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Prevención de la muerte súbita: un 20% de la población sana desconoce que puede morir por esta causa

En nuestro país, un 10% de los habitantes muere a causa de la llamada muerte súbita, y un gran porcentaje de la población no sabe que puede morir súbitamente por causas que detectadas a tiempo, podrían haberlo evitado.

La muerte súbita puede afectar a personas de cualquier edad, sexo, estado físico y no necesariamente está asociada a enfermedades cardíacas previas, aunque en la mayoría de los casos corresponde a un corazón enfermo.

La muerte súbita es la muerte resultante de una pérdida abrupta de la función cardíaca sin aviso previo, donde el corazón ya no es capaz de bombear sangre al cerebro y al resto del organismo, produciendo en la mayoría de los casos el fallecimiento casi inmediato de la persona.
El tiempo y la forma de la muerte son inesperados y se produce en menos de una hora luego del inicio de los síntomas, los cuales son inespecíficos (mareos, falta de aire, dolor precordial, palpitaciones)

La mayoría de los paros cardíacos que llevan a la muerte súbita ocurren cuando los impulsos eléctricos generados en un corazón enfermo provocan alteraciones del ritmo (arritmia) muy importantes como la taquicardia o fibrilación ventricular, capaces de provocar que el corazón deje de latir repentinamente.

Estas situaciones se producen cuando existen factores de riesgo tales como antecedentes de infarto previo, insuficiencia cardíaca, miocardiopatía chagásica , diabetes, colesterol alto, hipertensión, obesidad, tabaquismo, muerte súbita en la familia.

Cuando la muerte súbita se produce en adultos jóvenes aparentemente sanos, otras anomalías cardíacas son las causas más probables. La adrenalina que se libera durante la actividad física o deportiva intensa, con frecuencia actúa como un disparador.

En atletas jóvenes, por ejemplo, las principales causas son enfermedades cardiovasculares congénitas, no manifestadas clínicamente (miocardiopatía hipertrófica, miocardiopatía arritmogénica, anomalías genéticas de las arterias coronarias, hipertrofia ventricular) o factores externos que desencadenan problemas cardíacos como los traumatismos de tórax.

Es importante conocer los factores de riesgo y las condiciones preexistentes que si se tratan a tiempo pueden ayudar a prevenir y reducir considerablemente el riesgo de padecer muerte súbita.

Según el Dr. Fernando Scazzuzo, Jefe de Electrofisiología Intervencionista del ICBA, “Existen en la actualidad diversas evaluaciones y estudios orientativos que permiten saber con anticipación si una persona presenta factores de riesgo y estratificarlo por niveles. Esta estratificación es útil para identificar pacientes con elevado riesgo de sufrir estos eventos, y nos permite tomar decisiones sobre los tratamientos específicos a seguir para cada uno de ellos.”

El tratamiento de los factores de riesgo es la base para la prevención de la muerte súbita, y varían desde el control de los factores que puedan favorecer el desarrollo de enfermedades cardiovasculares (tabaco, sedentarismo, obesidad; etc), como el de las enfermedades cardiovasculares ya instaladas.

Asimismo, el tratamiento de la población de riesgo puede requerir desde el suministro de medicamentos antiarrítmicos, hasta el implante de dispositivos que revierten la arritmia como los desfibriladores implantables o incluso, intervenciones quirúrgicas como las ablaciones con catéter por radiofrecuencia, capaces de eliminar pequeñas zonas del músculo cardíaco que originan las arritmias.