Los bancos han sido el motor de la economía global durante mucho tiempo, hasta tal punto que es complicado imaginar el mundo sin ellos. Ahora, este panorama ha cambiado y la “suerte” de las entidades financieras ha cambiado, en parte por su arrogancia, y los directivos de las empresas miran hacia otros “conductores” alternativos de la economía en el futuro a medio plazo.
Dos nuevos informes dados a conocer recientemente abundan en esta idea. Mientras los bancos flaquean, los directivos y los políticos deberían centrar su atención en construir y apoyar un nuevo orden económico fundamentado en la alta tecnología y en las industrias del conocimiento.
Los negocios “verdes” o relacionados con el medio ambiente, las empresas de biotecnología y de la salud o las industrias “creativas” podrían mostrarnos el camino para salir de la recesión, dicen dos reputadas instituciones británicas: la NESTA y la Work Foundation.
Estas apreciaciones pueden parecer intuitivas, ya que, por lo que vemos, ningún sector se libra de los despidos masivos y de la contracción. El informe de la NESTA, sin embargo, argumenta que esta recesión debe ser atacada desde esta perspectiva, si es que queremos volver a la senda de prosperidad y el crecimiento.
En su investigación clama por una estrategia que vaya más allá de una respuesta a los zarandeos de la recesión para buscar activamente vías para seguir adelante. “Debemos emerger como una economía más innovadora, verde, sostenible y diversa”, dice.
Nuevos sectores
La clave es desarrollar nuevos sectores en crecimiento que serían capaces de volver al dinamismo perdido por parte de los servicios financieros, sugiere. “El desarrollo de estos sectores requiere de una mezcla de inversión pública inteligente en asociación con los negocios y los emprendedores”.
El liderazgo del gobierno y la inversión pública será crítico para innovar en muchos campos, desde el científico hasta el cultural. En este contexto, las energías verdes, las industrias creativas, los servicios medio ambientales, la biotecnología, la salud y otros servicios para una sociedad envejecida serán áreas de crecimiento, dice el informe.
En 2013, por ejemplo, la economía verde y de la salud podrían tener un mercado combinado de 93 billones de libras en el Reino Unido. Las industrias creativas podrían aportar otros 85. “Tienen que ser parte de la estrategia económica nacional”.
En este contexto debería haber una actividad emprendedora más descentralizada, así como una búsqueda de nuevos mercados y oportunidades.
“La recesión creará una nueva plataforma de crecimiento si emergen los emprendedores y aprovechan sus oportunidades en nuevas industrias”, enfatiza.
Al mismo tiempo, la Work Foundation ha sugerido en otro informe que las ayudas que los Estados están prestando al sector financiero tienen que extenderse también al sector manufacturero, ya que en él recaerá parte del futuro y de la prosperidad.
Su informe también se refiere al Reino Unido, y en él argumenta que las empresas de alta y media tecnología que hayan desarrollado un catálogo de servicios basado en sus productos tradicionales representan una de las mejores esperanzas para la recuperación.
Basarse en los servicios
La trasnochada idea de separar la fabricación de los servicios no reflejaba la interconectada, interdependiente naturaleza de la fabricación moderna, sugiere el informe.
Empresas como Rolls Royce facturan ya más dinero gracias a sus contratos de servicios que por los motores que vende.
Los fabricantes de coches no sólo financian coches, sino que pueden llegar a financiar una casa, mientras que las empresas farmacéuticas venden servicios médicos además de medicinamientos.
Por todas estas cosas, la Work Foundation sostiene que es necesario apoyar a este tipo de industrias y asegurarse de que tienen la suficiente financiación para evolucionar.
Los mismos criterios usados para apoyar al sector financiero en la recesión deberían aplicarse también a las industrias manufactureras, dice.
“La pregunta que nos debemos hacer es cómo vamos a vivir en el futuro”, dice Ian Brinkley, que es director asociado de la Work Foundation, en un comunicado. “Tenemos que preservar todo lo que podamos la base industrial porque una vez que se pierda será casi imposible que se recupere de nuevo”, añade.
