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“Cualquier número entre 3,80 y 4 pesos para el dólar a fin de año es una apuesta segura”

El economista en jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas (FIEL) José Luis Bour aseguró que a fin de año el dólar se situará entre 3,80 y 4 pesos y advirtió que “si bien la economía argentina está en recesión, también posee componentes inflacionarios”.

En una entrevista exclusiva de iProfesional.com, Bour advirtió que todavía habrá “unos meses de noticias negativas” en el mundo y que aún “no está clara la salida de la crisis”. Además, dio su pronostico acerca del nivel de empleo y el tipo de cambio en el país.

-¿La compra de acciones bancarias por parte del Gobierno de Estados Unidos marca el inicio de la recuperación?
-Ojala sea así. Se requiere ponerle un piso al precio de los activos. Esto todavía no se ve en el caso de las propiedades. Sobre el precio de los activos en general, y en particular de los bancos, estamos todavía en la oleada de noticias negativas en la economía real con lo cual todavía va a haber alguna onda de expansión sobre los bancos. Esto es ponerle un poco el pecho a las balas. Ojala podamos ver una estabilización del precio de los activos. Mi impresión es que todavía tenemos unos meses de noticias negativas. Esperemos que esto se revierta rápidamente.

-¿Qué piensa de las medidas que están tomando en Estados Unidos y Europa para enfrentar la crisis?
-No hay duda que las medidas en general son potentes aunque han sido tomadas con algún retraso. Hay una combinación de dos factores que hacen que no se sienta mucho el impacto en los mercados: se fueron demorando las decisiones y los paquetes aparecen, pero no se sabe muy bien que contiene cada uno. Cuando uno los desata se da cuenta que, si bien el apoyo es muy grande, a veces se va a repartir en dos años y entonces u$s800.000 millones que parecen muy fuertes en realidad terminan siendo u$s400.000 millones.

Hay acción de los gobiernos, la del plano monetario ha sido muy importante. La gente quizás mira la parte fiscal pero en el corto plazo ha sido mucho más importante la baja de tasas y la emisión. Va en el sentido apropiado pero quizás hay un exceso de optimismo en cuanto al impacto que puede tener la política fiscal en este momento.

Por otra parte, el riesgo de default de muchos gobiernos ha aumentando sustancialmente, en parte porque tienen sus bancos expuestos fuertemente a toda esta situación y como quieren salvarlos, empieza a haber un riesgo importante a nivel gubernamental. La pregunta es cuan grandes son las espaldas de cada uno para soportar una situación que va a llevar algún tiempo, pueden ser años, en normalizarse.

-¿Europa está más complicada que Estados Unidos?
-Uno puede pensar que la economía americana siempre ha sido un poco más flexible, ha tomado las acciones más rápido y también hay una cuestión de coordinación. Estados Unidos parece tener las espaldas más anchas por el tema de menor deuda gubernamental. La parte negativa es que en principio uno debería esperar una devaluación del dólar pero éste se ha fortalecido, con lo cual no va en el camino que uno espera. El problema de decir quien va a salir primero es que dicha salida todavía no está clara. EE.UU puede tener deflación hoy e inflación en el futuro. Es un escenario que nos puede dar una salida más rápida, pero después una contracción severa.

-¿Piensa que se va a mantener la apreciación del dólar frente al euro?
-No lo sé. Hay factores de corto plazo que dan hacia una apreciación, es una cuestión de tasas de interés básicamente, pero a mediano plazo uno no debería esperar eso. Es difícil una devaluación de todos contra todos, porque eso no existe. Seguramente va a haber en algún momento algún debilitamiento de la moneda norteamericana con otras monedas, pero no necesariamente contra el euro.

-En este contexto de crisis mundial ¿Cuáles son las perspectivas para la economía argentina?
-La Argentina está en contracción. Los modelos econométricos parecen indicar que la caída va a ser mayor a 2% del PBI. La razón es que hay una baja muy fuerte de la inversión bruta. Teníamos una proyección de caída de alrededor de 16% y mi impresión es que va a ser mayor, simplemente mirando las importaciones de bienes de capital en el primer mes del año que cayeron 35% en volumen. Es probable que la inversión caiga y la razón es muy sencilla: si hay una expectativa complicada para el 2009 y no hay una salida clara en el 2010 se postergan las decisiones de inversión.

