a proveedores autopartistas), no se modificaron tras el conflicto entre entre el campo y el Gobierno.

“Casi la mitad de la expansión de la industria se explicó por la producción de vehículos, cuando en 2007 este contribuían con un tercio. El nivel de actividad (que mide el EMI) depende cada vez más de esta industria, y si a esta se le suman las metálicas básicas y la metalmecánica se puede explicar el 75% del crecimiento industrial del país, mientras que el restante 25% se debe al aporte de los otros 9 bloques”, explica un informe del IERAL, de Fundación Mediterránea.

¿Por qué es el principal pilar?
Tras conocerse los resultados del segundo trimestre del año donde el EMI sufrió una nítida desaceleración en comparación con los períodos anteriores, el crecimiento industrial se hace cada vez más dependiente de la performance automotriz

De acuerdo a fuentes del sector, si bien durante los dos últimos meses los cortes de ruta y los paros en la aduana de Brasil retrasaron la producción de autos, nunca se modificaron los planes de inversión, los lanzamientos, o las proyecciones de ventas. De esta manera, el sector espera seguir superando su propio récord y vender 620.000 unidades en 2008 y cumplir con el lanzamiento de 100 productos entre nuevos autos y restyling.

Además en junio, cuando todo se derrumbaba, la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) informó que el número de vehículos vendidos y patentados ascendió a 48.646 unidades, lo que significa que hubo incremento superior al 15% comparado con junio de 2007. De esta forma, el acumulado de los primeros 6 meses de este año ya se ubica en 338.184 unidades, un 13% por encima del acumulado del primer semestre de 2007.

Los más golpeados
La construcción es uno de los sectores de la economía más resentido en los últimos meses, que se reflejó en la caída de los permisos de obra autorizadas en el último mes. Según un informe de Abeceb.com, en la Ciudad de Buenos Aires disminuyeron un 28% en el primer semestre respecto al mismo período del año anterior.

El cambio de escenario no sólo pone en jaque a este segmento sino que repercute directamente en el mercado inmobiliario, ya que implica que habrá una reducción de la oferta. “Como consecuencia de la caída en la construcción, que pierde rentabilidad, es probable que los inmuebles de mejor ubicación en la Ciudad de Buenos Aires, así como las avenidas principales de la Ciudad de Rosario y Córdoba, sufran un repunte en el precio del m2 en los próximos meses”, explicó Germán Gómez Picaso, de Reporte Inmobiliario.

Por otro lado, volviendo a la construcción, la amenaza más importante es el aumento de costos que ha reducido la rentabilidad de los desarrolladores, especialmente por el alto impacto del costo de las tierras que representan casi el 50% de gastos en una obra.

“La rentabilidad para los inversores todavía se garantiza, pero no así la de los desarrolladores. Iniciar un proyecto como las Torres Renoir, que comenzó hace dos años y ya se está por finalizar, sería imposible en este contexto”, explicó Ricardo Fernández, director de Marketing de Dypsa International.

También la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos de la Republica Argentina reconoció que el aumento de costos perjudicó la rentabilidad del sector.

Las dudas del sistema financiero
Una corrida por el dólar en primera instancia y una salida de los depósitos como segunda medida también cambiaron el rumbo de un sector que creía haber dejado atrás la crisis de 2001. En pocos días se notó cómo, lograr que la confianza de los argentinos en los bancos sea indeleble, es un desafío por el momento difícil de alcanzar.

Apenas pasaron los primeros días de incertidumbre política desatados tras el 11 de marzo, las decisiones de los ahorristas fueron sacar el dinero de los bancos, comprar dólares y ahuyentar los recuerdos del “temido corralito”. Luego una suba de tasas y un billete en baja volvieron a tentar a algunos inversores, pero todavía falta un largo camino para volver a los niveles previos al conflicto, superar la salida de capitales que Miguel Ángel Broda cifra en u$s20.000 millones y recuperar los $5.445 millones de colocaciones de depósitos en pesos del sector privado.

“En la medida en que los bancos no tengan más miedo a la pérdida de liquidez y vuelvan los préstamos y los depósitos se irá reestableciendo su funcionamiento. Esto si no aparece un escenario sombrío hacia fin de año. Parece que el problema con el campo hoy está tomando otra dirección, y si a la sociedad le convencen estos cambios políticos, aparentemente volvería todo a la calma en los próximos meses”, explicó Gustavo Perilli, economista de Finsoport.

Golpe a la demanda
El cambio de expectativas en el escenario económico tuvo su repercusión inmediata en la demanda, resintiendo en especial el consumo y los hábitos de compra. Este hecho es de gran importancia ya que fue uno de los pilares que justificó más del 50% del crecimiento del PBI en una economía que estuvo hasta hace poco apalancada en las compras y el financiamiento.

De acuerdo a los últimos datos revelados por Latinpanel, en junio el consumo sufrió una caída de ocho puntos, modificación que se sintió especialmente en la composición de la canasta básica. Además, la inflación dejó sus secuelas en el ingreso de la gente que tuvo que moderar cada vez más sus gastos.

Las proyecciones hacia delante dependen, en gran parte, de la recuperación de la confianza. Este factor es tan importante para los consumidores que es capaz de redefinir todo un escenario en tan solo un mes. Si las expectativas no vuelven a transitar el camino del optimismo hacia fines de 2008 el consumo raramente pueda recuperarse.

El resto de la industria
Los bloques que crecieron junto con los autos por encima del promedio, según el informe del Ieral, son industrias tabacaleras, de productos textiles, caucho, plástico y los minerales no metalíferos.

Por otro lado, las industrias que crecieron por debajo del promedio, experimentando una fuerte caída con respecto a las tasas registradas en 2007 con excepción de las industrias papeleras, son industria metalmecánica, edición e impresión y las industrias químicas.

“Entre las que crecen por encima del promedio se observa un mayor apoyo en la capacidad instalada ociosa. Los casos paradigmáticos son los de la industria automotriz y de caucho y plástico, donde todo el crecimiento del trimestre se basó en una mayor utilización de capacidad instalada”, explicaron en IERAL.

En cuanto a la petroleras y alimenticias, son las dos que registraron peor performance en el trimestre, lo que resulta de suma importancia ya que entre las dos representan casi un tercio de la producción industrial según la ponderación del EMI. En estos casos, aumentaron su capacidad ociosa aunque se debió a tasas de crecimiento muy bajas más que a altas tasas de inversión.

¿Cómo sigue?
El semestre en marcha tiene dos herramientas fundamentales para garantizar un retorno al camino del crecimiento: una política y otra económica.

En primer lugar, tal como sostienen los analistas políticos, que el gobierno recupere la credibilidad pérdida y que los cambios de gabinete sean lo suficientemente fuertes como para demostrar que dieron una vuelta de página. Este escenario será clave para que vuelva el optimismo.

Por otro lado, si eso se logra y la industria automotriz mantiene los motores encendidos, la gente podrá volver a pensar en el futuro y mientras la inflación deje de absorber sus ingresos, habrá ánimo para seguir consumiendo.