La ciencia cognitiva es el estudio científico de la mente y el cerebro a través de un enfoque sistémico y multidisciplinario.
Una de sus ramas principales, la neurociencia cognitiva, estudia los mecanismos biológicos específicos subyacentes a la incidencia del sustrato neuronal en los procesos donde la mente activa crea el pensamiento.
La neurociencia cognitiva pretende elucidar la forma en que el pensamiento se genera en aquel circuito neuronal.
Ahora bien, los avances de los últimos años en nanotecnología, biotecnología e informática están allanando el camino para el desarrollo de una tecnología neurocognitiva.
La integración armónica de estas disciplinas permitirá una comprensión profunda del ser humano y posiblemente abrirá las puertas a una nueva revolución industrial signada por las tecnologías de convergencia NBIC (nanotecnología-biotecnología-informática-cogno).
Pero, ¿cuál es el negocio de la neurociencia cognitiva?
En su publicación “Neuroelectronic Interfacing: Semiconductor Chips with Ion Chanels, Nerve Cells and Brain” (2003), el Dr. Peter Fromherz (Instituto de Bioquímica Max Planck de Munich) cuenta cómo su equipo adosó células nerviosas sobre la superficie de un chip de silicio, logrando que la red neuronal del ser vivo interactuara eléctricamente con el circuito.
Gracias a esta clase de avances nanobiotecnológicos, se abren inmensas oportunidades para la fabricación de nanoprocesadores informáticos ultra veloces que lleguen a procesar 300.000 millones de instrucciones por segundo, una cifra cercana a la capacidad del cerebro humano.
La tecnología cognitiva, apoyada por las restantes tecnologías de convergencia, conducirá a técnicas de comunicación altamente efectivas como, por ejemplo, la interacción mente-máquina y al perfeccionamiento de interfases hombre-máquina mediante el implante de nanochips y/o nanosensores.
Incluso, esta técnica probablemente revolucionará los procesos de fabricación a través de la incorporación de robots inteligentes con capacidad de resolver situaciones imprevistas.
Y, finalmente, podemos esperar grandes avances en el negocio de la salud. En efecto, la tecnología neurocognitiva permitirá mejorar las capacidades sensoriales y cognitivas humanas de modo de evitar la disminución física y de aprendizaje usual en gente de edad avanzada.