-¿Que puede pasar con el consumo?
El consumo es un poco diferente porque hay sectores que obviamente caen pero la parte de alimentos, bebidas y cigarrillos ha venido bastante más estable. Los datos de febrero no son buenos pero uno debería esperar que entre los aumentos de jubilaciones que hay en marzo y algunos incrementos salariales, se sostenga un poco más.

En resumen, no tenemos de donde sacar algo para empujar un poco la actividad. Como el Gobierno no ha ahorrado en el pasado, lo que estamos viendo no es una expansión del gasto, sino política pro cíclica. El año pasado el gasto público crecía a tasas de entre 37 y 38 por ciento, en 2009 va a estar creciendo al 20% anual. Es mucho si pensamos que con este crecimiento el superávit se cae, pero no es mucha expansión desde el punto de vista de la economía. Este año el país tiene una tasa de inflación de entre 15 y 20% más o menos jugada. Entonces el aumento del gasto público, en términos reales, es mucho menor que en el pasado.

-En este contexto de contracción de la economía ¿Cómo va a evolucionar el nivel de empleo?
-Tenemos un ciclo económico que primero le pegó al sector financiero en el mundo y después al sector real. Al hacerlo, las empresas primero reaccionaron reduciendo las horas extras, después adelantaron vacaciones y luego aplicaron suspensiones que sólo pueden mantenerse por 90 días. Desde ese punto de vista, en realidad el proceso de problemas de empleo aparecerá un poco más adelante. Probablemente tengamos un segundo trimestre un poco más complicado donde sea más difícil conseguir empleo.

-¿Cuáles van a ser los sectores más afectados?
-La construcción, donde el empleo tuvo 4% de caída en el cuarto trimestre contra el mismo período del año anterior. En los primeros trimestres de este año debería haber una caída fuerte. Lo mismo va a pasar en la industria, mientras que servicios es un sector que se modera más. En realidad, todo depende de lo que pase con los salarios. Si hay una expectativa de que van a caer un poco en términos reales puede ser que el empleo no se vea tan afectado, pero con gremios que piden 25% es otro juego.

-¿Cómo puede afectar a la inflación la caída de la inversión que usted pronosticó?
-La inflación venía muy alta el año pasado y en la última parte del año creció menos sobre todo en noviembre y diciembre. En enero volvió a subir con una medición nuestra de 1,7%, explicada básicamente por servicios que crecieron 3,5 por ciento. En tanto, febrero está dando un número que apunta a 0,9%, que es bastante para un contexto recesivo. Y marzo se dirige a una cifra bastante alta, bien por arriba del 1 por ciento.

Estamos viendo una economía que si bien esta en recesión, igual tiene componentes inflacionarios porque se olvidaron de hacer ajustes de tarifas en los últimos seis años y se acordaron de hacerlos ahora, trataron de frenar los ajustes de varios servicios y ahora se los piden. Además, hay precios que suben por la devaluación. Tal como están dadas las cosas, difícilmente tengamos menos de 15% de inflación este año.

-¿Cómo piensa que va a evolucionar el tipo de cambio en el 2009?
-El tipo de cambio de equilibrio ha venido subiendo por una infinidad de razones que incluyen a la caída de las exportaciones y el aumento de la salida de capitales. El peso se ha estado depreciando a un ritmo de 2% mensual en los últimos cuatro o cinco meses. Cualquier número entre 3,80 y 4 pesos para fin de año es una apuesta segura.

Nosotros creemos que el Gobierno va a intentar no devaluar mucho más rápido que eso de aquí a fin de año, porque evalúa que antes de las elecciones un proceso más acelerado puede complicarlo políticamente y que hay un espacio para que después se acelere la devaluación. El número final del 31 de diciembre lo desconozco puede ser cercano a $4, un poco más alto o más bajo dependiendo de la evaluación que haga el Gobierno. Pero cuanto más se demora, más problemas se generan porque en última instancia si devalua 15%, y la inflación es 15%, termina quedando siempre en el mismo lugar. Y eso es lo que hay que evitar. Hay que salir cuanto antes de esta situación de recesión.