Inicio Empresas y Negocios Petróleo: los analistas están divididos entre la burbuja y el pánico

Petróleo: los analistas están divididos entre la burbuja y el pánico

El petróleo genera grandes debates pero el precio no cede. Con un precio actual del barril, el mismo ha duplicado su valor respecto de un año atrás. En términos de rentabilidad, representaría 10 años de ganancias para aquellos que persiguen un rendimiento anual del 10%, algo difícil de lograr hoy en día.

Frente a una hipotética “exhuberancia irracional”, muchos se preguntan si el precio del barril podría seguir subiendo o se está ante una nueva “burbuja” que podría estallar en cualquier momento.

Todas las burbujas financieras tienen rasgos comunes, lo que posibilita su detección más o menos temprana. Las mismas podrían ser sintetizadas en:

* Aparición de mercados excesivamente especulativos,
* Suba meteórica de precios y volúmenes de operaciones y
* Extrema concentración de la especulación

Los inversores institucionales financieros han invertido enormes cantidades de dinero en activos relacionados al petróleo y sus derivados en los últimos cinco años. El volumen de operaciones relacionado con índices de commodities ha trepado de u$s70.000 millones al principio de 2006 a u$s235.000 millones a abril de este año, acompañando la impresionante suba de precios.

Los que apuestan a al burbuja
Shawn Tully, analista internacional, en un reciente artículo opinó que “así como las acciones del sector tecnológico han caído y el mercado inmobiliario también, podemos estar seguros de que el petróleo seguirá el mismo camino”.

La semana pasada el crudo subió u$s16 en dos días. En medio del ataque de pánico que vivieron los mercados, algunos expertos afirmaron que “el mundo ha cambiado” y que el aumento de la demanda, la escasez de oferta y las malas decisiones del gobierno llevarán el galón de gasolina a u$s5 o incluso u$s10 en EE.UU. (cada galón equivale a unos cuatro litros).

Pero Tully deja de lado el sentimiento de pánico y argumenta que si el análisis se limita a los fundamentos de la economía, la única pregunta que se puede plantear no es si los precios bajarán sino cuándo.

Eso es así, ya que supone que el mercado está muy por encima del “precio de equilibrio.” Es por eso que estaría ocurriendo algo similar a lo sucedido en el mercado inmobiliario de EE.UU. y de otros tantos países.

Tully considera que ambas ofertas, la de vivienda y la de petróleo, reaccionan con demora al incremento en la demanda. Cuando la economía de EE.UU. vivió su auge de la construcción entre 2002 y 2003, los constructores no daban abasto para cubrir la demanda de casas solicitadas con hipotecas baratas. Como resultado, los precios subieron, sin guardar una relación con el precio real de compra.

El precio lo establecían los compradores, que no tenían en cuenta cuestiones como el costo.

Este escenario basado en una demanda casi infinita, promovió enormes ganancias, que se reinvirtieron, pero ya edificados y listos para la venta se encontraron con una demanda más reticente que ya no podía pagarlas. Esta sobreoferta fue la que causó que los precios después se desplomaran.

La historia, según este analista, será similar para el petróleo. Una importante franja del mercado no paga el barril a u$s125 y otra franja, como los gobiernos de China, India y Oriente Medio, subsidia el petróleo para sus ciudadanos y empresas, provocando un desenfrenado sobreconsumo y un alza en los precios.

Todo parece ir en dirección a un punto en el que tarde o temprano el mundo no pagará precios muy por encima de los actuales. Es por ello que eventualmente éstos caerán hasta igualarse con el precio del último barril de petróleo.

¿Cuál es hoy, entonces, el costo de ese barril?
Según Stephen Brown, economista de la Reserva Federal de Dallas, producir un barril marginal cuesta u$s50, con un precio que supera los 135 dólares. Entonces, el incentivo para producir más es irresistible, tal como las constructoras se lanzaron a construir más casas.

Además, todo parece indicar que la demanda empezará a caer en forma gradual. En los EE.UU. y en Europa, las ventas de los vehículos grandes están cayendo, por ejemplo, y las aerolíneas están limitando los vuelos, el equipaje transportado, etc.

En su pronóstico, Tully ve posible que dentro de unos años se registre un periodo prolongado de abundante oferta petrolera y bajos precios, de 50 dólares por barril o menos.

Algo similar a lo ocurrido en la década de los 70 y principios de los 80, cuando el alza en los precios del crudo provocó que el mundo redujera significativamente su consumo. Para mediados de los 80 los precios del petróleo habían caído de u$s40 a u$s15, y permanecieron bajos durante dos décadas.

De todas formas, existen algunos datos que señalan el final de una burbuja:

* La cautela de los expertos: los profesionales se vuelven cautelosos y el público en general corre a comprar activos
* Cautela de los emprendedores: se ve cierta reticencia de la OPEP a incrementar la producción culpando a los especuladores por la suba del precio.

