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En busca de nuevos mercados

Jorge Sánchez es operador turístico en Buenos Aires. Como muchos en su industria, sufrió a comienzos de año una fuerte caída en su actividad; brasileños, norteamericanos y europeos, que hasta tan sólo algunos meses pujaban por las pocas plazas libres que quedaban en los hoteles de los centros de turismo más visitados del país, estuvieron cancelando viajes o postergando reservas. Para contrarrestar la contracción del negocio, sin embargo, Sánchez decidió lanzarse a explorar nuevos mercados y se embarcó a Turquía.

“Entre los turcos hay mucho interés por conocer destinos exóticos, como la Argentina. Ellos la reconocen por [Diego] Maradona y [Lionel] Messi, aunque a veces también se la confunden con Brasil”, confió un entusiasmado Sánchez, que en Buenos Aires trabaja en las oficinas de Scenery Travel Service.

“Todo el mundo se pelea por los mismos mercados, por lo que acá tendríamos más margen de maniobra. Vemos que existe un gran potencial de turismo joven y de un poder adquisitivo medio alto”, comentó el empresario.

Con la misma intención que Sánchez, doce representantes de pequeñas y medianas empresas de diferentes rubros se trasladaron hasta Estambul, para participar de la que es actualmente una de las ferias de negocios más grandes del mundo. Organizada por la Confederación de Hombres de Negocios e Industriales de Turquía (Tuskon), la feria que se llevó a cabo la primera semana de junio contó con la presencia de más de 5600 empresarios: 3300 turcos y 2300 procedentes de los diferentes puntos del planeta.

Los números son esperanzadores. Turquía se ubica en el decimoquinto lugar en el ranking de las economías más grandes del mundo, con un producto bruto interno (PBI) de 742.000 millones de dólares y un producto per cápita que ya superaba los 10.700 dólares en 2008, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Aunque no es esto lo que más atrae a los aspirantes exportadores, sino que la nación que fue la cuna del gran Imperio Otomano hace alarde del gran potencial desarrollo que tiene su mercado doméstico, con una población de 72 millones de habitantes, de la cual el 61% tiene menos de 34 años (el promedio de edad es de 28,3 años).

Además, según coinciden los argentinos, el mercado turco tiene ciertas ventajas frente al de la Unión Europea (UE). La más importante de ellas es que tiene menores requisitos de ingreso para los productos extranjeros, pese a que se trata, al mismo tiempo, de una ventana de entrada para todo el continente europeo, ya que Turquía es hoy el único país que no es miembro pleno de la UE y que, así y todo, tiene una unión aduanera con los países que la conforman.

Carlos Falvo, socio de Viejo Tala, una compañía que se dedica a la comercialización de maquinaria agrícola, es otro de los empresarios que llegó a la antigua ciudad de Constantinopla desde Córdoba, convocado por la Fundación para la Amistad Argentino-Turca, tentado ante la posibilidad de vender máquinas fabricadas en Santa Fe y Córdoba, que en los últimos años se colocaban como pan caliente en el actualmente resentido mercado argentino.

“En lo que es agricultura, en Turquía no están tan desarrollados; hay un nicho”, sentencia Falvo. “Claro, si nos deja el Gobierno”, aclara.

Es que, además de maquinaria, el empresario también afirma que este país, que goza del beneficio de formar parte al mismo tiempo de dos continentes (Asia y Europa) y que es una suerte de nexo entre la cultura occidental y la oriental, podría ser un gran comprador de granos, particularmente, de trigo y maíz. “Pero en la comercialización de granos estamos muy limitados. La exportación de trigo está cerrada y hoy no hay en la Argentina excedente de maíz”, reconoció.

Dificultades para exportar
Con el coraje que otorga la distancia, la mayoría de los representantes de pymes argentinas presentes en Turquía dejaron de lado pudores y se animaron a hablar abiertamente sobre las dificultades que tienen para exportar bajo el actual esquema regulatorio argentino.

Asimismo, coincidieron en que, más allá de sus buenas intenciones, las elecciones legislativas generan a mediano plazo una incertidumbre tal que ninguno de ellos tiene previsto realizar acuerdos comerciales hasta después de observar cómo se desenvuelve la economía el día 29 (de este mes).

“No veo que podamos cerrar nada hasta que no sepamos qué pasa en la Argentina”, subrayó Leonardo Marcilio, de MT Internacional Group, una compañía dedicada al trading de importaciones y exportaciones, y que en 2008 vendió a Turquía maderas en tabla: lapacho de Salta y Jujuy, y quebracho de Formosa.

“Pero la feria es ahora, y nos interesan los contactos. Si no se logra nada ya, se logrará más tarde”, afirmó el empresario que, en esta ocasión, aprovechó para sentar las redes para exportar semillas de girasol, sésamo y maní.

En 2008, la Argentina exportó a Turquía productos por cerca de 800 millones de dólares e importó, al mismo tiempo, mercadería por 100 millones de dólares (sobre todo, electrodomésticos para cadenas como Frávega).
Claves

* Economía pujante. Turquía se ubica en el décimoquinto lugar entre las economías más grandes del mundo, con un PBI de US$ 742.000 y un producto per cápita que ya superaba los 10.700 dólares en 2008, según el FMI.

* Concurrencia. Organizada por la Confederación de Hombres de Negocios e Industriales de Turquía (Tuskon), la feria contó con más de 5600 empresarios: 3300 turcos y 2300 del resto de mundo.

* Potencial desarrollo. La nación que fue cuna del gran Imperio Otomano hace alarde del gran potencial desarrollo que tiene su mercado, con una población de 72 millones de habitantes, de la cual el 61% tiene menos de 34 años.

* Comercio bilateral. En 2008, la Argentina exportó a Turquía productos por cerca de US$ 800 millones e importó, al mismo tiempo, mercadería por US$ 100 millones.