La tentación, por un lado, que encuentran las empresas y los ahorristas ante las sustanciosas tasas de interés en pesos que ahora ofrecen los bancos y la desconfianza, por el otro, que todavía sienten estos mismos al decidir un destino para resguardar sus dólares le hicieron perder al sistema financiero otros u$s 210 millones de depósitos en moneda extranjera a lo largo de febrero.
La fuga llama la atención si se considera que, justamente en este mes, los argentinos pudieron comprar en el mercado oficial, tras haber sido autorizados por la AFIP, unos u$s 162 millones que podrían haber contribuido a engrosar esos depósitos.
El 90% de quienes adquirieron estas divisas en el mercado oficial, según cifras del propio organismo, prefirió pagar un 20% más por esos dólares antes que quedar obligados a dejarlos depositados por un año en alguna entidad. Y sólo los u$s 15 millones del resto alcanzaron a atenuar el drenaje.
En las mesas de dinero consultadas por Ambito coincidieron en que hoy se perciben estos dos factores. Las tasas del 28% anual que las entidades pagan por un plazo fijo en pesos, ante un primer semestre que el mercado percibe relativamente calmo para el dólar, alientan a algunas empresas a liquidar sus divisas y salir a buscar mejores retornos en moneda local.
Son compañías que habían resistido los dos años de cepo cambiario sin retirar sus dólares depositados en el sistema financiero, y que hoy tienen a mano mecanismos legales en la Bolsa que les permiten venderlos a un dólar de $ 10,30.
El resultado se ve ahora en el crecimiento que están mostrando los plazos fijos en pesos. El avance de febrero fue de $ 10.000 millones y superó al de enero ($ 7.700 millones).
El segundo factor es la desconfianza que todavía perciben los argentinos. Quienes compraron divisas en bancos eligieron otros destinos para ellas: el colchón, una caja de seguridad o el mercado paralelo. Esto a pesar de que el BCRA se esforzó por darles atractivo a plazos fijos en dólares ajustando al 4% el retorno que da por Lebac.
