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Pierini Partners diseña Bubbaloo Bola de Cristal

El estudio de Adrián Pierini se ha transformado una vez más en autor de uno de los packagings más exitosos del segmento. Bubbaloo Bola de Cristal no es una goma de mascar más, es una innovadora golosina que aporta un factor lúdico e interactivo novedoso para la marca. Al probar este producto el joven consumidor podrá disfrutar como siempre del clásico “juguito” pero además, podrá someter al azar sus más variados interrogantes a través del color que aparezca en su lengua. Si o No esa es la cuestión y la genial ideal que el equipo regional de marketing de Cadbury aplicó para darle a Bubbaloo un giro absolutamente original.

Un proceso de diseño reinventado, una solución de alto impacto
Adrián Pierini trabajaba para la marca desde hace más de 5 años, sin embargo fue recién en el 2007 que la empresa le concedió a su estudio, Pierini Partners, el privilegio de ser quién estableciera la estética de sus packagings en toda la región (Ecuador, Brasil, Uruguay, Argentina, Perú, Colombia, Venezuela)
La consigna desde un comienzo fue clara: Se debían abandonar las gráficas simplemente ilustrativas. Era imperante obtener en los nuevos lanzamientos soluciones de alta creatividad, mejorar el impacto en góndola y transmitirle al target específico un mensaje claro sobre el producto y su diferencial.
Bubbaloo Bola de Cristal, fue la síntesis de esos objetivos y eso fue percibido inmediatamente por los consumidores, que practicamente agotaron el producto a los pocos días de haberse lanzado al mercado.

Pocos elementos y un mensaje complejo
El principal problema proyectual radicó en la naturaleza misma de la propuesta.¿ Dónde se debería poner el acento? ¿En lo divertido? ¿En la adivinación? ¿En el sabor? ¿Habría que ser directo o apelar a una metáfora visual para aumentar la intriga? ¿Qué paleta cromática tendría que utilizarse, ya que tanto el naranja como el verde eran protagonistas por igual? ¿Cuál sería el ícono que represente el producto? y por lo tanto…¿cuál sería la imagen que primero vendría a la mente de los consumidores a la hora de mencionar las palabras Bola de Cristal?
No eran pocas las dudas que el proyecto originaba, lo único claro era el objetivo final: innovación y para eso había que romper las reglas existentes.

De una composición regular a una estructura diferenciadora
Las estructuras compositivas de los packagings originales de Bubbaloo eran simples, tal vez demasiado y eso opacaba su exhibición frente a una competencia cada vez más descontracturada e ingeniosa, por lo tanto la efectividad del mensaje se veía disminuida.
El gato Bubba, acompañaba el layout general pero no se desatacaba del resto de los elementos. La tipografía de corte lúdico aportaba imagen y diversión pero su roll secundario le impedía ocupar el lugar que deberían tener otros elementos más protagónicos. A partir de ese análisis preliminar se decidió, en primer lugar, focalizar el mensaje en el aspecto místico de la propuesta y para ello se optó por hacer un zoom sobre quién, a partir de ahora, se convertiría en el amo y señor de los nuevos layouts: el gato Bubba. Este maravilloso y carismático personaje fue llevado al extremo del protagonismo exhibiendo sus lentes en un primerísimo plano con el objetivo de representar a través de ellos una postura analítica, de observación casi psicológica capaz de interpretar (a través de su mirada) los deseos de quienes se sometan a su presencia .
Con respecto a la paleta cromática, se definieron colores oscuros como el negro y el azul que brindaron el marco ideal para rodear de misterio al conjunto y paralelamente, resaltar las lenguas verdes y naranjas que, en definitiva, eran el centro de la metodología del juego.

Conclusión:
Bubbaloo ha decidido revolucionar una vez más el mercado de las gomas de mascar generando conceptos diferentes, sumamente creativos. La propuesta gráfica de Pierini Partners requirió estar a la altura del desafío y para ello marketing y diseño debieron unirse para lograr coherencia estratégica. El resultado fue efectivo, lo que demostró, una vez más, la importancia de integrar en los diversos desarrollos las áreas intervinientes y de ese modo lograr un accionar complementado en pos de objetivos comunes.