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Por la crisis, los argentinos se atrincheran en su empleo y crean su propio “corralito”

Los argentinos se volvieron más precavidos y conservadores. Por la incertidumbre económica local y la hecatombe financiera mundial compran dólares para cuidar sus ahorros, bajan sus niveles de consumo, evitan endeudarse a largo plazo y, en vez de pensar en un cambio laboral, se atornillan a sus sillas y se preocupan por cuidar su puesto de trabajo.

El futuro económico inmediato es, al menos, incierto. Con esta convicción, no es casual que en las últimas semanas se haya incrementado la demanda de dólares por parte de los ahorristas y que, a partir de conocerse la intención oficial del adelantamiento de las elecciones legislativas para el 28 de junio, las casas de cambio de la city porteña se inundaran de particulares en busca de un refugio “seguro” para aquello que guardan debajo del colchón.

Y lo que por estos días sucede en el mercado de trabajo va en línea con esta actitud más “cuidadosa” que muestran los argentinos. Es verdad que muchas empresas frenaron sus proyectos de expansión e interrumpieron sus contrataciones de personal. Pero también es cierto que en la vereda de enfrente apretaron pausa y los profesionales y ejecutivos prefieren quedarse quietos y no dar saltos al vacío.

De hecho, todos especialistas y consultoras de Recursos Humanos relevadas por iProfesional.com coinciden en que en este primer trimestre del 2009 se evidenció un cambio en la actitud de los candidatos a la hora de participar en un proceso de búsqueda.

Así, si bien el mercado perdió dinamismo del lado de la demanda de empleo, también lo hizo del lado de la oferta. “Se nota la baja de la movilidad laboral. Hace seis meses que empezó la tendencia y en los últimos dos se marcó muchísimo. Hay mucha más inseguridad y la gran mayoría de la gente opta por no cambiar de trabajo”, vaticinó Cristina Mejías, titular de CM Sociología.

Según el director ejecutivo de la consultora especializada en búsquedas de alta gerencia Russell Reynolds Associates, Edgar Medinaceli, la situación tiene dos puntas.

“Hay gente que dada las circunstancias prefiere no cambiar de trabajo, opta por el famoso `malo conocido antes que bueno por conocer`. Prefiere la estabilidad y no tomar riesgos”, señala Medinaceli.

Pero a esta tendencia añade otra que se da en paralelo. “Existe a su vez un grupo de ejecutivos que como no sabe cómo le va a ir a su empresa busca tratar de cambiarse antes de que le llegue una mala noticia. Es como que el mercado se está polarizando, dependiendo en que barco está cada uno”, enfatiza el director local de la firma multinacional de headhunting.

Agarrados a la silla
Desde la consultora HuCap, Eduardo Muscolino sostuvo que existe una tendencia muy conservadora por parte de los postulantes: “Los candidatos que están buscando un cambio son los que mayor rotación tienen dentro de su CV. Pero hoy mucha gente se agarra a su silla y aquellos que están buscando una mejora en porcentaje son los menos”.

La baja en la movilidad y la pérdida de dinamismo del mercado se plasma en datos relevados por HuCap. Mientras que en febrero de 2008 la consultora recibió 1283 postulaciones espontáneas, en el mismo mes de este año hubo sólo 175.

Al respecto, Miguel Terlizzi, director general de la firma de Recursos Humanos, añade que “la gente se está dedicando a cuidar su trabajo y por miedo no sale al mercado.”

En tanto, Susana Larese, directora de la consultora Stanton Chase y presidenta de Portal RH, nota una conducta repetida en los candidatos al momento de encarar una búsqueda. “Cuando la posición no es muy diferente ni tan atractiva aún a las personas que querían cambiar las notamos con una actitud más conservadora”, dice.

En este sentido, Larese cuenta que ante una propuesta “los ejecutivos analizan muy bien si es el momento, ya que en la compañía en la que están conocen los proyectos y sus alcances, la interna cultural y política, lo que les da una cantidad de información que frente a un nuevo empleador desconocerían.”

Así, entre la inseguridad del contexto y la inseguridad de una nueva posición prefieren mantenerse con menos “variables descontroladas”. Y como no pueden controlar los factores externos, optan por tener los internos bajo control.

En Michael Page Argentina no son ajenos a la tendencia. Daniel Iriarte, consultor senior de la división Ventas & Marketing, destaca que desde el comienzo de la crisis mundial observaron un cambio en la actitud de los candidatos a la hora de participar en un proceso de búsqueda.

“Nos encontramos ante postulantes que se han vuelto bastante más conservadores, el miedo a la inestabilidad laboral provoca que un profesional quiera correr menos riesgos y evalúe con mayor detenimiento la posibilidad de cambiar de trabajo”, manifiesta Iriarte.

Y, a modo de ejemplo, cuenta que no es extraño observar en algunas posiciones seniors el uso de una cláusula de “golden parachute” que le de al profesional mayor tranquilidad a la hora de hacer el cambio.

Qué pasa con los salarios
“Los ejecutivos que llamás y están trabajando, suelen pedir un sueldo mayor al que tienen, un 30% por lo menos. Directamente se fijan en eso más que en el puesto o la calidad de empresa. Lisa y llanamente te dicen lo que quieren ganar”, asegura Cassano.

Para Gabriel Schwartz, director de Psicología Laboral Consultores, esta situación de freno en el mercado laboral se combinó con un retraso importante en los sueldos.

“Antes de que estalle la crisis la gente se quedó con una necesidad de recibir un aumento, por lo que les interesa cambiar de empresa, pero al mismo tiempo está el hecho de que las compañías son menos confiables”, destaca.

