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En la cuenta regresiva: para el comercio mundial ya nada será igual en 2009

En un reportaje muy reciente concedido por Pascal Lamy, director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), a Valor Económico de Brasil, señalaba: “Estamos en una recesión extremadamente severa, de una amplitud hasta ahora nunca vista y de la cual no sabemos cuanto tiempo va a durar”.

“Es una crisis global, y mucho va a depender de la calidad de respuesta de las políticas públicas y de su coordinación entre los países para amortiguar sus consecuencias”, agregó.

Su diagnóstico plantea una severa contracción del comercio mundial para el año 2009, basado en las estimaciones de crecimiento del FMI del producto bruto global que señala 0 o negativo para los países desarrollados y 6% -en revisión a la baja- para los emergentes, pero que dada la importancia que tiene el comercio exterior de esos países con las economías desarrolladas, su impacto contractivo puede ser aún más fuerte.

En cierta forma se pueden visualizar los grandes flujos de comercio actuales, como de los países de nueva industrialización –China, India y otros del sudeste asiático, Brasil y México en menor proporción –hacia los países desarrollados y otros emergentes de menor industrialización y/o productores de commodities de diverso tipo incluidos los petroleros. Esos países son de menor desarrollo relativo hacia los desarrollados, pero en los últimos años -2003 en adelante– tuvieron crecientes embarques hacia los países de reciente industrialización, que son en términos cuantitativos y cualitativos los que más han demandado agregadamente petróleo, minerales, productos agrícolas, acero, aluminio y diversos materiales para infraestructura y construcción.

En otras palabras, si bien el “comprador mundial de última instancia” 2003-2008 a nivel global fue Estados Unidos (cliente del 16% de las importaciones mundiales con sólo el 9% de las exportaciones totales), lo cierto es que esto benefició a los nuevos emergentes industrializados proveedores petroleros; para el resto de los países en desarrollo, incluida la Argentina, el aumento de su demanda fue de China, India, sudeste asiático e inclusive África, pues como decía el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, los precios de los productos agrícolas aumentan porque hay más consumidores saliendo de la pobreza. (Esto antes que los precios se fueran a valores estratosféricos en los primeros siete meses del 2008 para luego caer en picada).

La crisis financiera, cuya fase crítica aún no ha terminado, ya está pegando fuertemente sobre la economía real, pues una de sus consecuencias más nefastas es la contracción del crédito. Y como en el comercio internacional el 84% de las operaciones lo requieren, su impacto se hace sentir, limitando operaciones ya sea por imposibilidad de obtenerlo o porque su costo hace inviable determinadas operaciones.

¿Cómo están reaccionando diversos países frente a esta situación recesiva y simultáneamente contractiva en materia de crédito internacional? En los casos de fuertes productores de commodities la mayoría de ellos está dejando deslizar sus monedas –depreciándolas– frente al dólar, para que los productores tengan mayor ingreso en moneda local, haciendo el movimiento inverso al que realizaran hasta mediados 2008, cuando los precios de las commodities subían en dólares y, por lo tanto, apreciaban sus monedas locales y de paso combatían las tendencias inflacionarias efecto de dichos aumentos. Esto claramente se observa en dos casos cercanos: Brasil y Chile.

En el caso brasileño, además de esta estrategia de búsqueda de un nuevo piso de relación cambiaria, la preocupación instalada es con referencia al problema del crédito externo que le afecta fuertemente, ya que solamente las líneas de financiamiento para los ACC y ACE –prefinanciaciones– representan unos 35.000 millones de dólares rotativos. En este sentido, ha habido y hay una intervención permanente del Banco Central para ofrecer en licitaciones semanales miles de millones de dólares, con cláusula de recompra a plazo, contra garantías de operaciones comerciales que tienen los bancos de sus clientes.

