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Por primera vez en 75 meses, caen las exportaciones y meten más presión alcista al dólar

Si hubiese que buscarle un paralelismo a la economía argentina, bien podría ser el de un típico hogar de clase media, que pudo disfrutar en los últimos años de una más que importante etapa de prosperidad.

Así, el jefe del hogar, que trabajaba fuera de casa y todos los días lleva un interesante ingreso, representaría a las exportaciones. Mientras que otro de los miembros, con un trabajo desde el hogar bien remunerado, sería la maquinaria del mercado interno.

Con ambas variables en marcha, la familia finalmente pudo llegar al cero kilómetro, veranear como en los viejos tiempos y hasta darse otros gustos menores.

Sin embargo, con la crisis internacional y la consecuente caída de la actividad general, el círculo de crecimiento virtuoso comenzó a agrietarse.

En este hogar imaginario, el miembro de la familia que traía un ingreso sólido desde el exterior, hoy padece la merma del trabajo. Así, la comodidad financiera de la que gozaban se transformó en bolsillos flacos y en serios problemas de cara a 2009.

Algo similar es lo que sucede con la economía argentina y su fuerte exposición al ingreso por exportaciones: el grifo que garantizaba un fuerte flujo de divisas comenzó a cerrarse de la mano de la caída de las commodities y la menor demanda internacional.

Y esta menor entrada de dólares, según los especialistas, generará un punto de inflexión inexorable en la política monetaria.

“Un escenario de caída de exportaciones y con necesidad de divisas el año que viene para atender los vencimientos de deuda pública, nos va a llevar a pérdida de reservas. Por eso, el Gobierno o deja libre al dólar en 2009, o se va a enfrentar al riego de una corrida”, alertó el titular de Río Bravo Inversiones, Pablo Rojo, en diálogo con iProfesional.com.

“No quedan dudas de que una caída de las exportaciones y el eventual achicamiento del saldo comercial va a impactar de lleno en el tipo de cambio”, sostuvo por su parte Osvaldo Cado, economista de la consultora Prefinex.

En síntesis, para los especialistas cada vez se hace menos viable para el Gobierno un dólar en la cotización actual.

Noviembre, mes negro para el comercio exterior
Ahora, ¿de qué magnitud es la caída de las exportaciones? Según datos anticipados a los que accedió iProfesional.com, noviembre marcaría el triste récord de ser el primero en 75 meses en que la Argentina registra una caída interanual de sus exportaciones.

En efecto, la última vez que los envíos habían sufrido una caída interanual fue en agosto de 2002, cuando los u$s2.188 en exportaciones fueron un 13% menor al mismo mes de 2001.

A más de seis años de esa cifra, la Argentina inaugura un período gris para las cuentas fiscales: según datos preliminares que el INDEC recién hará oficiales el 26 de diciembre, la Argentina habría cerrado noviembre con envíos cercanos a los u$s4.900 M, lo que implica, unos u$s500 M por debajo de noviembre de 2007, es decir, una caída del 9%.

En la consultora Abeceb.com confían en estos datos, ya que para ese mismo período prevén una caída del 4%.

“El escenario de precios y cantidades cambió drásticamente para la Argentina”, disparó Mauricio Claverí, economista de la consultora.

Desde Deloitte, el director del departamento de Comercio Exterior, Diego Pérez Santisteban, trazó una radiografía del subibaja al que se vio sometido el comercio exterior: “Las exportaciones empezaron el año espectacularmente y tras la crisis del campo, tuvieron un crecimiento impresionante, del 50% promedio entre julio y septiembre. Sin embargo, ya en octubre comenzó a sentirse la crisis, con un alza de apenas 13%. Con estos datos de noviembre estaríamos viendo que se profundiza la desaceleración para directamente pasar a un escenario de caídas”.

Santisteban fue más allá y aseguró que noviembre es el prólogo de un 2009 duro: “Esto es apenas lo que prácticamente todos los analistas del país estamos esperando para todos los meses del año próximo”.

El valor simbólico que tienen estas cifras es crucial y anticipa el dañino efecto que puede tener sobre la economía el fin de la burbuja de las materias primas.

