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El dólar pegó el “gran salto” y se intensificó aún más la fuga de capitales

Marzo arrancó de la peor manera posible tanto en el mercado local como a nivel mundial. Las principales bolsas del mundo sufrieron derrumbes significativos y el pesimismo volvió a adueñarse de los inversores.

“Los ánimos están muy sensibles y cualquier mala noticia que llega, se potencia y hace que todo se venga muy para abajo”, reconoció un operador a este medio.

El lunes, entre todas esas malas noticias, hubo una que sirvió como detonante para acelerar el derrumbe generalizado en todos los mercados del mundo: la aseguradora estadounidense AIG mostró la mayor caída corporativa en la historia de los Estados Unidos tras perder u$s61.700 millones en el cuarto trimestre.

Como si esto fuese poco, el HSBC anunció que sus ganancias cayeron 70% en el último período, que despediría cerca de 6100 empleados y que se prepara para realizar una enorme emisión de acciones para poder capitalizar a la entidad.

Claro está que, del otro lado del Atlántico, las cosas no están mucho mejor: Europa es un tembladeral, las principales economías entraron en recesión y el rechazo de los líderes de la Unión Europea al rescate de varios países de la región este deja a muchos territorios al borde de la bancarrota. Y el euro también sufre por ello (ver nota: El euro se debilita cada vez más y ya varios analistas lo ven cerca del 1 a 1 frente al dólar)

La Argentina
Muy atrás quedó esa teoría que afirmaba que el país estaba “desacoplado” de la crisis financiera. Aquí, los inversores locales reaccionan de la misma manera que cualquier otra persona que habita en otro país. Y frente a la incertidumbre no hace otra cosa que pensar en refugiarse en el dólar.

Es así como un informe privado de una consultora de primer nivel, que pidió absoluta reserva de identidad, da cuenta de este fenómeno y pone cifras contundentes (y preocupantes):

* hasta el miércoles 18 de febrero la salida diaria de divisas equivalía a u$s700 millones mensuales.

* A partir de esa fecha y hasta el 25 del mismo mes, el volumen se duplicó y se acercó a los u$s1.500M

* El pasado jueves y viernes la fuga de divisas registró picos aun superiores

Claro está, que la escalada de la divisa norteamericana da motivos más que suficientes para justificar esa mayor demanda. Este lunes subió 4 centavos y se estacionó en los $3,62. Así:

* En un solo día superó toda la suba de diciembre de 2008.

* Alcanzó su máximo valor desde el 18 de septiembre de 2002.

* Desde el 29 de octubre de 2008 no registraba un salto tan alto en una única jornada (en términos porcentuales)

Por qué se disparó el dólar
Diversos factores sirven para explicar el porqué de semejante salto en un solo día. Sin embargo, el cóctel entre el sombrío panorama que pinta una crisis internacional que parece profundizarse día a día, sumado a la posible intervención del gobierno local para regular el mercado de granos explican, en gran medida el impulso alcista de la divisa.

“La dolarización de carteras está muy vinculada con la situación que está atravesando el país. Si el gobierno está diciendo de que no hay liquidación de exportaciones, la gente piensa que el dólar se puede salir de control, y eso puede generar un movimiento de compras de dólares”, explicó Roque Fernández, ex ministro de economía de la Nación a iProfesional.com

Existen además otras razones, como ser la mayor presión que impone al Banco Central (BCRA) la devaluación de otras monedas de la región y los datos desalentadores sobre el derrumbe del comercio exterior argentino, que reduce la oferta de divisas y le resta margen de maniobra al Central para controlar a un billete verde, al que cada vez le quedaba más chico el traje de 3,50 pesos.

Para Carlos Risso, CEO de Notibancos.com, “lo ocurrido el lunes es la suma de diversos factores, pues a la debacle de las bolsas de todo el mundo se suma que, países como Brasil, también devaluaron y el petróleo también cayó alrededor del 10% en un solo día”.

¿Quién está comprando?
Fuentes del mercado explicaron a este medio que la demanda de monedas tuvo su principal origen en bancos e inversores privados, ante una oferta sumamente retraída de los exportadores que esperan mejores condiciones para liquidar sus divisas.

