Inicio Empresas y Negocios Cuál es el valor del dólar que exigen hoy los industriales

Cuál es el valor del dólar que exigen hoy los industriales

A más de dos meses desde que el Banco Central realizara un giro de 180 grados en su política monetaria y en un contexto de creciente incertidumbre por la escalada que experimentan los costos de producción, estalló el debate en el seno de la industria argentina por el futuro del tipo de cambio en la Argentina.

A partir de un cóctel que combina expectativas inflacionarias del 36% y un dólar ahora planchado en torno a los $3, desde distintas cámaras sectoriales relevadas por infobaeprofesional.com se alzaron todo tipo de quejas y pedidos.

En este contexto, según proyecciones de la Maestría de Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, aún variando la cotización de la divisa estadounidense, hacia fin de año, el tipo de cambio real –una de las modalidades para medir la competitividad de los productos argentinos en el mundo- va camino a ingresar a la sala de terapia intensiva.

De acuerdo a las estimaciones, el valor real del peso frente al dólar será de apenas 1,25, mientras que la canasta de monedas –donde ejerce su mayor influencia el real y el euro-, el nivel será de apenas 1,65 pesos.

A la hora de profundizar en las causas, basta saber que en cinco años el salario por hora trabajada aumentó 224%. Como contrapartida desde el cuarto trimestre de 2001, la productividad avanzó sólo 23%.

En lo que respecta a la aceleración de la inflación, el IPC elaborado por Ecolatina superó el 27% en su promedio anual en el segundo trimestre del año, una cifra que más que duplica los niveles del mismo período del año anterior.

En este contexto, desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) aseguran que la industria nacional perdió el 20% del mercado y que, de continuar esta tendencia, otro 20% rápidamente quedará en manos de bienes importados.

En diálogo con infobaeprofesional.com, Sergio Vacca, vicepresidente de la entidad –en actual ejercicio de la presidencia-, alertó que “observamos un aumento de las importaciones del orden del 20% en la industria metalúrgica en el primer semestre y esto evidentemente es producto de la sustitución de producción nacional por producción importada. Esto nos llevó a solicitar ante la Secretaría de Industria un pedido de licencias no automáticas para más de 300 posiciones arancelarias”.

Un modelo que se queda sin “nafta”
De este modo, una de las columnas centrales de los dos gobiernos Kirchner –la de un tipo de cambio competitivo-, hoy en día es un elemento que da señales contundentes de estar resquebrajándose.

Así, el fomentado proceso de “sustitución de importaciones” podría quedarse sin combustible en plena carrera. De hecho, según Ecolatina, durante los primeros meses del año, el 63% de los productos que ingresaron del exterior correspondió a sectores en los que existe producción nacional.

“Por la inflación acumulada en los últimos tres años, la economía viene resignando competitividad-precio en forma sistemática”, explicaron a su vez analistas de la consultora Economía & Regiones.

“Un dólar en los niveles actuales implica una erosión muy importante de uno de los pilares del modelo actual y generará presiones devaluatorias que van a ser difíciles de sobrellevar para la actual administración”, agregaron.

Estas presiones ya se hacen sentir: si bien en todos los casos sufren en carne propia el boom importador y la pérdida de competitividad en los mercados mundiales, hay dos grupos bien diferenciados de industriales que se distinguen por sus reclamos frente a la política monetaria.

Los que se sienten más dañados con la jugada del Banco Central ya están pidiendo un dólar entre $3,50 y $4 para frenar la sangría competitiva.

El segundo grupo, acepta que sería conveniente un pequeño “retoque”, pero apunta a trabajar en un amplio grupo de variables en lugar centrar todos sus dardos contra el valor de la divisa.

Los que más piden

* Desde la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero –entidad formada por unas 500 empresas que emplean a 9.000 trabajadores-, su presidente, Raúl Zylbersztein, alertó que “en lo que va del año, las importaciones subieron un 30% en volúmenes y esta es una mala noticia”.

Como contrapartida, “las exportaciones del sector están estancadas. Esto se debe a que estamos padeciendo una importante pérdida de rentabilidad”.

