El multimillonario estadounidense Donald Trump, fundador del grupo de casinos Trump Entertainment Resorts, anunció ayer su insolvencia apelando a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras, conforme a la legislación de Estados Unidos.
Mark Juliano, director ejecutivo de la firma, aseguró que dicha decisión no afectará las operaciones diarias de la compañía. Se presume que importantes desaveniencias entre Trump y los acreedores precipitaron la decisión.
El grupo, al que pertenecen tres casinos en Atlantic City, en el estado de Nueva Jersey, ya se ha acogido tres veces al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrota con el fin de reestructurarse.
Las deudas de la compañía, incluidas las de varias filiales, ascienden a 1.700 millones de dólares, según fuentes informadas, mientras que los activos actuales ascienden a 2.100 millones de dólares.
Donald Trump, de 62 años, es accionista mayoritario del grupo. A fin de la semana pasada había renunciado a presidir el Consejo de Administración porque no podía ponerse de acuerdo con los acreedores. Trump también había ofrecido asumir él solo el grupo, según declaró.
Algunos expertos consideran que la salida de Trump de la junta directiva de la compañía podría ser parte de una táctica de negociación con los accionistas, pero otros creen que el magnate simplemente está tratando de esquivar un desastre económico, e intentando culpar a otros de las dificultades.
Trump culpó de su salida a las malas decisiones tomadas por los accionistas. “Hace un tiempo intenté comprar la empresa con el fin de darle la vuelta a los números, pero los inversionistas me rechazaron. Ahora observaré cómo las horribles y escandalosas tarifas de los abogados y consejeros le chupan la sangre a la firma”, afirmó Trump.
Lo que el empresario no mencionó, asegura “The New York Times”, es que muchos de los problemas de la compañía se derivan de antiguas deudas solicitadas para que Trump disfrutara de liquidez.
Las acciones de la compañía, que en 2006 tenían un valor de 23,8 dólares, hoy en día prácticamente no vale nada.
El sector de los casinos también se ve afectado por la crisis financiera. Atlantic City, la ciudad de los juegos de azar, debe hacer frente además a la fuerte competencia de los estados vecinos.
Las empresas estadounidenses con dificultades económicas pueden apelar a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras, para su saneamiento. De esta manera pueden aliviar su lastre y ordenar sus deudas. Sin embargo los procedimientos pueden llevar años.
