Inicio Empresas y Negocios ¿Qué pueden esperar de ahora en más los ahorristas, transcurrido el “28-J”?

¿Qué pueden esperar de ahora en más los ahorristas, transcurrido el “28-J”?

Concluido el proceso que desembocó en el acto eleccionario del domingo 28 de junio, se abre en la práctica un segundo semestre que, inicialmente planteaba todo tipo de interrogantes sobre la posible evolución de algunas variables clave, como dólar, tasas de interés, depósitos, acciones, bonos, etc.

En tal sentido, el “sentimiento del mercado” ha ido evolucionando favorablemente pues, hasta no hace mucho, los valores en danza insinuaban un cuadro de situación francamente desfavorable.

En la medida que transcurrió el tiempo, la visión de los expertos sobre los meses por venir ha ido mejorando y ya no se anticipan situaciones críticas que provoquen ruidos excesivos en los mercados. Pero en todo caso, siguen siendo estimaciones.

Juan Pablo Tavelli, Jefe de Análisis Financiero de Tavelli & Cía, consideró que “sin dudas será un segundo semestre distinto a cualquier otro, tanto en el plano local como internacional, pues se deberán ir definiendo cuestiones de vital importancia”.

“Respecto al contexto global, habrá que estar atentos a la recuperación que se espera continúe en los próximos meses, ya que de esto depende mucho el mercado local”, agregó.

Todos los ojos puestos en el dólar
La inquietud de los ahorristas pasa, fundamentalmente, por lo que puede ocurrir en términos de dólares y tasas de interés. Sin ir más lejos, en la última semana el volumen de divisas demandado por el “comprador hormiga” creció un 30%, respondiendo a una conducta que ya es considerada como una pauta cultural frente a la incertidumbre.

En este comportamiento se reflejó gran parte de los temores que se fueron acumulando desde el mismo momento en que se decidió adelantar el cronograma electoral, cuando la crisis financiera global sólo prometía un escenario devastador para muchos países, incluyendo a la Argentina, que implicaba cierta zozobra en cuanto al futuro de la moneda estadounidense.

Hoy por hoy, la visión apocalíptica ha prácticamente desaparecido, por lo que la mayoría de los analistas consideran que no habrá sorpresas en los días subsiguientes.

En ese contexto, muchos de ellos confían en que en las próximas semanas se asistirá a una menor demanda de billetes, por lo que la presión sobre el dólar disminuirá.

Pronostican que, hacia fines del 2009, el tipo de cambio se ubicará en un rango que irá de $4,10 a $4,30 por unidad. La explicación es sencilla: en lo que va del año, el tipo de cambio se devaluó un 10%, y si se mantuviera esta pauta hasta fin de 2009, el valor sería exactamente 4,20 pesos.

Más allá del resultado electoral, señalan que el BCRA tiene el poder de fuego suficiente para controlar su cotización y soportar los embates políticos.

Parte de este argumento se respalda en el hasta ahora exitoso modelo de “flotación administrada” implementado por el Central, que le permite llevar en forma controlada la cotización del dólar en el mercado.

A ello se suma un factor externo, que pasa por la apreciación del real, que es funcional a la estrategia oficial. “La revaluación de la moneda brasileña ayudó de manera significativa para que disminuya la expectativa de dolarización”, explicó Ramiro Castiñeira, de Econométrica

“En cuanto al tipo de cambio, lo más probable es que se mantenga una suba controlada”, agregó Spotorno.

“No vemos un cambio brusco en las cotizaciones, porque tiraría abajo todo el trabajo que viene haciendo el Banco Central”, confiaron desde Arpenta.

“Creemos que el resultado final de las elecciones es muy positivo para los bonos soberanos, positivo para la inversión extranjera directa y más o menos neutral para el tipo de cambio”, dijo Alberto Bernal, jefe de investigación de ingresos fijos de mercados emergentes con Bulltick Capital Markets en Miami.

En igual dirección, Osvaldo Cado, economista de Prefinex indicó que “la balanza comercial va a traer tranquilidad en el mercado cambiario y garantiza que, con este nivel de divisas disponible, el tipo de cambio va a estar siempre bajo control del Banco Central”.

El mercado considera que la estrategia implementada por Martín Redrado es exitosa y que nada hace prever que se modifique de aquí a fin de año.

Talón de Aquiles
Pero el horizonte no está tan despejado como se supone. Son varios los analistas que observan pesados nubarrones, que se forman a partir de un hecho insoslayable: la falta de confianza, que se traduce en una fuga de capitales que, en el primer semestre del año alcanzaría los u$s10.000 millones, y llegaría a u$s17.000 millones para todo 2009, según estimaciones del Estudio Broda.

Ramiro Castiñeira de Econométrica, sostuvo a iProfesional.com que “lo que suceda con la economía en los próximos meses dependerá de la continuación, o no, de la fuga de divisas”.

“El año pasado se fugaron u$s23.000 millones, y si proyectamos el 2009, se puede llegar a fin de 2009 a unos u$s20.000 millones más, un dato sumamente alarmante”, agregó. Si no se frena, no será posible recuperación alguna de la economía.

Manuel Solanet, de Infupa también descartó cualquier movimiento brusco de la moneda estadounidense: “No veo una devaluación de un solo salto. Lo más probable es que el Gobierno continúe con esta política de ir de a centavos”.

