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Los molinos de Jáchal dan empuje al turismo

Desde que comenzaron a funcionar los centenarios molinos harineros de Jáchal, aumentó la cantidad de turistas que llega al departamento. Es que las visitas guiadas a estos lugares, que en algunos casos incluyen espectáculos de luz y sonido impactante, se convirtieron en la nueva atracción. Mientras que en el 2006 visitaron Jáchal unos 3.000 turistas, en lo que va del 2007 ya pasaron unos 5.000. El punto en común de todos ellos es que buscan visitar los molinos de Huaco, de El Alto y de Sardiña, que son los que están preparados para recibir visitas. Es lo que afirmó Cosme Yáñez, director de Cultura de la comuna jachallera.

La tendencia no es casual ya que las visitas guiadas a los molinos son impactantes. Sobre todo en el molino de El Alto o García, que desde que lo reconstruyeron en julio del 2005, empezó a moler trigo. Este molino resucitó al cumplirse 50 años del fallecimiento de Don Buenaventura Luna. Ahora, las visitas guiadas las hace Dionisio Pérez, que trabajó en el lugar durante años. Lo que el hombre muestra es todo el proceso de molienda del trigo mediante un espectáculo con una iluminación impactante. “A la gente le gusta que le cuenten lo que pasó acá como si fuese un cuento. Además, les interesa conocer anécdotas que sólo yo conozco”, dijo Dionisio.

Este molino puede llegar a producir en promedio unos 150 kilos de harina por hora. Y los turistas se llevan como souvenir una bolsa con esta harina. El molino también produce triguillo, afrecho y afrechillón, todos excedentes de la molienda del trigo.

La otra atracción está en Huaco. Y si bien acá no se monta un show como en el anterior, lo que atrae al turista es que este molino es el que aparece en los versos de Buenaventura Luna. Y justo el día en que se cumplieron 51 años de la muerte del poeta jachallero, el molino de Huaco volvió a funcionar. Esto sucedió el año pasado. Según la leyenda popular, el molino fue construido cerca de 1790, pero recién aparece registrado en un censo de 1850. Fue reconstruido alrededor de 1870, con un nuevo sistema de rueda y rodezno que permitió avances en la limpieza, molienda y cernido. Funcionó hasta 1968.