Los directivos de las principales compañías argentinas comenzaron a aplicar recortes en los hábitos cotidianos y el ajuste llegó incluso hasta los desayunos de los empleados, como forma de bajar costos en medio del avance de la crisis financiera internacional y la desacelaerción de las economía local.
“Hay que ahorrar luz”. “Tratemos de no malgastar el papel”. “Abrochen la mayor cantidad de hojas juntas, así no desechamos los ganchitos”. Esas son algunas de las frases que más se escuchan en las oficinas desde diciembre pasado.
Y ni pensar en otros “beneficios” como los planes de incentivación económicas, los premios y demás cuestiones que antes eran utilizadas por algunas empresas para buscar mayor efectividad en sus empleados.
En un banco de primera línea aseguran que después de las tres de la tarde, horario en que finaliza la atención al público, los empleados deben apagar las luces y sólo quedan iluminados con los artefactos de sus escritorios, según publica el diario Ámbito Financiero en su edición de hoy.
En tanto, en las plantas de producción de las principales automotrices se redujeron notablemente los viáticos. Según el matutino, los almuerzos de negocios quedaron casi en el pasado y mucho operarios optan por pasar por alto la comida por lo costos significan comenzara comprarla todos los días.
En otras ofinias de bancos, por ejemplo, las compras de artículos de librerías se redujeron hasta un 12%, aunque los gerentes de otras compañías aseguran que los gastos empresariales cayeron hasta un 30 por ciento.
