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Mercosur, más cerca de un acuerdo de asociación con la Unión Europea

La Unión Europea buscará esta semana encarrilar las negociaciones para un acuerdo de asociación del Mercosur, al enviar a la región a su principal negociador, Karl Falkenberg.

El funcionario permanecerá un día en cada uno de los cuatro socios del Mercosur, donde se entrevistará con los máximos responsables de las negociaciones, en busca de esclarecer el escenario de las tratativas birregionales, cuyo alcance está supeditado a lo que ocurra en las conversaciones multilaterales de la Organización Mundial de Comercio, la denominada ronda de Doha.

Falkenberg, llegará a Argentina, procedente de Brasil, y se reunirá en Buenos Aires con la ministra de Economía, Felisa Miceli, al mediodía.

El funcionario de la Comisión Europea tendrá una reunión con los embajadores de países europeos acreditados en el país, y luego se entrevistará con el vicecanciller, Roberto García Moritán.

Tras su encuentro con Micelli, Falkenberg mantendrá dos reuniones claves para las tratativas bilaterales: un almuerzo con el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, y una entrevista con el secretario de Industria, Miguel Peirano.

Además, tendrá contactos con la directora nacional para la Inversión y el Desarrollo, Beatriz Nofal, y con el titular del Grupo Empresarial Unión Europea y presidente de Volkswagen Argentina, Viktor Klima.

Las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea quedaron trabadas hace más de dos años cuando Bruselas decidió supeditar las tratativas a una definición en la Ronda de Doha, donde se discute la principal cuestión de interés para el bloque sudamericano: los subsidios a la agricultura y el acceso a los mercados agrícolas europeos.

Pero, las conversaciones multilaterales para liberalizar el comercio global entraron en un impasse hace más de un año, por la reticencia de las potencias a atender el pedido de las naciones en desarrollo nucleadas en el G-20 de flexibilizar su posición en torno a la agricultura.

Los países ricos defienden su postura bajo el argumento de que tampoco son satisfechos sus reclamos de que los socios del G-20 abran sus mercados industriales.

La negociación birregional es prácticamente un espejo de las tratativas multilaterales, aunque Bruselas y el Mercosur habían comenzado a sortear la cuestión con el establecimiento de cuotas preferenciales para la agricultura, que el bloque sudamericano, aún considera insuficientes.

En los últimos meses, varios funcionarios comunitarios aseguraron que es posible avanzar en las negociaciones birregionales de manera paralela a la discusión en la OMC.

Los negociadores del Mercosur, en cambio, se inclinan por esperar una definición de la Ronda de Doha, y especulan con que un eventual fracaso de estas tratativas o una prolongación de la Ronda, favorecerá la reactivación del futuro acuerdo birregional.

Bruselas tampoco reniega de la idea dado que, fuentes comunitarias habían adelantado días atrás que incluso se pensó en enviar a la región al comisario de Comercio, Peter Mandelson, posibilidad que por el momento quedó descartada.

Al margen de la negociación entre ambas regiones, Falkenberg tanteará a los gobiernos de los países del Mercosur, para cerrar filas sobre Estados Unidos, ya que los dos bloques consideran que es el que menos cedió hasta el momento en la Ronda de Doha.