El aumento de los precios domésticos “vuelve a ser el principal desafío que enfrenta la Argentina en el corto plazo”, advirtió la consultora Ecolatina en su informe económico semanal, que proyectó una inflación de dos dígitos para los próximos años. La entidad aseguró que “la inflación está erosionando la competitividad cambiaria” que tiene el país y que fue uno de los factores que le permitió afrontar la crisis de 2001.
“La inercia inflacionaria actual y las tensiones entre la oferta y demanda permiten proyectar una inflación (real) en dos dígitos en los próximos años”, advirtió concretamente Ecolatina.
Agregó que “en un contexto en el que el tipo de cambio aumenta gradualmente en términos nominales, las ganancias por competitividad-precio que aún se mantienen se reducirán a un ritmo más acelerado”.
Advirtió que si por caso se disparasen los precios y se ajustase de ese modo el tipo de cambio real (…) las ventajas cambiarias se diluirán con el tiempo y se hará necesario el desarrollo de otros mecanismos de competitividad basados en la eficiencia y la productividad, pero no hay razón para erosionar los beneficios ya adquiridos. Hacia el futuro, no se percibe una fuerte apreciación del dólar mientras persistan los déficit estructurales (externo y fiscal) de la economía estadounidense”, enfatizó el trabajo de Ecolatina.
Cabe mencionar que la estabilidad de los precios de los productos de primera necesidad ya constituye uno de los mayores frentes de tormenta para el gobierno de Néstor Kirchner en su intento por frenar expectativas inflacionarias. Durante los últimos días, a los aumentos de precios registrados en productos de limpieza, carnes, lácteos (quesos hasta un 30 por ciento), medicamentos (entre 60 y 90 por ciento en oncológicos y HIV con relación al valor internacionalm en tanto que para algunas drogas el precio de venta supera entre 4.000 y 12.000 por ciento el costo) y hasta en los costos de inmuebles (20 por ciento)m alquileres (15 por ciento) y expensas (30 por ciento promedio), se sumaron maniobras de algunas empresas que, a fin de no ver caer su rentabilidad, presentaron sus artículos en envases más pequeños, sacaron de la venta segundas marcas incluidas en los acuerdos y renovaron envases a los productos de siempre.