Sin embargo, dado que “el nivel de fuga de capitales continúa siendo importante y que las empresas, y la gente en general, siguen buscando al dólar como refugio”, destacó que “esta menor presión sobre la moneda no se va a poder traducir en un aumento de las reservas”.

Las tasas de interés y los depósitos
A lo largo de los primeros seis meses del año las tasas de interés pagadas por los bancos privados por depósitos a plazo fijo oscilaron entre el 12 y el 13 por ciento.

Para los analistas consultados por iProfesional.com, sería muy raro que bajaran de ese nivel, ya que al contar con excesiva liquidez los bancos no se verán necesitados de salir a buscar dinero.

En opinión de Fausto Spotorno, del estudio de Orlando Ferreres y Asociados, “para el segundo semestre del año se espera que se mantengan en torno al 13%, con picos de 15% en algunos momentos puntuales, como por ejemplo cuando las empresas deban pagar Ganancias y por lo tanto retiren dinero. Pero estas situaciones son estacionales y por lo tanto previsibles”, resaltó.

Para Castiñeira, “hasta ahora el BCRA maneja las tasas y el tipo de cambio. Se puede decir que tiene espaldas y no es una situación apremiante, porque controla las tasas pasivas”.

Jorge Todesca, de Finsoport, también fue claro al respecto. “No prevemos muchos cambios con respecto a los tipos de interés y los depósitos, básicamente, esperamos una prolongación de la tendencia actual en el flujo de la monetización de la economía que depende del saldo de las cuentas externas”.

El CEO de Finsoport amplió su visión diciendo que “por eso, para los próximos meses la expansión monetaria será baja y las tasas se mantendrán en los niveles en los que se encuentran ahora, salvo que desde el Gobierno se produzca algún anuncio sobre una medida muy turbulenta”.

En cuanto a los depósitos, Spotorno explicó que “si se registra una caída de la actividad, es posible que bajen, porque si una persona se queda sin trabajo, deberá retirarlos. Aún así, el traspaso de las colocaciones en pesos a dólares, seguramente continuará”.

El futuro de los bonos y las acciones
Respecto al mercado de bonos, si bien cambió fuertemente el panorama de los mismos durante el último mes a partir de una fuerte valorización, la situación dista todavía de parecerse al escenario previo a la crisis.

La inquietud de los analistas consultados sobre los títulos públicos pasa por dos vertientes, por un lado la evolución de las cuentas del sector público y por el otro el precio de las commodities.

“Si el superávit se reduce, la cuestión a monitorear pasará por lo que ocurra con los impuestos, las tarifas y los subsidios. Si no hay un aumento (de tarifas) y los precios de las materias primas no suben, la capacidad de pago va caer y eso afectará a los bonos”, dijo Poma.

“Esto es así porque los títulos crecieron fuertemente cuando aumentaron los precios de las commodities y el valor de los títulos depende tanto de la capacidad como de la voluntad de pago del Gobierno y, hasta el momento, no hay señales que indiquen que existe un interés por afrontar pagos”, concluyó el analista de Invertir Online.

En el mercado de renta variable, o de acciones, es muy probable que los inversores con mayor tolerancia al riesgo se inclinen por los papeles locales, que están rezagados, siempre y cuando el escenario económico sea positivo.

En cuanto a los más conservadores, la opción que más adeptos ganará son papeles de empresas que no están tan vinculadas con la actividad local.

“Básicamente, hay que considerar que el retorno debe ser superior a la devaluación para que sean atractivos. En mi opinión, la economía debería mostrar una muy fuerte recuperación para que esto suceda”, consideró Victor Poma, de Invertir Online.

“En este punto hay que tener en cuenta que en el segundo semestre del año, hay que diferenciar aquellos papeles que están más vinculados a la actividad económica local de aquellos que están cubiertos por el dólar y que están más vinculados con los mercados internacionales”, agregó Poma.

Las expectativas
Curiosamente, esta aparente previsibilidad sobre la evolución futura del tipo de cambio les brinda a los ahorristas cierta tranquilidad a la hora de hacer un pago con la moneda extranjera.

“Es por eso que no sorprendería que se mantenga el aumento de la dolarización observada hasta el momento”, explicó Spotorno.

“En cuanto a las medidas que afectarían el escenario, se puede decir que un acuerdo con el FMI traería fondos frescos y tendría más trascendencia acordar con el Club de París o los holdouts, aunque no parece ser una medida que el Gobierno esté considerando en este momento”, concluyó Castiñeira.

Todesca coincidió con Castiñeira sobre este punto, ya que para él, “lo razonable sería que la Argentina regularice sus cuentas. Hay diversos caminos posibles para los próximos meses, uno es que se opte por una recomposición de la confianza y se normalicen las cuentas con el Club de París y los acreedores en default, que sería una buena señal para el mercado, aunque la considero poco probable”.

“Lo que suceda con las tasas, los depósitos y los bonos, dependerá de las decisiones que se tomen con respecto, por ejemplo, al Club de París, ya que hasta el momento no se llevaron adelante acciones”, explicó el analista de Tavelli.

“Aún así, estamos frente a un contexto más tranquilo de lo que podíamos imaginar hace unos meses, cuando a esta altura se podía esperar una disparada del dólar, algo que no sucedió porque sigue subiendo pero en forma controlada”, concluyó.