Si el año fuera un día, las vacaciones de invierno serían algo así como la siesta. El momento ideal para recargar pilas, bajar los decibeles y entregarse al relax, aun sabiendo que pronto habrá que volver a la rutina.
Las expectativas para esa siesta que comienza el 23 (para la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires) ya son buenas: desde la Secretaría de Turismo de la Nación estiman que el movimiento turístico crecerá entre un 4 y un 7% respecto de los 10.700.000 turistas que se desplazaron el invierno pasado.
Ambas temporadas (la de 2006 y 2007) comparten la particularidad de prolongarse durante un mes, si se tienen en cuenta los recesos escolares de todas las provincias.
Chaco, Jujuy, Río Negro, Neuquén, Santiago del Estero y Tierra del Fuego tendrán sus vacaciones entre el 16 y el 27 de julio. En tanto, Corrientes, Catamarca, Chubut, Formosa, La Pampa, Misiones, Salta y Santa Fe no tienen clases del 10 al 20 de julio. Y el resto de las provincias, entre el 9 y el 20.
¿QUE HAY DE NUEVO?
El presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo (AAAVYT), Ricardo Roza, dice que hay una demanda sostenida, sobre todo en los destinos de nieve, que son estrella. “Respecto de las tarifas, no hay modificaciones. La hotelería y el transporte mantienen las mismas tarifas. Hubo ajustes en los servicios gastronómicos, pero que acompañan la inflación”, afirma Roza.
Germán Pérez, titular de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (FEHGRA), coincide en que los precios “son los mismos que los de la temporada de verano. Tanto la hotelería como la gastronomía trataron de ajustarse para no afectar el bolsillo de los turistas”.
Entre los destinos más buscados se destacan los tres clásicos: los de nieve, las Cataratas del Iguazú y el Norte (Salta, Jujuy y Tucumán). Pero además, Roza destaca la aparición de Catamarca y La Rioja, que se incorporan a la oferta invernal y que ofrecen nuevos circuitos, muchos de turismo aventura.
El termalismo, sobre todo el entrerriano, pero también el de la provincia de Buenos Aires, también tiene público fiel. “Es un tipo de turismo muy demandado, sobre todo por su perfil familiar. Las termas de Río Hondo (Santiago del Estero) mantienen ocupación total, y también es fuerte la demanda en las termas marinas de San Clemente del Tuyú, y en las de Carhué”, ejemplifica Roza.
Se sabe: es una minoría la cantidad de turistas que realmente esquían en invierno. De hecho, la mayor parte del movimiento invernal está dado por el turismo de escapadas. Así, la Costa Atlántica, con Mar del Plata y Cariló a la cabeza, se erige como otro de los destinos clásicos.
BUEN PRONOSTICO
Desde el Servicio Meterológico Nacional afirman que las temperaturas patagónicas durante el trimestre julio-agosto-setiembre serán normales.
Y en cuanto a las precipitaciones (lluvias y nevadas), se prevé que sean “normales pero con superávit en algunos sectores de la cordillera de los Andes”. La gran cantidad de nieve que ya hay en los principales centros de esquí augura una gran temporada.
La nevada del 9 de julio en la Ciudad de Buenos Aires, GBA y el interior del país quizá les haya dado a los potenciales viajeros más ganas de entrar en contacto con la nieve.
Pero más allá del destino, lo que seguro desean todos es dormir esa “siestita” de mitad de año.
