La mayoría de las marcas de indumentaria adelantaron sus liquidaciones para potenciar sus ventas este verano, con descuentos van del 10% al 50 por ciento. Algunas firmas, incluso, comenzaron con las rebajas sólo dos días después de Navidad.
Eso no significa que la última temporada haya sido mala en términos económicos: el sector creció poco más del 10% el año pasado, según informó el diario El Cronista. Esa cifra no alcanzó para superar el crecimiento de los años posteriores a la crisis. Desde 2003, el sector crecía a un ritmo promedio de 30% anual, diferencia que se achicó a 20% en 2006.
El crecimiento fue impulsado por el consumo local y por el auge del turismo. Se estima que las ventas de ropa a nivel minorista suman u$s 12.000 millones anuales, de los cuales u$s 500 millones son aportados por extranjeros que aprovechan el peso devaluado para llevarse prendas de diseño y calidad a un menor costo.
Marcas como Uma, Portsaid, Rapsodia y Desiderata informaron que las ventas crecieron 10% en unidades este verano, contra igual temporada del año previo, cifra que trepa a 25% en facturación y al 35% en el caso de Giesso, por efecto inflación.
De acuerdo a la misma publicación, hay diferencias según las marcas. Por ejemplo, mientras Portsaid mantiene los precios de alta temporada que tiene mucha demanda (como shorts o musculosas), la tienda Rapsodia aplica rebajas a estos productos para potenciar más su venta.
Previsiones
La mayor preocupación del sector pasa por la inflación. La mayoría de los insumos se encarecieron y la nueva temporada de invierno llegará en febrero al menos con un 15% a 20% de incremento, coincidieron en Portsaid, Uma, Rapsodia, Giesso, Desiderata y Calandra.
“Estamos luchando con proveedores de materias primas y confecciones para que el alza no supere el 20%. Las fibras sintéticas subieron mucho por el precio del petróleo, la lana y el algodón también. A la presión de la espiral salarial se suma el alto precio de los commodities a nivel internacional”, explicó a El Cronista Mariano Rodríguez Giesso, presidente de Giesso.
“El alza es muy irregular. El costo de los hilados subió mucho, lo cual encarecerá bastante a los sweaters, mientras que otras telas se mantuvieron relativamente igual”, agregó Álvaro Pérez Esquivel, gerente de Marketing de Portsaid. “También influye la revaluación del real brasileño y los mayores precios de la India, de donde provienen muchas telas”, contó Clara Forno, jefa Comercial de Rapsodia.
“El valor del cuero se disparó. Vamos a tratar de absorber parte de la inflación. Hoy todos miran el precio, tanto los de alto como los de bajo poder adquisitivo”, aclaró Ivana Erlichman, responsable de Imagen de Uma.