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Emprender a los 50: la edad no es obstáculo para ser el propio jefe

Las iniciativas empresariales cuyo principal emprendedor tenía entre 40 y 55 años representaban el 30,7% del total de la actividad emprendedora en España en 2007, según el Informe GEM realizado en ese país y coordinado por el Instituto de Empresa Business School, que analiza la situación de creación empresarial.

Los motivos para embarcarse en un negocio son muy variados, pero la edad no es un freno para convertirse en el propio jefe. “Llega un momento en el que te planteas cómo te ves dentro de un tiempo. Y si te sientes capacitado y con ganas, te lanzas a montar tu empresa. Es ahora o nunca”, explica Miguel Ángel Oroquieta, subdirector de la consultora de franquicias Tormo & Asociados.

En concreto, el 76,6% de los emprendedores encuestados para el Informe GEM 2007 decidieron poner en marcha su empresa para aprovechar una oportunidad de negocio, según un artículo publicado por el medio español Expansión y Empleo.

De estos, el 21% lo hacía para conseguir más ingresos y el 28% para tener independencia laboral. Los que son autónomos por necesidad, es decir, porque no encuentran otra alternativa laboral, representan el 15%.

“Es una decisión que puede venir derivada por un despido o porque a esa edad es cuando el emprendedor se ve suficientemente preparado, con experiencia y solvente como para crear su propia empresa”, explica Patricio Rodríguez-Carmona, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (AJE Confederación).

De este modo, embarcarse en una aventura empresarial con esa edad se convierte en una opción de futuro alternativa a un despido, prejubilación o, simplemente, para hacer realidad el empresario que se lleva dentro, tal como destaca Expansión y Empleo .

Emprendedores forzados
No obstante, Paco Álvarez, consultor de la Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio, va más allá y apunta que las personas que con 50 años deciden montar un negocio son emprendedores forzados.

“Por una parte, nos encontramos con el lado negativo, que es la persona a la que despiden y tiene que empezar de cero y reconvertirse. Y por otra parte está lo positivo, lo que se llama management by out (MBO), es decir, personas que se van de su empresa porque no están a gusto o porque la compañía fracasa, y deciden crear un negocio similar al que estaban empleados”. Estos últimos poseen capacidad, experiencia, un proyecto, pero carecen de capital, a juicio de Álvarez.

La mejor o peor situación financiera para emprender no depende, en gran medida, de la edad. consigna Expansión. “La situación económica de estas personas no es desastrosa, pero lo importante es saber cuánto se tiene y cuánto es posible endeudarse”, recomienda Oroquieta.

En cualquier caso “es necesario un respaldo financiero importante para salir adelante, como líneas de microcréditos, préstamos, ayudas o subvenciones”, explica Rodríguez-Carmona. No obstante, Inmaculada Álvarez, presidenta de la Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid (Aseme), aconseja tener un buen plan de empresa: “Más que financiación, es más importante saber lo qué se quiere, qué se necesita y cuánto costará”.