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De mi consideración:

Ya sin papel ni sello postal, la carta que acompaña el envío electrónico del curriculum vitae (CV) aún sigue vigente en las búsquedas laborales. Y aunque muchos candidatos le dan menos importancia que a la hoja de vida, se trata de una tarjeta de presentación que bien aprovechada puede abrir la puerta a la esperada entrevista. Eso sí, en estos días que transcurren, lo bueno si breve, lectura asegurada.

Es que ante el sinfín de hojas de vida que suelen recibir diariamente los consultores y responsables de selección de las compañías, lo ideal es destacarse con unas pocas líneas que atraigan el interés del destinatario por leer el currículum. Por eso en estos tiempos de Internet, los especialistas sugieren ponerse en el lugar de quien va a recibir la comunicación y tratar de ser lo más específico y sintético posible.

“La carta tiene una función introductoria, es una herramienta que tiene que usarse inteligentemente para despertar la motivación de quien la recibe por leer el CV. Por lo tanto tiene que ser bien concisa y contundente”, dice Alex Pitasi, director de la consultora homónima.

Ni poco ni demasiado, la medida resulta clave para los consultores. “La carta de presentación es una herramienta de marketing directo, una pieza de comunicación en la que hay que cuidar el contenido y el estilo. El tamaño debe ser adecuado: ni muy larga porque no se lee -hay que pensar en el destinatario que tiene poco tiempo- ni excesivamente corta o tipo telegrama porque tampoco cae bien”, resalta Martín Sandoval, director de MS Coach, especialista en coaching de carrera.

Lo ideal es dar unas pinceladas sobre el perfil: profesión (o estudios), área de experiencia específica, si la empresa en la que se está trabajando es reconocida, mencionarla, y alguna fortaleza de la personalidad. “Es un resumen profesional que no tendría que llevar más de 5 o 6 renglones”, expresa Gloria Cassano, titular de la consultora que lleva su nombre. Al tiempo que destaca: “Y que, además, habla bien de la persona que es capaz de hacer en pocos renglones una síntesis inteligente de su hoja de vida”.

Entre las opciones que propicia el correo electrónico, junto al envío del CV se puede adjuntar otro documento con la carta o incluirla en el mismo archivo de la hoja de vida. Pero lo más cómodo y lo que más se usa es escribir las líneas de presentación directamente en el cuerpo del e-mail en el que se manda adjunto el currículum. Y mencionar en el asunto del mensaje si se trata de una presentación espontánea o de una respuesta a un aviso, en cuyo caso conviene escribir la posición a la que se postula.

Al comienzo habrá que indicar el motivo del envío del CV: si lo que se busca, por ejemplo, es insertarse en el mercado o hacer un cambio laboral. “Si se envía respondiendo a un aviso habrá que precisarlo en las primeras líneas. Con referencia al aviso que ustedes publicaron tal día en tal lugar… Y debajo se puede explicar un poco más por qué la persona cree que tiene el perfil que están buscando”, recomienda Cassano. “Si piden contador -ejemplifica-, hay que decir: Soy contador, me desempeñé en el área financiera durante los últimos tres años . El texto tiene que estar relacionado con los requerimientos del aviso al cual se está respondiendo.”

Lo mismo propone Sandoval: “Al responder una convocatoria lo mejor es hacer un ping-pong mental con quien redactó el aviso y mencionar qué requisitos cumplimos, formación, experiencia en un sector y también características personales. Explicar por qué creemos que calificamos para la búsqueda y así entusiasmar al reclutador para que nos haga una entrevista, que es el objetivo de la carta”.

Para quienes dan los primeros pasos en el mundo del empleo, Verónica Albajari, responsable de Orientación Laboral y Capacitación del Servicio de Empleo de la AMIA, sugiere escribir en el inicio el objetivo laboral. Y para los que han recorrido camino, además de un breve perfil técnico, también cuáles son las competencias que los destacan, si es una persona con capacidad de liderazgo, con habilidad para adaptarse a nuevos escenarios o para el trabajo en equipo. “En cierta forma -agrega Albajari-, la carta es un resumen técnico de los datos más duros, que después se van a ampliar en el CV, y de las competencias más blandas, que dan una idea de lo que el candidato destaca de su personalidad.”

Si el aviso solicita indicar la pretensión salarial, “lo mejor es que figure en la carta. Para muchos, es algo incómodo. En general, a la gente le cuesta manifestar la remuneración pretendida. Pero desde el lado del consultor o selector de una compañía, es un dato que agiliza la preselección, y que por supuesto se maneja con cierta flexibilidad. Siempre conviene ajustarse a los requerimientos de la convocatoria, y si se pide remuneración pretendida, hay que indicarla”, aconseja Pitasi.

Sandoval coincide: “Si el aviso dice sin omitir remuneración pretendida, sí o sí hay que mencionarla. Podemos fijar una aspiración salarial o decir lo que estamos ganando actualmente”.

Cuando el envío del CV a una consultora o empresa es por iniciativa propia, lo que se estila es una pequeña carta en la que el candidato se presenta para participar en las búsquedas acordes con el perfil y en la que se incluya una breve referencia a la trayectoria, la formación y el objetivo de carrera. “En ese caso -aclara Sandoval- no se habla de remuneración.”

La brevedad también se impone para la red de contactos. Tras un saludo inicial se anuncian los motivos de la búsqueda y se agradece la posibilidad de que la persona haga circular el CV entre sus conocidos y facilite alguna entrevista.

Sin caer en la solemnidad extrema, pero tampoco en la informalidad, en todos los casos lo recomendable es una escritura sin rodeos y de tono cordial. Y, por supuesto, cuidar detalles que parecen obvios como la ortografía y la dirección de mail, que sea formal, y en lo posible con nombre y apellido para que se recuerde la persona.

En el saludo de despedida no debe faltar la mención a una entrevista. “Que diga, por ejemplo, espero ser convocado para poder conocernos o para poder hablar de alguna propuesta en común “, propone Cassano. Debajo: nombre, apellido, número de teléfono. Por último, esperar que el clic de envío sea con suerte.