En este contexto, con un aumento salarial desde 2007 del 27% y una paritaria actual donde el gremio pide un alza del 50%, recién “con un dólar entre los $3,80 y los $4 se estaría devolviéndole a esta industria la rentabilidad perdida”, aseguró el dirigente empresario.

“Todo lo que se pueda hacer para proteger el mercado interno, como licencias no automáticas, o políticas antidumping, son instrumentos que pierden sentido si se vuelve a un tipo de cambio alto. Con un dólar alto no se necesitan todas estas medidas, esto se regula automáticamente”, agregó Zylbersztein.

* Paralelamente, desde la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME), que nuclea a empresas de todo el país, su secretario, Juan José Sisca, sostuvo que “más que nunca, tendría que haber un dólar diferenciado para cada actividad”.

En este contexto, aseguró que el valor ideal para los exportadores “debería ser de $3,60”.

“La pérdida de la rentabilidad a partir de un aumento de los insumos y la competencia de los productos extranjeros nos genera una pérdida de mercado a nivel interno y externo muy importante”, agregó Sisca.

* Por su parte, desde la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Horacio Moschetto, secretario de la entidad, aseguró estar muy preocupado “por el fuerte incremento de las importaciones de productos chinos, que registraron un alza del 40% en el primer semestre”.

“El tipo de cambio actual no solamente es negativo para las exportaciones sino que además, favorece a los importadores, con una inflación interna que sigue creciendo, en esta industria importar es ahora más rentable”, aseguró Moschetto.

De este modo, aseguró que “un tipo de cambio a $3,50 estaría bien para nosotros”.

* Desde el sector metalmecánico, José María Alustiza, asesor legal de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), explicó que “se nos está complicando bastante vender en el exterior. Los aumentos de los insumos en general, y de la chapa y los jornales en particular, nos preocupan”.

“Cada vez tenemos menor competitividad en el orden internacional. No entiendo cómo el gobierno no toma una medida para que esto se estabilice. De esta forma, no nos queda margen de la rentabilidad, ya que el dólar está bajando y los insumos crecieron mucho, al igual que los jornales”, se quejó Alustiza, quien agregó que “para recuperarnos, el valor del dólar tendría que estar, por lo menos, un 10% más del valor que tiene ahora”, es decir, $3,35.

* En lo que respecta a la Cámara de la Industria del Juguete, también se quejaron del “proceso inflacionario y de un dólar cada vez más bajo”.

Según Norberto García, presidente de la cámara, “nosotros estuvimos trabajando muy bien en $3,20 con una inflación un 10% menor, esto quiere decir que tendríamos que tener un dólar de $3,60 para equiparar el valor”.

Sin embargo, reconoció que esto “podría provocar una aceleración de la inflación en el mercado interno y perjudicaría nuestras ventas en el mercado interno”.

Los más mesurados

* Desde la Federación de Cámaras de Comercio Exterior (Fecacera), su presidente, Ércole Felippa, aseguró a infobaeprofesional.com que “el tipo de cambio debería retocarse para volver a los niveles anteriores, pero un valor ´civilizado´ sería de $3,20, no se puede pedir una fuerte devaluación”.

Según el directivo, “esto produciría un golpe importante al poder adquisitivo que después tiene que ir acompañado por aumentos salariales y se entraría en un círculo complicado de detener”.

* Desde Grupo Proa, entidad que nuclea a empresas autopartistas, Julio Rodríguez, secretario de la organización, advirtió que “hoy en día estamos trabajando en un nivel similar al de la convertibilidad”.

A pesar de sus quejas, según Rodríguez “el tema no pasa por tener un dólar alto, la clave no pasa por ahí. Con mejoras de procesos, se puede ser una empresa competitiva y el dólar pasa a ser un problema más, pero no podemos pedir un nivel alto por pedir”.

* Por su parte, Ramiro Prodan, presidente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (Cadieel), dijo que “con el valor actual de la divisa perdimos en los últimos meses un 6% de rentabilidad”.

En este contexto, ”si tocamos fuertemente el dólar se produciría una suba de precios”. Sin embargo, sostuvo que “sería positivo para la industria que vuelva a ubicarse en $3,30”.

* Entre los industriales más mesurados también están los nucleados en la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica (CAMIMA).