Para otros, el crudo a u$s 200 es factible y los subsidios tienen mucho que ver
El tema de los subsidios es recurrente. Según estimaciones de Morgan Stanley, aproximadamente el 70% del incremento de la demanda en el 2008 viene sólo de países emergentes y gran parte de estos subsidian el consumo. Esto tiende a estimular la demanda local, aunque afecte la economía por una mayor inflación.

Se estima que cuando el barril del crudo en 2006 estaba en u$s 60 el barril, el nivel de subsidios era de sólo 10%, pero ahora subió a 22% con un barril de petróleo por encima de los 130 dólares.

”El precio histórico que alcanzó el petróleo el viernes aún tiene cuerda para más”. Así lo cree Euan Craik, gerente general de Argus Media Group -firma británica especializada en el análisis del mercado energético- quien sostiene que “la demanda seguirá muy fuerte, especialmente en Asia, donde crecerá muy rápido”.

En cuanto a la cotización que puede alcanzar en el futuro, dice que “es posible” que el barril alcance los u$s200, pues no ve ninguna disminución de la demanda, como sugirió Goldman Sachs.

Adicionalmente, el director general del monopolio estatal ruso Gazprom, Alexey Miller, ha pronosticado el martes que el precio del barril de petróleo alcanzará un nivel cercano a los u$s250 en un futuro próximo ante la fuerte demanda de energía, a la vez que reconoció que existen factores especulativos que explican en parte esta escalada de precios, aunque ha afirmado que no son determinantes.

En este sentido, el máximo ejecutivo de la compañía rusa ha hecho hincapié en que la economía mundial requiere cada vez más energía ante la elevada tasa de desarrollo industrial que provoca una creciente demanda de petróleo y gas, lo que ha dado origen a un incremento de los precios de la energía, así como a una creciente competencia por el acceso a los recursos energéticos.

Para Paulson, la culpa no es de los especuladores
El secretario del Tesoro estadounidense consideró el lunes que los especuladores no juegan un rol importante en la escalada de los precios mundiales del petróleo.

“Mi postura, y he revisado esto muy detenidamente, es que no creo que los inversores financieros sean responsables en forma significativa de este movimiento de precios”, dijo Paulson durante una entrevista con la cadena de televisión CNN.

“Esto es oferta y demanda, los inversores financieros están a ambos lados del mercado (…) ellos no marcan tendencias, ellos siguen las tendencias”, agregó.

“Si la especulación estuviera realmente impulsando los precios, veríamos grandes reservas de crudo. Pero eso no está ocurriendo. Creo que el rol de la especulación ha sido exagerado, especialmente por parte de la OPEP y de otros productores fuera de ella”, asegura Euan Craik,

Mientras tanto, los países consumidores dicen lo suyo
Los once países que representan dos tercios del consumo de energía del planeta reiteraron el domingo en Japón su preocupación por la subida del precio del petróleo y pidieron un aumento de su producción ante el peligro de una recesión mundial.

En efecto, los titulares de Energía del G8, los ocho países más industrializados del mundo mantuvieron una primera reunión en Japón en la que también participaron las tres potencias económicas asiáticas: China, India y Corea del Sur.

Consideraron que existe “una urgente necesidad de aumentar las inversiones en el sector energético” para desarrollar la producción de petróleo e intentar frenar la subida de su precio.

En este sentido, hicieron un llamamiento “a los otros países productores de petróleo a aumentar las inversiones para mantener un buen aprovisionamiento de los mercados”, si bien reconocieron que la tensión actual en el precio del crudo se debe a factores estructurales como el aumento de la demanda.

“La época de energía barata parece haber terminado y ninguna economía debería apostar por un regreso a los precios bajos”, consideró el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs.

Para Piebalgs, “es preferible poner en marcha desde ahora inversiones en tecnología para la eficacia energética y la energía limpia”.

Pero para la OPEP, la culpa sí es de los especuladores
Los países miembros de la Organización no ven necesidad de bombear más petróleo al mercado a pesar del abrupto aumento del precio, que consideran injustificado.

“Creo que hay suficiente petróleo en el mercado”, aseguró en entrevista telefónica Shokri Ghanem, presidente de la Compañía Nacional de Petróleo de Libia, país perteneciente a la OPEP, al mismo medio.

En un mercado “maníaco” como este, en donde se habla de un barril de crudo a u$s200 para fines de año, muchos inversores se olvidan de lo obvio: los commodities, entre ellos el crudo, son activos intrínsecamente cíclicos cuyos precios fluctúan alrededor de un nivel de equilibro de largo plazo (que potencialmente puede cambiar).

Cuanto más dure una tendencia alcista, más probable es que se la perciba como permanente y que, por lo tanto, le siga una manía. Las burbujas y manías duran más tiempo de los que se piensa, pero tarde o temprano explotan.

¿Será el precio del petróleo la próxima víctima de una burbuja? Por las dudas, llene el tanque de nafta.