Es por ello que, según confiaron a este medio, el BCRA intensificó aún más los controles a las mesas de dinero de los principales bancos del país (en particular sobre las cinco entidades más activas en la compra venta de divisas), en un intento por reducir maniobras especulativas.

Cuestión de peso
Dentro de su estrategia cambiaria, denominada como de “flotación administrada” (o devaluación administrada), el Banco Central interviene en la compra y venta de dólares de acuerdo a las necesidades de liquidez en el mercado. Pero en las últimas semanas ha venido acompañando una lenta depreciación del peso para mejorar la competitividad de la economía, ante la caída de las monedas regionales.

En opinión de Fernández “la suba que estamos observando es parte de la política de la autoridad monetaria, que ha preferido dejar que suba unos centavos. Es una señal de que el BCRA prefiere seguir depreciando el tipo nominal de cambio, porque esto depende de la inflación”.

Fernando Izzo, operador de ABC Mercado de Cambios, afirmó que “se vivió un día muy agitado, marcado por las fuertes oscilaciones del dólar, a pesar del bajo volumen operado”. El analista sostuvo “que la demanda mayorista no encontraba respuesta más que en el Banco Central, que vendía la divisa contado y convalidaba así el aumento en la cotización”.

Izzo agregó que “los inversores vieron caer fuertemente sus activos -acciones y títulos públicos- y ante esa situación buscaron cubrirse tomando coberturas a futuro, a $3,632 para fin de marzo y a $3,653 para abril”.

El salto pudo haber sido mayor si el Banco Central no hubiera intervenido a lo largo de toda la rueda. Pero esta presión sobre el billete no es nueva, ya que “el viernes pasado para contenerlo tuvo que vender de contado más de u$s90 millones, teniendo en cuenta que la oferta de exportadores fue escasa para cubrir las necesidades de bancos y empresas por el fin de mes”, apuntó Izzo.

“Además, jugó en contra lo ocurrido con la divisa única -que tocó un mínimo de 1,2543 por dólar-, producto del rechazo de los líderes de la Unión Europea (UE) a un rescate masivo para los países de Europa Oriental”, concluyó.

En tanto, Risso sostuvo que “en este negro contexto mundial, el mercado local -que además no puede escaparle tampoco a sus propios problemas- no podía estar ajeno a la fuertes caídas de las bolsas, y a la suba de más del 1% que tuvo el dólar.”

Refiriéndose a la tensa rueda vivida en el día del lunes, comentó: “El mercado tuvo un arranque en $3.57 y luego fue alimentando la suba, hasta los $3,62. El volumen de negocios alcanzó los u$s242 millones. La escalada no se produjo de manera paulatina, sino que se fueron convalidando progresivamente precios superiores”.

Nicolás Bridger, analista de Prefinex, consideró que “la escalada se dio por la caída de las bolsas, que impulsó la demanda habitual, al agregarle mayor incertidumbre”.

La presión de otras monedas
La jornada del lunes, las monedas latinoamericanas mostraron fuertes bajas por las desfavorables condiciones mundiales y los operadores siguieron muy de cerca las caídas registradas en las aperturas del peso chileno y del real de Brasil, el principal socio comercial de Argentina.

La baja de las acciones de Estados Unidos y una apreciación del dólar contra el euro también presionaron sobre el precio del petróleo, que cayó más del 9% y sobre las monedas. Este cóctel resultó más que explosivo y sus consecuencias no se hicieron esperar:

* El real de Brasil perdió más de un 2% de su valor ante el dólar y subió a 2,429 unidades por divisa estadounidense

* El peso chileno se depreció 1,62% frente al dólar, que al cierre de las transacciones se negoció en $606,20, frente a su cierre del viernes de 596,50 pesos

* Y también pegó en el mercado de divisas argentino, pues el dólar aumentó 4 centavos en su cotización, para cerrar en $3,62 por dólar, luego de haberse cotizado un centavo más arriba.

Presión alcista y fuga de capitales
Todo hace suponer que de continuar las actuales condiciones de los mercados, se mantendrá una fuerte presión sobre el dólar, con un mercado que seguirá comprador y que la divisa seguirá mostrando una clara tónica alcista.