Fernando Ruiz y Blanco, gerente de la entidad, aseguró que actualmente “se limitan las posibilidades de exportar de muchas empresas y, por el contrario, se estimula la importación de mercadería extranjera”.

Si bien aseguró que “el dólar debería mantenerse en alrededor de $3,20”, “no estamos proponiendo una devaluación nominal de la moneda, sí estamos reclamando medidas, como impositivas y arancelarias, que impliquen una mejora del tipo de cambio real”.

Polémica por la “dólardependencia” industrial
En este contexto, desde diversos sectores ya están disparando contra aquellos industriales que claman por una nueva devaluación.

Al respecto, Aldo Abram, director de Exante Consultores, criticó a las industrias que “son de por sí ineficientes y no hicieron el esfuerzo en términos de inversión y de ganancia de eficiencia para ser competitivas”.

“Para que los sectores industriales sustitutivos de las importaciones sean competitivos es necesario que inviertan más. Devaluar para sostenerle la competitividad a los industriales que no saben ganar a fuerza de mayor inversión no me parece justo porque implica mantener a muchos argentinos por debajo de la línea de pobreza”, concluyó.

Por su parte, Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores y director del departamento de Comercio Exterior de Deloitte, explicó que “los subsidios cruzados que dio el Gobierno permitieron que algunos insumos y servicios no aumentaran tan rápido, pero ahora se están registrando subas y aquellas empresas que no aumentaron su competitividad están sintiendo que vuelven al punto de partida, a la época del uno a uno”.

“Algunos sectores aumentaron su competitividad, pero está claro que otros ´aprovecharon la volada´ y no utilizaron la ocasión para invertir y ahora se les está acabando ese margen de maniobra”, agregó el directivo.

Raúl Ochoa aseguró que “en varios sectores industriales, el tema del tipo de cambio está muy complicado”. Sin embargo coincidió el resto de los especialistas al afirmar que “los que piden una devaluación nominal no están teniendo en cuenta el efecto: la escalada inflacionaria que esto generaría”.

Por último, desde Economía & Regiones advirtieron que “depreciar el tipo de cambio nominal para ganar competitividad y aumentar la protección de ciertos sectores sería, en este contexto, una medida corto-placista, que sólo brindaría los resultados deseados durante un breve período”.

Cómo ganar competitividad
El sector manufacturero argentino se encamina a cerrar este año el peor déficit de la balanza comercial de su historia.

Según datos de la consultora Ecolatina, en 2007 el rojo alcanzó los u$s21.500 millones, con un incremento del orden del 40% respecto a 2006. Y, a la hora de las proyecciones, desde Ecosur Consultores, calculan que el déficit en 2008 trepará hasta los u$s27.000 millones, es decir, un 28% más que el año pasado, debido a cada vez más jugadores que quedan fuera de competencia.

En este contexto, desde Fecacera, Felippa pidió “mejorar las tasas de interés, financiamiento a largo plazo y créditos que sean accesibles para las empresas grandes, medianas y chicas”.

Al respecto, para una empresa mediana de primera línea, las líneas de descubiertos se dispararon a tasas de interés cercanas al 30% anual (antes eran del 20% o menos), además de haberse restringido el monto a valores que son la mitad o la cuarta parte de lo que tenían permitido antes del conflicto campo-Gobierno.

Además, hace un año se cobraban tasas nominales anuales del 35% mientras que hoy pueden llegar hasta el 59%, si la empresa no es de primera línea o sus balances no son lo suficientemente sólidos.

Sin embargo, Felippa aseguró que “cuando uno habla de competitividad no alcanza con una o dos medidas, es una ecuación muy compleja”.

Al respecto, sostuvo que “lo esencial es tener un buen clima de negocios y reglas del juego claras para aumentar la inversión productiva, incorporar tecnología y para capacitar a nuestros recursos humanos”.

Por su parte, desde la consultora Economía & Regiones, aseguraron que “el sostenimiento de lo que queda del tipo de cambio competitivo debería llevarse a cabo mediante el control de la inflación y no depreciando nuestra moneda”.

Por último, para Ochoa, es necesario un shock productivo con base agraria”.

“La única forma de enfrentar la suba de precios y, por ende, la pérdida de competitividad es aumentando la producción y eliminando este sistema cada vez más inmanejable de subsidios”, concluyó.