De acuerdo con Medinaceli, “para este año los ajustes que prevén las empresas en los mejores casos rondarán entre un 10 y un 12% a niveles top de la pirámide. El promedio de subas estará entre 8 y 10%, pero en algunos casos va a ser cero, hay muchas empresas que están freezando por este año los aumentos a nivel global.”

Según datos facilitados a este medio por la consultora HuCap, en base a un relevamiento entre compañías de retail, entretenimientos, consumo masivo, transporte, servicios, seguros, industria liviana y textil, entre otras, los salarios del personal fuera de convenio para empresas de primera línea son:

La indemnización, un respaldo
“La gente toma muy en cuenta que en caso de ser despedida dispone de una determinada antigüedad y que ésta representa una indemnización. Los empleados sienten de alguna manera tienen cubiertas las espaldas, algo que no sucederá si se cambian de empresa y por algún motivo terminan quedando en la calle en un año laboral en el que será muy difícil reinsertarse”, remarca Larese.

En esta misma línea, Schwartz señala que “en este momento influye mucho la antigüedad y que los ejecutivos cuidan mucho el capital de años trabajados que tienen. Una persona con tres o cuatro años en una empresa hoy no se cambia tan fácil y sólo lo piensa si la oferta es muy tentadora.”

Y Gloria Cassano, directora de la consultora homónima, concuerda: “Los gerentes de buen perfil no se postulan porque saben que si lo van a desvincular tendrán que darles una indemnización y cuidan mucho este aspecto.”

No es cuestión de edad
Larese comenta que aunque en Staton Chase las actitudes de mayor reserva las empezaron a vislumbrar en noviembre en estos dos últimos meses notaron un importante incremento.

“Cuando hacés una entrevista, los candidatos averiguan mucho más de qué se trata, quién está por detrás, que alcances tiene el proyecto, qué les implicaría el cambio desde el punto de vista del crecimiento profesional”, explica Larese.

Y agrega que si bien la gente de más de 45 años tiene más para perder, no es una cuestión de edades sino que las reservas se observan tanto entre los ejecutivos jóvenes como entre aquellas personas que ocupan posiciones más operativas.

“Hasta quienes nos vinieron a buscar en algún momento de forma espontánea, cuando los llamamos nos dicen que prefieren esperar”, ilustra la presidenta de Portal RH.

Si no se cambia, no se avanza
En tanto, Mejías menciona que a nivel gerencial en el mercado se está dando un fenómeno “muy dañino”: como los ejecutivos especulan con quedarse en un trabajo para asegurarse una indemnización en caso de ser despedidos, de alguna manera pierden la posibilidad de un crecimiento profesional y de avanzar en la carrera.

En una situación macroeconómica estable, el candidato evalúa el puesto y la empresa en la que tiene posibilidades de ingresar.

Pero, dadas las circunstancias, Medinaceli opina que “este mercado no es nada simple para los candidatos. Para ellos es muy difícil tomar una decisión, porque a su decisión profesional sobre cuánto le interesa el desafío, la proyección de carrera y las perspectivas, se le suma un riesgo externo que es muy difícil de evaluar.”

“En sus decisiones de carrera mucha gente está enfrentando alternativas y situaciones que nunca en los últimos años tuvo que enfrentar, ni siquiera en el 2001 y 2002 ya que si bien la crisis interna era muy fuerte, como el contexto mundial era estable, en algunos casos existía la posibilidad de ser transferido a alguna empresa del exterior”, explica el director de Russell Reynolds.

Desocupados modelo 2009
Según Cassano, se nota que hay ejecutivos que han quedado desocupados. La consultora cuenta que “en los CV figura “hasta diciembre de 2008” o “hasta enero o febrero 2009”, lo que hace vislumbrar que las empresas están desvinculando gente.

A su vez, la especialista en RRHH asegura que apareció un grupo importante de profesionales de primer nivel mayores de 50 que han quedado desocupados, los que sí están dispuestos a percibir menos de lo que ganaban. Pero les va a costar porque las buenas empresas no quieren tomar gente sobrecalificada para un puesto porque saben que, a mediano plazo, pueden tener conflicto.

En tanto, Medinaceli recuerda que con la eliminación de las AFJP tarde o temprano va a existir una masa importante de directivos disponibles.

“Hay una pérdida real de empleo que si bien no es muy grande es mucho mayor a la de otros años y hay una pérdida potencial alta. Es gente que no puede ir al Estado porque no existe posición para ellos, como puede ser el caso de un director de Ventas, o no van a aceptar pasar para realizar una tarea operativa tras años de haber ocupado una alta posición en una empresa privada”, afirma.

Pero la demanda sigue en baja…
Cassano confirma que las búsquedas se redujeron bastante y, sobretodo, se suspenden o cancelan. En el caso de la consultora que dirige, la baja de la demanda de personal de diciembre a marzo ronda el 30 por ciento.

En esta línea, Larese resalta que el mercado laboral en el arranque de 2008 estuvo muy movido, hubo muchas búsquedas ejecutivas importantes de alto nivel, algo que no ve en este comienzo de 2009 y que no vislumbra que se vaya a dar en los próximos meses.

El director de Russell Reynolds también observa muy poco movimiento. “A nivel de altos mandos siempre hay, porque a la gente que la trasladan se hace necesario cubrir vacantes. Pero a nivel de ejecutivos medios y bajos están totalmente congelados porque las empresas puede subsistir sin un analista financiero pero no sin un director de área porque es una posición clave”, sostiene.

A su vez, todos los especialistas coinciden en que las búsquedas asociadas a nuevos proyectos e inversiones están totalmente paradas porque la mayoría de las grandes multinacionales opta por dejar de invertir ante la incertidumbre mundial.

Pero no todas son malas noticias. Desde HuCap enfatizan que el momento actual también es de mayores oportunidades para quienes quieren realizar un cambio porque, claro, tienen menos competencia.