Las causas del fin del “viento de cola”
En efecto, este desplome obedece a tres factores principales: una baja en el precio de las commodities, la fuerte desaceleración de las ventas de vehículos en el exterior y el efecto que tiene en la Argentina un menor poder de “absorción” de la “aspiradora” en la que se había transformado el mercado interno brasileño.

En lo que respecta al primer punto, el Índice de Precios de las Materias Primas (IPMP) del Banco Central (BCRA), mostró en noviembre la segunda caída interanual consecutiva, del orden del 24,5%, según la entidad monetaria, “determinada por el abaratamiento de todos los productos”. Las mayores bajas se observaron en los precios del cobre (47%) y del petróleo crudo (41%), a lo que se sumaron las mermas en el trigo (29,5%), aceite de soja (28,5%) y los porotos de soja (22,5%).

Según Cado, a esto se agrega que “los productores están especulando con una suba de precios. Lo que hicieron después de la crisis del campo fue vender lo que superaba su capacidad de almacenamiento y esto redujo las cantidades”.

En relación con los serios problemas que atraviesa la industria automotriz cabe recordar que en noviembre se exportaron 27.905 unidades, una caída cercana al 29% mensual y al 25% interanual.

Según destacaron este domingo especialistas de Ecolatina, “las perspectivas del sector para 2009 no son alentadoras. El plan oficial puede generar un pequeño estímulo, pero el freno de la demanda externa resentirá el desempeño del sector”.

El tipo de cambio, ¿a punto de despegar?
En este contexto, todos los especialistas coincidieron en que se hace insostenible un tipo de cambio por debajo de los $3,50 por la fuerte presión que ejerce la menor entrada de divisas y, como contrapartida, la demanda que pesa sobre el billete verde.

Sin embargo, antes de analizar la polémica sobre cuál es el tipo de cambio de equilibrio, hay que analizar qué pasa con el superávit comercial en 2009, una de las patas en las que se sostiene la política monetaria.

En pocas palabras, prácticamente todos los analistas prevén una fuerte caída desde los u$s12.000 M que alcanzará este año:

* Desde Abeceb.com estiman un saldo de la balanza comercial para el año próximo de u$s4.500 M como escenario base y no descartan un déficit.

* Finsoport maneja dos escenarios: uno positivo, u$s7.000 M y uno negativo de u$s3.000 M.

* Por su parte, Prefinex estima un saldo de u$s4.500 M.

* Desde Río Bravo Inversiones prevén un valor de alrededor de u$s4.000 M.

* Entre los más optimistas está el área de Comercio Exterior de la consultora Deloitte, que estima un saldo de la balanza de u$s8.000 M.

De modo ilustrativo, Jorge Todesca, director de Finsport, planteó el difícil panorama que enfrenta la actual administración: “El BCRA deja el año con reservas por u$s46.000 M y habrá que pagar deuda e intereses por u$s11.000 M. Con que el superávit se ubique en u$s3.000 M, esto implicará una baja automática de las reservas hasta los u$s38.000 M”.

“Esto ya de por sí es un escenario de demanda de dólares. Ahora, con una salida de capitales, la presión sobre el tipo de cambio va a ser muy fuerte”, agregó.

Al respecto, desde Prefinex estiman que, si bien la fuga de capitales no va a repetir los u$s22.000 M de este año, igualmente va a alcanzar una cifra nada despreciable de u$s10.000 M en 2009.

En esta línea, Rojo alertó que “si las cosas siguen como están, va a haber una caída de reservas del BCRA muy inadecuada. Creo que deberíamos tener un tipo de cambio sensiblemente más alto que el actual”.

¿Cuál es el tipo de cambio de equilibrio?
Hasta ahora, la menor entrada de divisas y la fuga de capitales no impactaron en el tipo de cambio nominal debido a los controles informales que realiza el Gobierno sobre diferentes operaciones bancarias.

Sin embargo, desde Prefinex alertaron que mientras se siga sosteniendo el valor del peso, el ajuste lo sufrirá la economía real. En este sentido, “estimamos que a mediados del primer semestre se sentirán con fuerza las consecuencias de la crisis global sobre la economía real, y ello daría espacio para ajustar de manera más contundente el tipo de cambio nominal”.

