Aproximadamente 40% de los desocupados tienen menos de 25 años y de ellos 60% apenas cursó estudios primarios, según asegura un informe de la consultora Sociedad de Estudios Laborales (SEL).
El trabajo resalta que “tres de cada cinco desocupados sólo cursaron estudios primarios o un par de años del secundario” y que por eso “su escaso capital humano constituye su restricción principal para conseguir empleo”.
Según el informe, también aumentó la proporción de “quienes están fuera del mercado laboral y tampoco estudian”: en el segundo semestre de 2003, los menores de 25 años en situación de marginalidad eran 750.000 y en 2007 llegaban a 850.000.
En 2003, por cada joven que buscaba empleo había 0,8 al margen del mercado laboral y que tampoco estudiaba, mientras que en 2007 esa relación subió a 1,3. Según SEL, “el aumento de la marginalidad juvenil en un contexto de fuerte recuperación del empleo sugiere que no es sólo cuestión de disponibilidad de puestos”.
El relevamiento consigna a su vez que la asociación entre marginalidad juvenil y desigualdad parece persistir -y en la experiencia reciente, acentuarse- en un marco de recuperación de la situación ocupacional y también de descenso de la pobreza.
Una razón para ello es que esta mejoría, que ha sido muy clara para los sectores medios (sobre todo los medio- bajos de asalariados formales), no ha llegado con la misma intensidad a la base predominantemente informal de la estructura social. La brecha entre unos y otros ha aumentado.
Así, los empleos al alcance de estos jóvenes son mayormente precarios y de bajos salarios. Entre los ocupados menores de 25 años la informalidad alcanza a 63.5%; el 40% realiza tareas no calificadas; y los salarios en empleos privados no domésticos son poco más de la mitad del promedio del mercado y 30% por debajo del salario mínimo.
Mejor panorama
Pese a este panorama, el estudio de SEL Consultores sostiene que “las oportunidades de empleo para los jóvenes mejoraron sensiblemente desde la salida de la crisis” argentina de 2001.
Según SEL, “en el segundo semestre de 2003, la proporción jóvenes con empleo era de 30%, mientras que en 2007 superó el 34%”. También cayó 10 puntos la tasa de desocupación juvenil, aunque sigue en desventaja contra la de mayores de 25 años.