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El verano y las dietas

Se acerca el verano, y la llegada del primer calorcito pone en una situación difícil a las mujeres de hoy. Tener que empezar a usar ropa de verano, más suelta, más liviana, deja a la mujer con una sensación de mayor exposición corporal. Su cuerpo queda más a la vista. Y esto la enfrenta con un problema: su propio cuerpo. No porque el cuerpo en si mismo sea o tenga un problema sino porque la distancia existente entre el cuerpo ideal que una mujer quiere tener y el cuerpo real que tiene, la frustra.

Cada época tiene una moda, hoy nos parece increíble que años atrás se usara la mujer gordita, o rellenita. Eso era lo que se valoraba. Hoy día, el reconocimiento social apunta a la flacura como rasgo esencial. Pero no hay que olvidarse que como estamos hablando de moda, toda moda dura un tiempo y después se va, se cambia por otra. Estos son valores temporarios, pero cuando están vigentes imponen su propio peso.

Durante los últimos 10 años aproximadamente, se ha impuesto en la sociedad y en la cultura en general un modelo de mujer, de cuerpo de mujer, donde lo valorado atenta contra la salud física y psíquica. ¿Qué se valora hoy? ¿Qué cuerpo quieren tener las mujeres hoy?

Las mujeres buscan tener un cuerpo sin curvas, sin formas, recto. Donde todas sean iguales, anulando las diferencias. Donde pareciera que lo más importante es la etiqueta del Jean que usan. Eso si, las lolas a quirófano!!
Es interesante además resaltar, que el cuerpo de mujer que le gusta a la mujer, no es el cuerpo de mujer que le gusta al hombre. Y aquí cabe preguntar: ¿a quién quiere gustar la mujer?

Esta pretensión de igualdad, de verse incluida en un targuet social, la lleva a la mujer a una sensación de frustración, muchas veces llegando a la depresión y a los trastornos de alimentación, ya que pertenecer tiene su precio y no hacerlo tiene su costo.

Aparece así un ideal tortuoso, muchas veces apoyado en el negocio de las nuevas tecnologías de la estética. Aquí hay que saber diferenciar donde el hacer dieta y tratamientos de belleza es un recurso para estar bien en el verano y donde el consumo indiscriminado de estos elementos puede convertirse en un atentado contra la salud y la integridad psico-física.

Observamos en la actualidad una sobreestimación del cuidado del propio cuerpo, mucho trabajo, dedicación, tiempo y dinero invertido (o gastado) en mantener las apariencias. Esto supone una necesidad de regular la autoestima y de trabajar más en la aceptación del si mismo, del cuerpo y edad actual, pudiendo elaborar la pérdida del cuerpo que ya fue y poder vivir y convivir –con y en el– cuerpo que cada quien tiene hoy.

Es cierto que hay cuerpos que requieren de atención para embellecerlo y esta bien poder hacerlo: dietas, tratamientos, siempre profesionalizados, para poder discriminar entre la necesidad real de adelgazar y la tiranía de la belleza. Ya que estos “valores” están sustentados en la siguiente falsa creencia: delgada=bella=erótica=exitosa=perfecta.

Si bien es verdad que las opiniones sociales o colectivas tienen fuerza, solo se sostienen apoyadas en el soporte individual. Habría que intentar recuperar valores más nobles, más sanos para poder vivir mejor, en plenitud con nosotros mismos y con el medio al que pertenecemos.