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“El enoturismo podría crecer mucho con más vuelos a Mendoza”

Dentro del boom de consumo de vinos que se dio en los últimos años en la Argentina, un fenómeno muy importante es el auge del turismo enológico (o enoturismo), que muchas bodegas han sabido explotar muy bien. Sin perder de vista que quienes toman vino suelen ser consumidores sofisticados y de alto poder adquisitivo, las bodegas armaron propuestas de visitas, cursos, gastronomía y alojamiento dentro de sus instalaciones muy bien preparadas para recibir a los turistas. Para Juan Estornell, Director Comercial de Andeluna Cellars, la bodega ha sabido diferenciarse recibiendo pocos visitantes por día, en un marco imponente como ser la Cordillera de los Andes en el Valle de Uco.

– Nosotros tratamos que la gente pueda disfrutar de ir a probar vinos y de todo lo que hace a la producción. Hacemos paseos por los viñedos, tenemos un pequeño restaurant para 20 personas atendido por el chef Pablo del Río, que nos ha distinguido dentro de la oferta culinaria de Mendoza, ofrecemos clases de cocina, en síntesis, todo lo que es la vida conectada con el vino. Pero también armamos paquetes para que los turistas cosechen durante la Vendimia, con la idea de que vengan a disfrutar. Porque estamos en Tupungato, a 1.300 m. de altitud, que es lo más alto que hay en Mendoza para cultivar uvas, por lo tanto es un paisaje espectacular.

– ¿Los turistas pueden alojarse en la bodega?

– Todavía no tenemos alojamiento, pero existe el proyecto de construir 10 habitaciones más adelante.

– ¿Qué proporción de los turistas que reciben es extranjera?

– Tenemos un 90% de turismo extranjero, que es el que más nos prefiere, quizás porque nuestros negocios están muy basados en el exterior. Hay gente que probó nuestros vinos afuera y quiere conocer la bodega y también hay mucha gente que viene por los premios internacionales que hemos obtenido. El año pasado, uno de los vinos de Andeluna recibió el premio más importante de la revista especializada Decanter, que es la número uno de Inglaterra, y eso repercute afuera en la gente que lee esa revista y que antes de llegar a la Argentina nos contacta y hace la reserva.

– ¿Promocionan el aspecto turístico de la bodega?

– Hacemos muy poca promoción del turismo de la bodega, es más la recomendación y el boca a boca de los visitantes y de los operadores turísticos que nos recomiendan.

– ¿Cómo es el perfil de los turistas extranjeros que reciben?

– Tenemos gente de 70 países que nos ha venido a visitar. Por supuesto, hay una concentración de turistas de EEUU y Brasil. Pero también recibimos mucha gente de Europa y eso que nosotros hasta el año pasado no teníamos presencia comercial allá.

– ¿Qué cambios se notan en el turismo enológico nacional en estos últimos años?

– Principalmente, el crecimiento exponencial que se dio año a año. Nosotros empezamos hace 2 años muy tímidamente, solamente abriendo los fines de semana (hay pocas bodegas en Mendoza que abren los domingos como nosotros) y hoy estamos abiertos los 7 días de la semana.

– ¿Qué haría falta a nivel nacional para fomentar el turismo enológico?

– Realmente, uno de los problemas de este año fueron los vuelos. Julio, que normalmente es un mes de mucho turismo en Mendoza, bajó significativamente la cantidad de turistas porque no había vuelos suficientes. Creo que la infraestructura de transporte incide mucho en este momento. El enoturismo podría crecer mucho con más vuelos. Si Mendoza tuviese lo mismo que Bariloche, es decir una oferta de vuelos directos desde Sao Paulo, el negocio turístico crecería exponencialmente.