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Economías emergentes piden mayor apertura comercial

Los países del Grupo de los Veinte y otras naciones en desarrollo demostraron su unidad mediante una posición más firme en la negociación de la Ronda de Doha frente a las economías más poderosas

Al mismo tiempo, los representantes de las economías emergentes aseguraron que llegar a un acuerdo es, además de urgente, posible.

Bajo la coordinación de Brasil e India, ese grupo de países en desarrollo junto a los africanos, caribeños y los menos avanzados, que representan casi a dos tercios de la Organización Mundial del Comercio (OMC), reafirmaron su compromiso de unidad frente a las economías más poderosas y con más intereses en el capítulo agrícola, en la reunión que se lleva a cabo en Ginebra, Suiza.

“Los países en desarrollo apoyan que la urgente conclusión de la Ronda de Doha esté sujeta a lograr un resultado que, en cada área de la negociación y en su forma global, sea equilibrado y cumpla su compromiso de que sea una ronda de desarrollo, con los intereses y necesidades de esos países en su centro”, indica el comunicado de prensa final del G-20.

Subraya, además, que la clave del acuerdo final de la negociación está en la agricultura y que “un resultado destacado en agricultura, garantizaría recortes sustanciales y decisivos en las ayudas internas que distorsionan el comercio internacional”.

El ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Celso Amorim, expresó a la prensa que ahora era “más optimista que hace un año” respecto a la conclusión de esa negociación, estancada desde hace meses por la falta de acuerdo entre países industrializados y economías en desarrollo que a su vez son grandes potencias agrícolas e industriales, como ocurre con brasileños e indios.

Amorim, en conferencia de prensa, subrayó que aunque los diversos grupos económicos y regionales están negociando, el G-20 “no quiere sacrificar posiciones para obtener resultados”, al tiempo que advirtió de que las reuniones de los diversos grupos sirven para avanzar, pero “su resultado final hay que llevarlo a lo multilateral”.

Las grandes potencias comerciales, como la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Brasil e India (conocidos como Grupo de los Cuatro) se reunirán la próxima semana en la ciudad alemana de Postdam en búsqueda de una avance en una negociación que dura ya más de seis años. Para los países, que de esa reunión -que comenzará a mediados de junio en Alemania- salgan con resultados positivos se considera como una última oportunidad para facilitar que antes de finales de julio se lleguen a acuerdos sobre la reducción de aranceles y de ayudas internas en agricultura e industria, lo que a su vez permitiría el punto final a la negociación cuando termine 2007.

“Entramos en una fase crítica de la negociación y hay que acabarla para corregir las más graves distorsiones en el comercio creadas por los países industrializados”, señaló el canciller brasileño. Por su parte, el ministro indio de Industria y Comercio, Kamal Nath, calificó de “crucial” el momento de la negociación y consideró que “es una oportunidad histórica para corregir los desequilibrios. Se necesitan recortes reales y efectivos en las ayudas internas en la agricultura”.

Nath consideró también que el resultado final, que se pretende conseguir a fines de este año, debe contener un equilibrio entre las disciplinas que se negocian como son agricultura, acceso a mercados para productos industriales y servicios.

“Es un momento que no se puede echar a perder”, aseguró el responsable indio, en alusión a que la decisión está ahora en el lado de los países más desarrollados. En su declaración conjunta, ese grupo de países en desarrollo pide a las grandes economías que sean “más flexibles” y tengan una mayor “voluntad política”.

En su declaración conjunta, los países en desarrollo consideran que la Ronda de Doha está “en fase decisiva” y que “su conclusión, para fines de año, es algo que se puede lograr”.

En agricultura, los países del G-20 piden que los EEUU reduzca sus ayudas internas a los agricultores hasta los 12.000 millones de dólares anuales, mientras que las economías desarrolladas buscan un recorte de entre el 10 y el 15% de los aranceles industriales.