* Para esta consultora, el nivel que llevaría equilibrio a las cuentas públicas sería de $3,85 por dólar.

* En la misma línea, Todesca estimó que “el Gobierno va a tener que soltarle la mano un poco al dólar” y que “los valores promedio el año que viene pueden estar entre $3,80 y $4,00” por cada unidad del billete verde.

* Desde el IAE – Escuela de Negocios, explicaron que la Argentina padecerá las consecuencias de la crisis financiera mundial y pronosticaron un tipo de cambio con “fuerte volatilidad que puede estar entre $3,80 y $4,30” por dólar a fines de 2009. “La tendencia de las monedas es a devaluarse como respuesta a la crisis”, agregaron.

* Por su parte, desde Río Bravo Inversiones sostuvieron que “el dólar tendría que estar por encima del piso de los $4,00” para lograr su equilibrio.

Sobre este punto, Pablo Rojo explicó que “ese es el punto ideal en el que recuperaríamos la posición competitiva de la Argentina dentro del Mercosur”.

“Si el Gobierno se aferra a esta política cambiaria, tal como la tenemos hoy, vamos a terminar con una corrida cambiaria. Para evitar esto, debe llevar rápidamente al dólar a un punto que refleje una posición competitiva con Brasil”, alertó Rojo.

El fin del círculo virtuoso de crecimiento
Por otra parte, los especialistas también alertan por otros efectos negativos que genera, a nivel de la economía real, que se cierre el grifo que garantizaba una entrada constante de divisas.

“Al país hay que verlo como una empresa: si entra menos dinero se invierte menos y se consume menos. Por lo tanto, en esta espiral se espera una caída de las importaciones, el consumo y el crecimiento general”, explicó Cado.

De este modo, “dado que estábamos vendiendo bienes al mundo cada vez más caros y esto generaba un efecto riqueza, se disparó el consumo y la inversión. Esto se revirtió y como el Gobierno esa plata que tuvo de más la gastó, no podemos compensar esta desaceleración”.

En este contexto, alertaron desde el IERAL que “la Argentina se encuentra en el momento de mayor apertura comercial de los últimos años. Evidentemente los shocks externos tienen fuertes impactos en la economía local y una caída del comercio mundial para el año próximo es una mala noticia tanto para el sector externo argentino como para el sector fiscal”.

Al respecto, especialistas de Economía & Regiones, sostuvieron que los altos precios internacionales de commodities, generaron un gran volumen de entrada neta de dólares por cuenta corriente. La obligación de liquidar exportaciones en el BCRA, da lugar a que la autoridad monetaria intervenga en el mercado cambiario, emitiendo dinero para comprar el exceso de oferta de dólares, e incentivando de esta manera el consumo, la demanda agregada y el nivel de actividad.

”Así, durante los últimos años se verificó un círculo virtuoso entre precios internacionales, entrada neta de dólares, inyección de liquidez, expansión del consumo y nivel de actividad”, explicaron.

Sin embargo, con el desplome de los mercados financieros devenido en crisis internacional, habrá un impacto local a través del canal real: “una menor entrada neta de dólares impactará negativamente en el consumo y en el dinamismo de la tasa de crecimiento de la economía”, sintetizaron desde la consultora.

En este contexto, tanto desde Finsport, como desde el IAE, estimaron que la Argentina va a exhibir una tasa de crecimiento del 0%.

Frente a este complejo escenario, genera una fuerte expectativa el impacto que tendrán las medidas oficiales para incentivar el consumo y la actividad productiva. Sin embargo, un manto de dudas descansa sobre los anuncios de la Presidenta.

“En un contexto donde el Gobierno tiene una brecha de financiamiento, se complica que haya un Estado que subsidie cuando no se sabe cómo va a hacer para enfrentar ese gasto. ¿Cómo se va a compensar la caída de la demanda con más crédito si todavía no saben cómo se van a financiar ellos mismos?”, sostuvo Cado.

“Cualquier cosa que haga en esta dirección es buena, ahora, hay dudas sobre cómo va a funcionar”, explicó el economista.