Es interesante señalar que dentro de este panorama, Brasil ha recibido 30.000 millones de dólares directamente de la FED para cubrir eventuales problemas de liquidez y que por otra parte siguen apostando fuertemente a la apertura comercial y la negociación multilateral tal como fuera trazado en su momento en el PDP de mayo y la EBE del mes de setiembre. Al respecto la propuesta de Brasil en la reunión del G-20 será que dada la situación internacional y para evitar medidas proteccionistas, se trate de cerrar la Ronda Doha, a sabiendas de las dificultades que ello implica por el cambio de administración norteamericana.

De todas formas hay clara conciencia que las condiciones para el año 2009 serán completamente diferentes a las verificadas en los años 2003-2007: Nada será igual para ese año.

Es en este sentido que analizando qué puede pasar con el comercio exterior de nuestro país resulta conveniente hacer las siguientes reflexiones previas:

* Las cifras que se van a alcanzar en dólares de nuestras exportaciones e importaciones en el año 2008 corresponden fundamentalmente a precios excepcionales de las primeras y términos de intercambio muy favorables, poco repetibles por lo menos en el futuro inmediato. Las importaciones también crecieron fuertemente por componente precio –bienes intermedios y combustibles– pero también por volumen casi 24 %.

* Las cifras que se proyectan para el 2009 (ver cuadro) “desinflan” los precios que rigieron hasta julio en las exportaciones agrícolas y hasta agosto en combustibles; también contemplan las caídas previsibles de volumen en trigo, maíz y girasol. Los precios base tomados son u$s350 para la soja; u$s240 para trigo y u$s170 para el maíz; son buenos precios pero no para aplicar derechos de exportaciones del 35% y muy probablemente deberán estudiarse retenciones diferenciales por región, para evitar males mayores. Se mantienen los valores de exportación alcanzados por otros MOA, se disminuyen un 10% las expo MOI aunque el cálculo puede pecar de optimista visto lo significativo de los embarques de vehículos y sus partes (31% del total) y que depende en gran parte de la demanda brasileña y de otros países de la región. Todo ello implica una disminución del 16,2% de las exportaciones 2009 sobre 2008: 4% de merma de cantidad y 12% de precios.

* Las importaciones son, en el análisis efectuado, las que reciben un ajuste mayor y ello obedece, primero, a que el ritmo de aumento del 2008 no se sostiene en una etapa de escaso o nulo crecimiento económico y, en segundo término, que las expectativas, unido a la falta de crédito para las operaciones, disminuirá las importaciones de bienes de capital y sus partes así como las de vehículos para pasajeros. En bienes intermedios se “desinflan” los precios que estaban subiendo a un ritmo del 30 % y se reduce parte del consumo por menor actividad; similar criterio se aplicó a combustibles y energía donde la reducción va vía precios y se mantiene la cantidad. En esta hipótesis las importaciones disminuyen en valor 2009 sobre 2008 un 21,0% : 15% por cantidad y 5% por precio.

Resumiendo, la contracción del comercio exterior argentino resulta de una combinación de menores precios de exportación y de importación, que dado el peso de las commodities agrícolas implica una pérdida de valor de 8.400 millones de dólares comparando 2009 con 2008 solamente en ese rubro y de 3.400 millones más en el resto de los componentes de nuestros embarques.

Pero es en las importaciones donde se observará con mayor nitidez el impacto del menor nivel de actividad económica interna, el cambio de expectativas ya operado en los segmentos de la población con capacidad de gasto y crédito y la ausencia de crédito externo aspecto central para un país que es importador neto de bienes de capital, sus partes, de insumos intermedios y de bienes de consumo durables incluido vehículos automotores.

Por lo tanto, contrariamente a lo que se supone, el problema no es de balanza comercial, porque no hay “avalancha de importaciones” cuando la economía se encamina hacia la recesión, sí lo que puede haber (de no implementarse cambios en la política comercial externa, pasando de derechos de exportación a reembolsos y de movilizar las reservas de BCRA para ayudar en materia crediticia en vez de sostener una moneda local que actualmente luce apreciada), caídas mas fuertes en los embarques proyectados en esta nota para el año 2009.