Juan Manuel O’Donell, de Econviews afirmó a iProfesional.com que “la presión sobre el dólar se hará sentir fuerte, porque por un lado se derrumbó la liquidación de las exportaciones agropecuarias, a la vez que la demanda está creciendo”.

En la visión de O’Donell, “el Central tiene que intervenir para compensar esa suba de la demanda, tanto en el mercado contado como en el de futuros y de esta forma controlar futuras alzas”.

A diferencia de lo ocurrido meses atrás, cuando el Banco Central era el único comprador, hoy éste cambió de vereda, pues se convirtió en el único gran proveedor de dólares de la plaza. Claro está, que en un mercado tan demandado tratar de mantener el precio del billete verde tiene sus costos.

En opinión de Jorge Todesca, CEO de Finsoport, “el tipo de cambio al que se podría evolucionar en el corto plazo es de $4 por dólar. Esa es la presión del mercado, con un 15% más de devaluación”. Similar es la visión del analista de Prefinex, para quien “el tipo de cambio para diciembre estará arriba de 4 pesos”.

Derrumbe del superávit comercial
La pésima performance del comercio exterior argentino es un factor ineludible a la hora de explicar las presiones sobre el billete verde: el saldo comercial, si bien se mantiene en terreno positivo, se achica a pasos agigantados, es decir que la plaza paulatinamente comienza a “secarse”.

Sucede que, a pesar de que las importaciones se están contrayendo con fuerza, la Argentina también cada vez exporta menos. Esto se traduce, de manera indefectible, en pobres resultados de la balanza comercial.

En efecto, en enero la diferencia entre compras y ventas externas arrojaron un superávit de u$s971 M, un 27% por debajo del mismo mes del año pasado.

Sin embargo, esta “foto” ya se está convirtiendo en una clara tendencia, considerando que en diciembre de 2008 el saldo comercial había experimentado un colosal desplome del 52 por ciento.

En este contexto, lo que más preocupa son las proyecciones de los analistas: desde la consultora Finsoport estiman para este año una caída del superávit comercial del 56% hasta los u$s7.400 M

Liquidación de divisas, otro frente de conflicto
Mientras que la erosión del saldo comercial trabaja lenta y silenciosamente sobre el dólar, hay un factor que impacta aquí y ahora: la liquidación de divisas.

El impacto de la sequía y una baja de las cotizaciones internacionales, provocó una abrupta caída de la cantidad de dólares volcados por parte de las cerealeras:

* Durante los dos primeros meses de 2008 las empresas liquidaron u$s3.252 M.

* Como contrapartida, entre enero y febrero de este año la cifra se ubicó en los u$s2.667 M.

* En consecuencia, la liquidación de divisas cayó un 18 por ciento.

Así, el Central la última semana debió volcar grandes cantidades de dólares para evitar que se dispare aún más. En este contexto, algunos operadores sienten una especie de “deja vu”.

En efecto, el proyecto de intervención oficial en el mercado de granos puede llevar al enfrentamiento entre el gobierno y el sector agropecuario a tensiones similares a las vividas hace exactamente un año.

Pero ahora con un matiz adicional. Ya que si se lleva a la práctica, la autoridad monetaria asumiría el doble rol de único comprador y vendedor del mercado, complicando aún más su desenvolvimiento.

“Lo que trae la iniciativa del Gobierno es más desconfianza para todos y termina de complicar el panorama general que hay. Se siguen planteando un montón de dudas que en definitiva no ayudan”, expresó Risso.

En este contexto, los analistas ya comienzan a ajustar sus proyecciones sobre la salida de fondos para el corriente año. En esa línea, Miguel Angel Broda explicó a iProfesional.com que según los cálculos de su consultora, ésta se ubicaría en una banda que va de los u$s10.000 a los u$s15.000 millones.

En este punto coincidió con Todesca y con Bridger, para quienes la fuga de capitales para el presente año también se ubicaría cerca de los u$s15.000 millones.

Bridger concluyó que la misma “será menor a la del año anterior porque el tipo de cambio más alto reduce la demanda. Con la misma cantidad de pesos se pueden comprar menos dólares, tanto por parte de particulares como las empresas que seguramente tendrán menos ganancias”.