Aunque los hombres de negocios guarden silencio y nadie cuestione el índice oficial en forma explícita, en las empresas descreen de la medición del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y estiman, en su mayoría, que la inflación ronda el 13,6% anual o que incluso es mayor.
Esos datos se desprenden de un informe de Sel Consultores, que dirige Ernesto Kritz. Según una encuesta realizada por la consultora, el 43,4% de quienes fueron sondeados estima un aumento de entre un 12 y un 14% en el costo de vida, otro 22,2% ubica ese incremento en la franja del 10 al 12%, y para otro 22,2% la inflación será aún mayor: entre un 14 y un 16% anual.
De la muestra participaron 100 compañías líderes, que también manifestaron su postura respecto del índice de precios al consumidor (IPC) que mes tras mes publica el Indec y que fue virtualmente intervenido por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, el 30 de enero pasado. Para la abrumadora mayoría, la medición no es creíble.
“En una escala de 1 a 5, donde 1 es «nada creíble» y 5 es «muy creíble» ¿qué puntaje le da al índice de precios al consumidor del Indec?”, preguntó la consultora.
El 31,6% de los encuestados eligió la opción 1 (nada creíble). Otro 29,6% prefirió la opción 2, y un 32,7%, la 3. Sólo un 6,1% de los sondeados optó por la 4 y nadie por la 5 (muy creíble). El promedio de credibilidad de este índice, estimó la consultora, es 2,1.
Salarios vs. precios
“Más que en el pasado inmediato, el Gobierno enfrenta ahora el dilema político y no sólo económico de encontrar algún punto de equilibrio entre el crecimiento del consumo y el control de la inflación”, señala el estudio. “Parecería haber resignado un poco el primer objetivo (que fue claramente la prioridad hasta comienzos del año) para mejorar las chances de lograr el segundo”, sigue, en referencia al “techo” que fijó el presidente Néstor Kirchner en cuanto a las subas salariales al acordar con seis gremios de peso incrementos del 16,5 por ciento.
La consultora estima que este aumento es consecuencia de una revisión de los objetivos del Gobierno, ya que está “varios puntos por debajo de las demandas sindicales y [es] inferior al del año pasado”, cuando llegó al 19 por ciento.
Claro que, entonces, el incremento promedio en el sector privado formal fue del 22%. Por eso, la consultora cree que “que se respete o no la pauta de 16,5% depende más de la capacidad de negociación política del Gobierno vis à vis que la de los sindicatos en ese mismo plano”.
Básicamente, estos aumentos impactan sobre los costos, por lo que -analiza el equipo de Kritz- al controlar las mejoras salariales la administración Kirchner incidiría directamente en la tan temida inflación real.
La misma encuesta sobre el IPC y el costo de vida anual estima que las empresas podrían absorber un incremento salarial de hasta un 11 por ciento sin traslado a los precios al consumidor.
Fuera de esta puja queda el sector informal de la economía, cuyos ingresos no se actualizaron al ritmo que lo hicieron los de los trabajadores en blanco. La diferencia entre unos y otros, que era de 2,4 veces en 2003, hoy es de 4 veces, según el estudio.
